-¿Está todo listo para la fiesta? -preguntó mi cuñada mientras se probaba un vestido en el mismo local donde había conseguido el mio.
-Si. -Digo tendiéndole otro para que se pruebe- La verdad es que no fue tan difícil como creí mantener la sorpresa sin que se entere.
Entre las dos le habíamos organizado una merienda sorpresa ya que a la noche habría una fiesta con todos sus compañeros.
-¿Qué le vas a decir? -preguntó saliendo del probador.
-Que antes de ir a merendar tenemos que pasar por la casa de tus padres ya que tu mamá quería hablar algo conmigo.
-Esperemos que resulte.
-Cruza los dedos. -Digo riendo- Me gusta más este.
-Si, a mí también. Vamos.
Pagamos y la fui a dejar a su casa.
Viernes a la tarde:
Hoy me encontraba más nerviosa de lo habitual, ya que no solo se graduaba mi novio sino también Esteban. Por ende tendría que cruzarmelo también, si bien las cosas entre los dos estaban bien, no quería tener que verlo.
-Dejame arreglar tu camisa. -Dije mientras tomaba posición delante de él para arreglarle el cuello.
Nos encontrábamos en su casa arreglándonos para ir juntos a la entrega de diplomas. Yo ya me encontraba vestida, peinada y maquillada.
-¿Estás practicando para cuando seas mi esposa? -preguntó Jero rodeándome con sus brazos mi cintura.
-Amm, yo... -De pronto me sentía nerviosa, no me había planteado la posibilidad de casarme con Jero, o sea, somos novios, pero aún quiero terminar mi carrera antes de casarme.
-Como sea, algún día lo serás.
-Si que te tienes confianza Boris. Todo a su debido momento. -Digo apartando una pelusa invisible de su saco.
-Eso es por que te quiero bonita.
-Te quiero amor.
Lo besé en los labios y nos pusimos en marcha.
Me encontraba ubicada en mi asiento junto a la familia de Jero y mis amigas, viendo como uno de los recién graduados daba un discurso y luego eran llamados uno a uno para entregarles el diploma.
Cuando llegó el turno de Jerónimo, éste se puso de pie y se encaminó hacia el escenario. Cuando se giró hacia sus compañeros, buscó con la vista entre el publico hasta que dio conmigo y me guiñó un ojo sin dejar de sonreír.
Después de que el acto finalizó y de saludarse entre sus compañeros, Jero se acercó hasta donde estábamos.
Apenas se acercó a mí, me abrazó fuerte.
-Gracias por estar aquí princesa. -Dice con su cabeza enterrada entre mi cuello y mi hombro provocando que se tenga que agachar un poco.
-Felicitaciones amor. -Digo correspondiéndole el abrazo.
Cuando nos apartamos un poco me plantó un beso tierno en los labios.
-Felicitaciones cariño. -Dijo Ella abrazándolo ella ahora.
-Gracias ma. -Respondió correspondiéndoselo.
Cuando se apartó, lo abrazó al padre y por último a su hermana.
-Felicitaciones Jero. -Una voz femenina lo llamo haciendo que todos nos diéramos vuelta. ¿Qué quería ahora?
-Noé. -Dijo Jero seriamente mirándola a ella- ¿Q... Qué haces aquí?
Al ver los padres de Jero y a la hermana se podía ver claramente que no les caía bien Noelia.
-¿Qué quieres tú? -preguntó Vero con restos de molestia en la voz.
-Pues... Vine a felicitarlo. -Dijo ella, agachando la cabeza- Jero...
-Bien, si eso es todo, gracias y adiós. -Dijo Verónica con una nota de molestia.
-¡Veronica! -La reprendió su madre.
-¿Qué? ¿Por que me callas, no recuerdas lo que le hizo a Jero cuando...? -intentó decir algo, pero Jero la cortó con voz de pocos amigos ¿Qué estaba pasando acá?
-Verónica, no. Acá no.
-Tú no cambias ¿eh? -Soltó su hermana molesta.
-Con permiso. -Y sin decir nada más Jero me soltó y se alejó rumbo al auto.
-Lo siento querida. -Dijo la madre de Jero apoyando una de sus manos en mi hombro para luego alejarse junto a su esposo y su hija.
-Lo siento, pero mejor me voy. -Dijo la chica parada frente a mí para luego marcharse ella también dejándome completamente sola con un millón de preguntas en la cabeza.
Durante todo el trayecto desde la facultad hasta la casa de los padres de Jero donde se haría una reunión, reinó el silencio en el auto. Como era demasiado tenso, decidí poner la radio. No quería escuchar las benditas voces de mi conciencia.
-Maga...
-¿Mmm?
-Perdón, no sabía que se aparecería.
-Tranquilo. -Respondo sin despegar la vista de la calle- Dijimos que íbamos a dejar eso atrás.
-Esta bien. -Dijo posando su mano en mi mejilla para acariciarla.
-¿Qué pasó entre tú y Noelia que tus padres y tu hermana no les agrada?
-Es una larga historia. Ya te la contaré.
-De acuerdo. -Volví a concentrarme en el camino y volvimos a sumirnos en un silencio el cual era interrumpido solamente por la música de la radio.