Un papá para navidad

Fin del contrato

 

Dexter Williams era un hombre de 36 años, el cual era soltero, no era un hombre mundano y menos mujeriego si había tenido sus relaciones, pero ninguna larga o que valiera la pena mencionar.

Dexter era el CEO de varias compañías de publicidad al ser hijo único no tenía gran entusiasmo por la navidad luego de ser adulto tenía algunos amigos y un primo casado con dos hijos adolescentes con los cuales convivió poco, pues vivían en Chicago mientras él estaba en la gran manzana, sus padres eran dos personas muy amorosas que siempre le enseñaron el valor de la familia cuando su padre cumplió los 30 años tuvo un accidente el cual lo dejo con problemas para procrear así que Dexter a sus 3 añitos quedo sin la oportunidad de convertirse en hermano mayor su primo era mayor por cuatro años y otros dos más le llevaban aún 7 y 8, por lo tanto, creció sin compañía de su edad esto provoco que fuera poco demostrativo de afecto con desconocidos y aún más con los niños.

  —Llegaremos tarde — dijo hacia su chofer, el cual solo asintió por el retrovisor, Dexter tenía una importante junta en una de sus extensiones de la compañía principal, el presidente de la misma, había discutido con sus progenitores por lo mismo de siempre "hijo debes conseguir una buena mujer y darme nietos quiero tener a quién mimar antes de morir toda arrugada y sin recibir amor de nadie" le dijo su madre de forma dramática, él sabía que ya estaba a punto de arribar los cuarenta, pero no era par que se lo recordaran todo el tiempo.

Dexter camino rápido y molesto por la tardanza, en ese mismo momento venía caminando velozmente la asistente del presidente de esa extensión, él la había visto unas cuantas veces y la mujer era hermosa, pero no para él, los dos chocaron entre sí haciendo que el café que él llevaba y el chocolate de ella cayeron en su mayor cantidad sobre el CEO, a ella también le cayó mojando su blusa por suerte ninguno salió herido pero sí bastante molestos.

—Señor lo siento ya mismo le consigo una camisa — dijo la mujer saliendo corriendo, su corazón se aceleró con el atractivo hombre que solo la miro de arriba abajo deteniéndose en su dorso manchado, él dio media vuelta y resbalo con el líquido que llego al suelo sintió cómo su trasero chocaba con el frío de la baldosa y solo pudo maldecir mientras su zapato salía volando hacia el otro lado, frustrado y muy enojado tomo asiento tomando de su cabello con fuerza este día iba de mal en peor primero el reclamo de sus padres luego el retraso y ahora caía en un charco de una mezcla extraña entre capuchino y chocolate y para poner la cereza en el pastel estaba ella la mujer que le ha gustado desde hace más de dos años cuando la conoció, pero él jamás se acercó y ella parecía no estar interesada.

Escucho el ascensor y no quería levantar su rostro, pero al hacerlo dos pares de ojos lo miraban con un brillo que lo confundió.

Brithany fulminaba con la mirada a Roy, juraba que si no fuera su mejor y único amigo lo mata y de paso despidiera, lo único que le encomendó fue traer a sus hijos y el muy idiota por estar de coqueto dejo a los alienígenas, como él les decía encontrase con ese hombre que la pone no solo nerviosa, sino a temblar.

  — Juro que te mataré hace más de 10 minutos que están hay dentro, mis hijos estaban tan embobados mirando al señor Williams que ni notaron mi presencia y más importante uno de ellos se sentía mal, ahora ni recuerdo cuál era estoy muy confundida y con impulsos asesinos — dijo la angustiada madre.

  — Eso no lo niego, miraban al jefe de jefes embobados, igual que tú de tal madre, tales hijos — dijo recibiendo un golpe en la nuca.

—Te mataré Roy Smith — vocifero molesta. 

— No asesines a nadie o, sino que te encerraron y no tenemos tanto dinero para alquilar un papa hasta que seamos grandes — dijo Steven, tanto Roy como Brithany los miraban confundidos.

— Mamá te presentamos a nuestro papá alquilado desde mañana hasta navidad seremos oficialmente una familia — dijo Tayler dejando a su madre con la mandíbula hasta el suelo.

 

— ¿Niños y el trato incluye ser un buen esposo? —pregunto col falsa inocencia mirando la mujer frente a él, la madre se puso roja mientras que su amigo suspiro con sus ojos brillante, aún no entendía por completo, pero algo le decía que su amiga dejaría de sufrir.

 

  — Claro, debes ser un padre ejemplar — Dijo Tayler sin comprender el doble sentido de las palabras del mayor, este se acercó a la congelada madre y beso la comisura de sus labios y para sorpresa de todos los niños parecían felices y nada incómodos comparados con los demás pretendientes que si sus miradas hubieran sido sables no quedaran ni el recuerdo de esos susodichos.

  — Les doy un minuto para explicarme — dijo Brithany mirando a los cuatro varones que la miraban con diferentes expresiones.

Dexter miraba el lugar sorprendido por las luces y los colores, el ambiente navideño alegra a todo mundo y él era consciente de ello, entre risas y asombro por parte de varios niños de la primaria de los mellizos al ver al gran hombre que llevaba a Steven en sus hombros mientras Tayler comía algún dulce.

Brithany no pudo negarse al escuchar el sufrimiento de sus hijos en la escuela por la falta de un padre, a veces los padres asumen que con tener los estudios el techo y los alimentos es suficiente, pero los niños necesitan tener seguridad, amor, confianza y solvencia que siempre hay personas en las cuales se pueden apoyar cuando lo necesiten, pero cuando una de estas te abandona tu confianza pende de un hilo invisible que por más que el que queda quiera llenar sus responsabilidades y obligaciones no se lo permiten.

 

El día uno solo miraron el lugar, cantaron y comieron alegres y felices.

 

El día dos los niños tenían una presentación artística en la cual recibieron aplausos por sus padres.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.