Un Papá Rebelde.

Capítulo 4.

Un mes mas tarde.

Llevo cinco minutos encerrada en el baño, arrodillada frente al inodoro vomitando por tercera vez, nunca había vomitado en esa magnitud. Creo que nunca debí haber combinado Whisky con Vodka anoche, nunca me había sentido tan mal como me siento ahora.

<<Dios>>

--Demonios...―Mi garganta ardía demasiado, en cualquier momento iba a volver a vomitar.

Apoyo mi espalda en el frío mármol de la pared, quite algunos mechones de mi rostro y me mire al espejo y realmente lucia muy mal.

Demasiado mal...

Tenía ojeras y ni con una gota de maquillaje iba a poder cubrir esos horrible círculos negros, estaba pálida. Aunque últimamente he sentido dolores de cabeza, sueño y cansancio supongo que debe ser por el estrés de la universidad. Me di una ducha bastante larga, necesitaba borrar todo rastro de la resaca y del cansancio de anoche.

Minutos después, me visto colgó simple me cepillo el cabello y me coloco un poco de maquillaje para cubrir las ojeras. Al menos ya no se notan tanto como hace un rato. Baje hasta la cocina sin mucho ánimo y apenas entro el olor a tocino penetra mis fosas nasales causándome asco.

Me senté en uno de los taburetes, llevando ambas manos a mi estómago.

¿Qué es lo que me sucede?

El tocino con huevos era mi favorito, me es muy extraño que ahora me parezca asqueroso.

--¿Te sientes bien Valentina?―Pregunta mi madre, dejando el plato con tocino y huevo frente a mí.

<<Oh Dios...>>

--Sí...―Contesté.―No te preocupes es solo donde bebí mucho anoche.-Aparte el plato al momento en que mi madre se volteo a seguir friendo.

--Te prepare más tocino, estas muy delgaducha.-La oí decir, iba a negarme pero volvió a colocar en mi plato dos trozos más de tocino, me tapé la boca con una mano apartando el plato definitivamente de mí.

Entonces fue en que mi madre se dio cuenta que algo no andaba bien en mí, contuve la respiración por unos segundos y mi madre alzo una ceja.

―¿Estas segura que estas bien?―No, no lo estoy.

--Ya debo irme, llevare una fruta para el camino.―Dije levantándome de mi asiento y cogiendo una manzana, me despedí de ella antes de comience decir que sería bueno que viera un doctor.

Vamos Val, no debo por qué preocuparme.

Me subí a un taxi dándole la dirección a donde iba, me coloque los audífonos como todos los días.

Esta vez escuche "Save Me de Bts", en el trayecto recordé que hace una semana había visto a Cameron en una fiesta con otra chica la verdad es que no me sorprende, después de todo a él no le importa nada ni nadie que no sea el mismo.

Ya no me duele tanto como el principio, supongo que eso es bueno.

Mi madre estaba feliz de que ya no estaba con Cameron, estaba relajada porque volví a centrarme en mis estudios y no actuando como una babosa enamorada, ella no tenía un muy buen concepto de él sabiendo que proviene de una familia muy adinerada y cuando salé a tomar el té con sus amigas siempre lo dejaban mal parado al pobre.

<<De pobre no tiene nada...>>

Al llegar a mi destino le pague al taxista, me baje y corrí a mi clase al momento de darme cuenta que iba diez minutos tarde.

Al llegar al salón agradecí al cielo que la profesora aun no llegaba, camine a mi puesto y frene de golpe apenas sentí un horrible mareo. Mis compañeros no se dieron cuenta ya que estaban todos revueltos en sus grupos hablando o revisando sus celulares.

Aprieto mi libro contra mi pecho―Ahora no Valentina.―Pensé.

Logro sentarme y dejo mi mochila en el respaldo de mi silla, la profesora entra al salón y todos vuelven a sus respectivos lugares. La clase comenzó de inmediato y puse la mayor atención posible.

Los minutos transcurrían, mi mano tiritaba cuando escribía algo en mi cuaderno de apuntes, cerré mis ojos pidiéndome a mí misma que me relajara.

Los abrí de golpe al momento en que la profesora pidió voluntarios para responder algunas preguntas respecto a buscar soluciones en cómo ayudar a las personas y niños de bajos recursos. La profesora al ver que nadie se ofrecía en salir a responder, comenzó a elegir a lazar.

--Y por último, usted señorita Miller.―Me señalo, unos que otros de mis compañeros me miraban.

Precisamente debía ser yo, genial.

Me levante de mi puesto y apenas lo hice sentí hormigueo por todo mi cuerpo y el mareo se volvió más insoportable. Al escuchar un carraspeo por parte de la profesora me dispuse a caminar hacia la pizarra pero me detuve.

Me apoye en el hombro de un compañero quien no dudo en sostenerme, escuché una risa que provenía del asiento de Cameron donde vi a su "amiga".

-Señorita Miller.―Llamo la profesora.-¿Se siente bien?―Pregunta dejando sus lentes sobre el escritorio.-Creo que debería ir a la enfermería.

Me sentía fatal, no tuve tiempo a responder por que mis piernas flaqueaban y todo me daba vueltas, veía puntos negros causando que la vista se me nublara. Mi cuerpo estaba débil y sin darme cuenta de pronto se volvió oscuridad.

***

Abrí mis ojos dificultad, sentía mi cuerpo desgastado y débil. Mire hacia mi alrededor dándome cuenta que me encontraba en la enfermería, mis piernas estaban cubierta con una chaqueta de cuero color marrón y pude reconocer de inmediato ese olor a perfume.




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