Un Papá Rebelde.

Capítulo 5.

Cameron.

Le doy la última calada a mi cigarrillo y lo dejo sobre el cenicero, antes de cerrar las ventanas corredizas me acerco al pequeño balcón. Me inclino un poco hacia adelante apoyando mis manos en los bordes del barandal.

Me quedo contemplando el atardecer y cientos de recuerdos viajan a mi mente, recuerdos que causaban una punzada extraña en mi pecho.

Recordé las veces en que necesite un abrazo de mis padres cuando era niño, siempre se la pasaban viajando y me dejaban solo al cuidado de alguien de alta confianza para ellos, pero sobre todo mi padre que nunca se daba el tiempo de estar conmigo.

No sirve de nada tener un buen apellido si no tienes una buena familia.―Pensé.

Las ansias comienzan atacarme y busco en mi bolsillo la cajetilla de cigarro en mi pantalón, pero la campana me salva al oír mi celular sonar.

--¿Qué pasa?―Pregunté, lo coloco en alta voz.

--Hoy a las diez tenemos fiesta y sabes perfectamente que no podemos faltar.―Lo pensé seriamente antes de responder, tenía otros planes en mente para esta noche.

"¿Cómo cuáles?"

Una cita con una hermosa cubana, eso es algo importante.

--Tengo planes para esta noche, hermano.―Contesté acabo de unos segundos, pude oír al otro lado de la línea unas voces femeninas que me eran muy familiares.

Mi mejor amigo no pierde el tiempo, eh.

--Vamos Wells, tú y yo nunca nos...―Lo interrumpo.

--Nos perdemos una fiesta.―Termine por el con una sonrisa en mis labios.-Ok, me apunto para esta noche así que te espero idiota.―No le di tiempo a responder y corte la llamada.

Reviso la hora antes de bloquear la pantalla, son las siete de la tarde aún tengo tres horas para ordenar un poco antes de que Eric venga por mi e irnos a esa dichosa fiesta.

Ayer me quede donde mis padres, quería pasar un poco de tiempo con mi madre a pesar que siempre acompaña a mi papá a sus viajes de negocios siempre cuando estoy con ella intenta estar conmigo o quiere que hagamos algo madre e hijo.

Lo intentamos, siempre lo intentamos...

Pero apenas desperté esta mañana mi padre comenzó a darme órdenes y a regañarme como si fuera un niño de diez años.

Terminará que lo odie.

Iba a mi habitación a buscar el cargador de mi celular pero me detengo en medio camino al oír que alguien tocaba la puerta. Fruncí el ceño-No estoy esperando a nadie.

Suelto un suspiro y me devuelvo para abrir la puerta, apenas lo hago me encuentro con aquellos ojos azules profundos como el mar que ya había olvidado.

¿Enserio esta chica no se cansa?

¿Qué mierda hace aquí?

"Pues pregúntale".

--¿Puedo saber qué demonios haces aquí?―Pregunté de mala ganas, me apoye contra el marco de la puerta cruzándome de brazos.

No pude evitar mirarla de pies a cabeza, ahora que lo recuerdo en una fiesta anterior un amigo me pidió su número luego de que le dije que ella y yo habíamos terminando.

--Si no fuese importante lo que tengo que hablar contigo, créeme que no estaría aquí.―Dice, me da un empujón y entra a mi apartamento sin ninguna autorización de mi parte.

Esta chica realmente se esta volviendo un dolor de cabeza en estos momentos.

Al parecer aun no le queda claro que NO me interesa.

--Puedo saber de qué es lo que quieres hablar conmigo.―Cerré la puerta y me volteo a mirarla, noto sus puños apretados y se sienta en el sofá.―Si vienes con alguna de tus estupideces te voy a pedir a que te largues ahora.―Valentina me da una mirada molesta y vuelve a mirar hacia la ventana que olvide cerrar.

--No te quitare mucho tiempo, Wells.―Rodé los ojos.-Porque créeme que estar aquí y verte la cara tampoco me es muy agradable.―Volteo a mirarme.

--Valentina por favor, no creo que sea tan difícil entender que lo nuestro ya termino y que no me interesas ni lo más mínimo.―La castaña abrió la boca para decir algo pero la interrumpo.-Nunca fuiste importante para mí y nunca lo serás.―Sabía en el fondo que la estaba hiriendo, puede decirme en la cara que ya no siente nada por mí pero eso no es lo que he escuchado en las fiestas, ya me es suficiente verla una o dos veces en la universidad y tenerla aquí era un fastidio.

Sus ojos se cristalizan y se mantiene callada por unos segundos desviando la mirada.

Se estaba conteniendo las ganas de llorar.-¿Puedes ir directo al grano? Tengo cosas que hacer.―La presione para que me digiera de una vez por todas lo que quería.

Sus manos se vuelven puños otra vez y noto como su cuerpo se tensa.

--Cameron, estoy embarazada.―Contuve la respiración por unos largos segundos para procesar aquella confesión, la chica se pone de pie abrazándose a si misma.-Y-yo lo siento.―Dice, saca algo de su bolso y me extiende lo que supuse que era la prueba.

¿Qué es lo que acaba de decir?

"Embarazo, bebé abordo..."

Esto no puede estar pasando, esto debe ser una jodida broma.

¿Cierto?

Acorte la poca distancia que nos separaba y sin darme cuenta la tome de los hombros con brusquedad, obligando a que me mirara a los ojos y buscar en ellos que lo acababa de oír era una maldita mentira.




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