Un Papá Rebelde.

Capítulo 16.

Una semana ha pasado desde que Valentina se fue al departamento de su amigo. Sí, una maldita semana. Debo admitir que se sentía extraño llegar y no verla cocinar o haciendo cualquier otra cosa donde el silencio no existía, estuve a punto de ir a buscarla pero entiendo que no me quería ver en estos momentos.

"¿Y qué esperabas?"

Fui un idiota con ella, lo sé, mi madre esa misma mañana fue a visitarnos y le conté lo que había pasado y obviamente ella se molestó conmigo y no tuvo otra opción que decirle a mi padre de la situación.

Ahora mismo me encontraba en casa de mis padres, estaba esperando el momento en que papá terminara su pequeña reunión y hablar conmigo aunque sabía perfectamente que terminaríamos discutiendo, siempre ha sido y será así.

--Aquí tiene su café, joven Cameron.--María la empleada mas joven de la casa dejó mi café junto a mí y le sonreí en agradecimiento sin antes de guiñarle un ojo.

María volvió a la cocina dejándome a solas con mi madre quien no dejaba de mirar hacia a fuera, llevaba más diez minutos pegada en la ventana diciéndome lo mal que me estoy comportando con Valentina.

--Debes disculparte con ella, hijo.--Volvió a repetir, rodé los ojos.--¿Es que aún no te das cuenta?--Se gira hacia a mi, mi familia ya estaba al tanto de que el bebé que está esperando Valentina será un varón y posiblemente sea el segundo heredero de la mitad de la empresa de nuestra familia. Pero no estoy dispuesto a que eso ocurra, supongo que Valentina tampoco quiera que eso suceda y es preferible así.

Mi madre esta tan entusiasmada con la pronta llegada de este bebé y teme que por mi culpa Valentina impida que lo vea o forme algún lazo con ella, pero sé que ella no sería capaz de hacer eso.

--¿Darme cuenta de qué?--Mi madre suspira y se termina sentando en el brazo del sofá, mirándome con completa disolución.

--Valentina solo te necesita a ti, necesita al padre de su hijo apoyándola.--Dice con voz herida, iba responderle pero en ese momento mi padre entra a la sala entregándole su maletín a una de las empleadas de la casa.

--Vas a decirme ahora mismo que sucedió entre esa chica y tú para que ella haya tomado la decisión de irse a otro lado.--Mi padre se gira hacia mi evidentemente molesto.--Te dije bien claro que no quería ningún espectáculo, Cameron.

--No es tu problema, papá.--Gruñí, en eso mi padre golpea fuertemente su puños contra la pared causando que me mi madre se sobresalte.

--Cariño.--Mi madre intenta salir a mi defensa, bebí un sorbo de mi café y me levante acercándome a ellos.--Cameron

--¡Basta de defender lo indefendible!--Gritó exaltado, mi madre aprieta sus ojos y supuse que sería mejor que nos dejara a solas. Ya han discutido mucho por mi culpa y no quiero provocarle más dolores de cabeza a mi mamá, puedo encargarme yo solo de los malos tratos de mi papá.--Nunca debí de estar de acuerdo en que tu madre te adoptara.

Sentí una fuerte punzada en el pecho al oír aquellas palabras salir de su boca. Dirigí la mirada hacia mi madre quien lucha por controlar sus lágrimas, mi padre sabía perfectamente que aquel tema era delicado para ella.

--¡Por favor Steve!--Interrumpió molesta y con cierta tristeza.--Recuerda que no volveríamos a sacar el tema de la adopción.--Lo miró con desaprobación.

Silencio.

Tampoco es un tema fácil para mi.

Ha pasado un largo tiempo desde la última vez que mi papá se refirió al tema de la adopción, fui adoptado a los tres años por esta mujer maravillosa quien es mi madre ahora. No tengo ningún parecido a ellos y no entiendo cómo es que algunas personas siguen diciendo que me parezco a este hombre tan amargado que tengo como padre.

Mi madre no pudo tener más hijo después de mi hermana mayor, sí, tuve una hermana quien apenas me vio llegar a esta casa cuando era pequeño me cuido y siempre estuvo al pendiente de mi. Siempre le repetía a mamá que yo era todo lo que ella necesitaba y le encantaba que fuera su hermanito, yo no comprendía que era lo que pasaba en aquellos años, mis padres discutían muchos por el tema de salud delicado en que se encontraba mi hermana.

Cuando cumplí seis años celebramos todos juntos como una familia feliz, hasta que una mañana todo eso cambio por completo. Mi hermana quien por cierto se llamaba Valentina no volvió a casa, le pregunte a mis abuelos que era lo que pasaba y me dijeron que ella se había ido a dormir para siempre.

Ella padecía de cáncer y no pudo más con lucha y murió con tal solo catorce años, yo nunca supe lo que había pasado hasta cumplí los diez años. Mi padre había caído en una profunda depresión, hubo un tiempo que se alejó de nosotros y quito todas las fotos de mi hermana guardándolas en su oficina y con los pasar de los años el cambio drásticamente conmigo, la verdad tengo vagos recuerdos de él demostrándome afecto pero si lo oía decir que me quería y que estaba feliz de poder tenerme con ellos, pero desde que mi hermana murió su cambio fue notable, en cambio mi madre a pesar de la gran pérdida siempre intento no romperse frente a mi, para ella siempre seré su todo y cuando discute con mi padre él siempre termina echándole en cara el tema de la adopción y que yo no era mas que un simple error en sus vidas, una vergüenza para la familia y que no merecía llevar su dichoso apellido.




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