Un Papá Rebelde.

Capítulo 34.

Tres años después…

 

Cameron.

Me quito  las vendas y los guantes de boxeo dejándolos sobre la silla. Miro la hora en mi celular y ya son las doce del mediodía, debo ir a buscar a mi hijo en una hora más, en estos últimos tres años las cosas habían cambiado por completo en mi vida, dos veces en la sala ayudaba iba a trabajar con mi padre a la empresa y aprender un poco mas de los negocios de la familia, los demás días los ocupaba para trabajar como modelo de ropa interior para una revista de hombres, la dueña era una antigua amiga de mi tía hermana de mi madre y no me costó demasiado ganarme ese puesto.

Los viernes en la noche viajaba para quedarme en casa de mis padres hasta el domingo donde podía compartir y estar con mi hijo, mi relación con Valentina durante estos años seguía siendo la misma, solo nos preocupábamos por temas de nuestro hijo. Ella es feliz y me gustaba verla así, merecía serlo después de todo.

<<La sigues amando…>>

Eso no iba a cambiar pero durante este tiempo, he conocido a otras chicas pero nunca quise algo serio con ninguna de ellas y no les gustaba mi postura pero así es como yo quería estar, soltero por un largo tiempo mas.

De Mery nunca mas supe de ella, decidí definitivamente sacarla de mi vida y fue lo correcto, desde que la conocí siempre tuvimos encuentro sexuales y nos inyectábamos heroína, Eric me ayudo a salir adelante en silencio, nunca le dije a mis padres por lo que estaba pasando para no darle más problemas con mis estupideces.

Me prometí a mi mismo cambiar para darle un buen futuro a mi hijo y eso es lo que hecho durante este tiempo solo por él.

<<Y por ella…>>

—Tu madre me dijo que estarías aquí.—Miro hacia la puerta donde veo a Eric apoyado contra el marco de esta.—Fue buena idea de que armaras un pequeño gimnasio en este sótano.

—Si, pero sabes lo mucho que me costó convencer a mi padre.—Reí al recordar aquello, mi padre y yo estábamos mejorando nuestra relación.—¿Dónde está April?

Mi amigo tuvo una hija con Alice, la pequeña ya tiene dos años y es la niñita mas linda que he visto. No viven juntos, Alice vive en casa de sus padres con la pequeña niña pero Eric ya quiere llevárselas a vivir con él porque dice que sus suegros no soportan a la chica y no quieren su nieta.

—Alice esta con mi madre, debo ir a la universidad en un rato pero quería venir a ver como estabas.—Dice dándome unas palmadas en la espalda.

—Estoy perfecto.—Sonreí, mi celular comienza a vibrar y con fastidio lo vuelvo a revisar.

Esto de ser modelo de ropa interior me a traído mas seguidoras en mi cuenta de Instagram y a cada dos segundos me llegaban nuevas solicitudes y comentarios que es mejor omitir.

—Ese es el costo de ser modelo de revista.—Ríe, cuando le dije que sería modelo se rio de mi por una semana diciendo lo ridículo que sería pero al final termino pidiéndome que le consiga un espacio.—Bueno, te veo luego.

—Nos vemos, saludos a tu princesita.—Asiente y se va dejándome nuevamente solo.

Me fui a dar una ducha no mas de veinte minutos, me vestí y tomo las llaves de mi auto. Bajo por las escaleras con rapidez y veo a María salir de la cocina con un par de revistas en sus manos.

—Me sales hasta en la sopa.—Me enseña la revista donde salgo yo en la portada y no pude evitar soltar una carcajada, cogí la revista y sin duda era yo en la portada.—Al menos posa para mi ¿no?

—¿Es lo que quieres?—Le seguí el juego.—Me acabo de comprar ropa interior nueva, puedes ser la primera quien la vea si gustas.—Ella se muerde el labio y menea la cabeza, me da un empujón y yo sonrió.

—Es muy tentador, joven Wells.—Noto como su vista bajan a mis labios.—Pero no sería lo correcto.

—Tienes razón.

—¿Vas a buscar a tu hijo?—Pregunta esta vez cambiando de tema.

—Sí, volveré para la comida.—Le aviso y me despido de ella, salgo de la casa y me subo a mi auto para ir en busca de Christopher.

 

Valentina.

—¡Pero mira qué lindo esta esté chiquitin!—Madison se pone de cuclillas frente a mi hijo apretándoles su cachetes regordetes pero mi pequeño de inmediato se queja.

—Madi no le hagas eso, no ves que le duele.—La regañe y ella se disculpa, le da un beso en la mejilla a mi hijo y se levanta.—¿Por qué lo miras así?—Le pregunto.

—Es igual a Cameron, debió ser así mismo cuando pequeño.—Sonríe.—Al menos saco tus ojos.

—No eres la primera quien me lo dice.—Reí, termino de doblar la ropa y la guardo en la cómoda de mi hijo.

Había vuelto a retomar mis estudios, me quedaba tan solo un año para terminar mi carrera como cosmetóloga.  Iba a la universidad en la mañana y en las tardes tenia libre para poder estar con mi hijo y estimularlo tanto en su motricidad gruesa como fina, ahora mi pequeño estaba en proceso de decirle adiós al pañal.




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