Un Papá Rebelde.

Capítulo 36.

Cameron.

Había llegado al hospital en donde habían traído a Valentina, por lo que me contó la señora Miller es que Valentina había salido a una fiesta con el primo de Jonathan, la policía les había informado que el chico venia conduciendo en estado de ebriedad y bajo el efecto de la drogas, los doctores lo habían confirmado también.

Apenas entro corro hasta la sala de emergencia y veo a Jonathan junto a la señora Miller, también estaba Madison junto a otro chico quien supongo que debe ser su novio. Mis piernas flaquean por unos segundos e intento darme el valor para dirigirme a ellos, lo único que quiero es poder verla, es poder ver que está bien y que todo esto es una maldita pesadilla.

Necesitaba que ella supiera que la seguía amando como un loco, que estaba aquí para ella, que la necesito.

Qué demonios iba a decirle a mi hijo si su madre no sobreviví, si ella no logra salir de esto…

<<Ella va a salir de esta, por su hijo…>>

Entonces recordé en ese momento que Valentina estaba esperando un bebé. Me aclaro la garganta y todos se voltearon a verme, el único quien no estaba feliz de mi presencia era Jonathan pero me importaba una mierda.

—¿Qué haces aquí?—Pregunta en un tono molesto, sus ojos estaban rojos de todo lo que había llorado tal vez.—¡No deberías estar aquí!—Grita, tomándome del cuello de mi camiseta.

—Jonathan suéltalo.—Oí decir a la madre de Valentina, el castaño me suelta y yo intento no quebrarme frente a ellos.

—Si estoy aquí es por ella, puedes correrme de cualquier otro lado pero de aquí no me saca nadie.—Escupí y lo empujo.

Noto como aprieta sus puños y se da la vuelta volviendo con su familia, supuse que eran los padres del chico con quien venia Valentina.

La señora Miller no dejaba de llorar en mis brazos, intente calmarla y darle fuerza pero yo por dentro estaba igual o mucho peor, Madison no dejaba de culparse por no haber llegado a donde estaba su amiga, le pedí que llevara a la señora Miller a beber un poco de café.

Me apoyo contra la pared dejándome caer en el suelo llevando mis manos a mi rostro, solté un grito ahogado y aparte lágrimas de mi rostro.

Y así transcurrieron los minutos, horas sin saber nada ninguna noticia de ella en como es su estado, lo único que sabíamos es que había perdido al bebé y eso logro terminar destruir a Jonathan y me dio lastima verlo así.

Me mantuve alejado de ellos, salía a tomar el aire y a fumar de lo ansioso que estaba, luego de un par de horas vuelvo a sentarme en el suelo cerca de la puerta de emergencia.

Mi mente estaba solamente pensando en mi hijo, agradecí al cielo en que él estaba bien y que en estos momentos estaba al cuidado de la madre de Jonathan. Como pude les puse al tanto a mis padres de la situación y que llegarían pronto para poder acompañarme y claro, apoyar a la señora Miller.

Debo ser fuerte por Christopher…—Pensé.

Aparto las malditas lágrimas de mi rostro con mi puño, me levanto bruscamente del suelo al momento en que las puertas se abren y sale un doctor junto a una enfermera.

Todos nos acercamos pero siento como Jonathan me empuja hacia atrás, Madison me toma de la mano y la aprieta con fuerza.

Al ver el rostro del doctor supe que no habían muy buenas noticias, me aferro mas a la mano de Madison y ella me mira con el mismo temor en que estoy mirando al doctor en estos momentos.

—Familiares de Dylan Smith.—Los padres del chico se paran frente al doctor, Jonathan estaba al lado de ellos.

—¿C-como esta mi hijo?—Pregunta la mujer al borde la desesperación.

El doctor se saca la mascarilla y los guantes de látex.—Lo siento mucho, hicimos todo lo posible para salvarlo.—Mi corazón se detuvo por unos microsegundos, la señora cae de rodillas al suelo negando con la cabeza por lo que acaba de escuchar.

—¡Dígame que es mentira! Mi hijo no…¡mi hijo no!—El grito de la madre fue desgarrador.—¡Quiero verlo! ¡Dylan! Dy-dylan…—La madre del chico se desvanece en los brazos de su padre y noto como Jonathan se afirma contra la pared.

Perder a un hijo de deber ser la sensación mas horrible del mundo, tal vez no entienda en como se deben sentir en estos momentos pero también vi a mis padres sufrir por la muerte de mi hermana mayor.

—¿M-mi hija doctor?—Pregunta la señora Miller y esta vez termino acercándome también parándome junto a ella.—¿C-cómo está?

—Debido al accidente sufrió un paro respiratorio.—Mi corazón se detiene y no logro respirar.—Logramos salvarla pero su hija ha quedado en estado de coma, debido a traumatismo craneoencefálico severo.—La madre de Valentina de pronto tambalea y logro a sujetarla, el sollozo que sale de su boca me parte el alma y comienza a llorar.—Esta conectada a maquinas en estos momentos ya que su cerebro no le está enviando la señal para respirar por sí misma, lamento decirle que es un cinco por ciento de probabilidad que ella sobreviva, estas veinticuatros horas son cruciales para ella.—La señora Miller se apretó la mano contra la boca, el doctor al decir eso se disculpa y se va.




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