Mi nombre es Vanessa tengo 35 años, 4 hijos un marido. Soy la hija mayor de mi familia y tengo 2 hermanos, bueno, tenía porque hace 6 meses mi hermano adorado falleció en un accidente de moto. Les cuento un poco de mi y mi hermano, era mayor que el por 4 años pero desde muy pequeña me tuve que hacer cargo de él y la casa ya que mi madre tenía que salir a trabajar como en muchas familias.
Ricardo y yo siempre estábamos juntos para todos lados a esepcion del colegio ya que estudiábamos en escuelas distintas, siempre tuvimos una conección cósmica decía él, terminabamos las frases del otro, sentíamos cuando el otro estaba mal, con tan solo mirarnos sabíamos lo que pensábamos y las bromas jamás terminabamos de contarlas porque siempre sabíamos que venía y los que nos rodeaban se enojaban por no entender jajajj.
Después de casarme y tener mi casa el se fue a vivir con su pareja mientras estudiaba y trabajaba, ya no nos veíamos tanto como antes pero cuando hablábamos por teléfono hasta por nuestro tono de voz sabíamos si nos pasaba algo o no. Un día me habló muy molesto por cosas que mi mamá le contó a medias a lo cual yo le respondí que cuando nos viéramos en persona lo hablaríamos pero la vida no nos dió esa oportunidad.
Cuatro días después, un martes yo me encontraba en mi casa pintando la habitación de mi hija cuando a las 13:16 de la tarde sentí un dolor en mi pecho que no me dejaba respirar y comencé a pensar en todos mis familiares que viajan a estudiar y trabajar pero jamás pensé en él. A las 16:45 llaman por teléfono a casa y contesta mi esposo, yo a ese momento olvidé lo que me ocurrió más temprano y al bajar al primer piso Gonzalo toma mis manos y me sienta en el sofá, yo lo miro extraña y le digo que me suelte porque no he terminado de pintar y el después de dar muchos rodeos me dice algo que cambio mi vida para siempre y resquebrajó mi alma. Amor Ricardo tuvo un accidente en moto mientras trabajaba y murió desde que dijo eso yo dejé de escuchar, de ver e incluso sentí como dejé de respirar, todo fue en cámara lenta y en borrones, mi mundo se tambaleó y no sabía cómo ponerme en pie. Lloré, grité, patie muebles hasta que me calmé y recordé que no solo yo sufría, recordé a mis padres que perdieron a su hijo, recordé a mi abuela, a mis tías pero lo que realmentemente me dolía era decirle a mi hijo mayor que su tío ya no volvería más.