Megan
La asistente de Esteban deja café frente a mí, este me mira haciéndose el enfadado mientras yo busco en mi mente las palabras adecuadas, no moriré, estoy embarazada del peor enemigo de mi padre y eso nadie debe saberlo, necesito volver a mi vida, a la empresa y dejar de improvisar porque tengo toda una vida por delante y ahora una vida dentro de mí, un pequeño error que va creciendo y lo seguirá haciendo a menos que
—¿Megan? —agradezco que Esteban me saque de mis pensamientos —¿Qué haces aquí?
—Cometí un error al irme así Esteban —este asiente
—Que bueno que te das cuenta Megan, quedé en ridículo frente a todos.
—Lo lamento, pero estaba en un momento difícil de mi vida y yo no pensé, simplemente hice lo que pensé que era bueno y
—Lo sé Megan, lo sé, sé por qué lo hiciste —lo miro confundida —pero tú y yo nunca hablamos de fidelidad, pensé que no te importaba que estuviese con alguien más —alzo una ceja —yo te quiero, pero debes entender, debía buscar a otras mujeres, tú eres bella, perfecta y me gustas mucho, pero eres algo perfeccionista...y sosa —mis ojos se abren en demasía
—Esteban
—Cuando yo quería sexo siempre te negabas —él se pone de pie —no te gusta tampoco improvisar, siempre en una cama —viene hacia mí mientras me explica por qué me era infiel —no en el baño, ni en un hotel ni en la oficina —ríe —si no es una cama no haces nada y aburre Megan —mi mandíbula se tensa cuando se agacha frente a mí.
—Ya —digo sin saber que más decir
—Por eso busqué a otras, pero —él toma mis manos —si quieres que te sea fiel lo seré Megan, solo debes ser más divertida, menos aburrida y más sensual —aprieta mis manos —si quieres te perdono, yo te amo mucho Megan.
—Esteban
—¿Entonces qué? ¿Seguimos adelante con la boda? Nuestra familia estará muy feliz Megan y te prometo que siempre que cumplas con mis exigencias te seré fiel —el solo hecho de pensar en el sexo con él me causa asco, pero reprimo las arcadas mientras asiento, él sonríe y deja un beso en mi boca —pero debes pedir perdón en público Megan, me dejaste como estúpido.
—No te preocupes —sonrío un poco —iré al baño —este asiente, yo corro hacia el baño y vomito sin poder aguantar más.
Luego de hablar frente a muchos periodistas y responder toda clase de preguntas al lado de Esteban al fin entro a mi oficina, vuelvo a estar aquí, pero si era lo que quería, ¿por qué todo se siente como un error más? Me acerco a mi escritorio, todo está como antes, incluso los últimos diseños que estaba haciendo están aquí, cuando siento la puerta me giro, mi padre entra sonriendo ampliamente.
—Al fin recapacitaste —él me abraza fuerte —pensé que te perdía mi amor —sonrío un poco y mi madre se acerca
—Hija, que bueno que vuelves a ser parte de esta familia —solo asiento ante sus crudas palabras.
—Papá —lo miro —volveré a la empresa y me casaré con Esteban, pero no quiero que se hagan negocios ilegales aquí —este respira hondo pero asiente
—Así será hija
—Perfecto —musito —no quiero tener nada que ver con esos negocios
—Pero hija
—Tampoco quiero saber nada sobre ellos —lo interrumpo y tomo asiento —soy una diseñadora, solo seguiré haciendo el trabajo que hacía fingiendo que no sé a lo que se dedica mi familia, así de simple —este asiente
—No puedo obligarte —murmura dando un suspiro —pero me alegra tenerte aquí y quiero que sepas que los planes siguen en pie, recibirás el 30% de las acciones de la empresa, así como Esteban, cuando ambos se casen, serán los accionistas mayoritarios.
—Bien —asiento aunque eso no me importa, yo solo quiero hacer mi trabajo como antes, agendo una cita para saber si de verdad estoy embarazada, necesito la confirmación de eso, ya que como bien Leticia dijo puede ser un error y así deseo que sea, tomo los dibujos sobre la mesa y comienzo a perfeccionarlos, ¿soy aburrida como Esteban dijo? Es verdad que las veces que teníamos sexo era en una cama y que él siempre era quien quería, después de todo él va a tener razón y cuando entra sonriendo a mi oficina tengo más que claro lo que quiero hacer.
—Mi amor, he reservado en un restaurante chino que te va a encantar —sonrío, años juntos y aún no conoce mis gustos, odio la comida china —vamos a disfrutar y
—No quiero que me seas fiel Esteban —me mira perplejo —es más, no me interesa con quien tengas sexo —me pongo de pie
—No sabía que eras tan liberal Megan
—No lo soy, solo que no te voy a exigir algo cuando no te daré nada
—¿Qué quieres decir? —me mira confundido cuando me detengo bien cerca de él
—Que nuestro matrimonio solo será para hacer feliz a nuestros padres, no tendré sexo contigo, tienes razón, soy una sosa y aburrida, mejor no torturarte con mi presencia en una cama —sonrío —me iré a mi casa, mi pie duele
—Pero yo te amo —río con sus palabras
—No, no lo haces, estamos juntos por nuestros padres, por Dios Esteban, no sabes mis gustos y ni siquiera finges interés por mí, no has preguntado qué pasó para que tenga el pie vendado y use muletas, además, nunca hemos hecho nada romántico, en fin, mejor seguir así —paso por su lado, pero me detengo y lo miro —por cierto, odio la comida china —dejo claro y salgo de mi oficina sonriendo pero con muchas ganas de llorar.
★★★
Alec
Doy vueltas en mi mano a mi teléfono mientras observo la entrevista echa a Megan, me lo esperaba, se veía venir aunque pensaba ya que debía interferir para ello, pero no, ahí ella está diciendo con una enorme sonrisa que se casará con Esteban en una semana, ¿se puede ser más cínica? Pues no, dice que lo ama, que fueron los nervios quienes la hicieron decir que no en el altar, pero que ama con todo su corazón al idiota que tiene al lado, la hipocresía baila a su lado mientras ella echa toda la culpa a los nervios del momento, río viendo eso hasta que me canso de tantas mentiras y apago el televisor, será inocente, pero puede ser tan falsa como todos ellos.