Un pequeño error (fanfic Starker)

Capítulo Único

—¿Estás seguro? —pregunta Happy, mirándolo preocupado—. Yo puedo encargarme de él.

Mirando hacia delante, Tony, suelta un suspiro. Le dolía cada músculo del cuerpo, estaba cansado y sin dudas no iba a ponerse a pensar en el débil estado de su orgullo, pero sabía que eso era lo que correspondía. Al fin de cuentas, Tony lo sacó de la casa de su tía, le correspondía a él llevárselo entero y a salvo.

—No te preocupes, es mi responsabilidad.

—Date un descanso Tony, tienes mucho en este momento.

—Sube al avión Happy. Mientras más rápido lleguemos a Queens, más rápido puedo ir a ver a Rhody.

Ve a Happy suspirar resignado y, quitándole la maleta de la mano, prosigue hacia el avión. Tony lo sigue con el mismo paso resuelto y sube lentamente, procurando no magullar más su orgullo demostrando su maldita debilidad al empezar a soltar quejidos doloridos. Algo que sin dudas siente tantas ganas de hacer, que en su garganta se atragantan los resoplos. Se deja caer en uno de los asientos más próximos y, pese a que lo intenta bloquear, un gruñido bajo brota de su boca cuando los músculos de su espalda gimen en protesta.

Cerrando brevemente los ojos, sintiendo la pesadumbre empezar a sofocarlo dentro de su mente, intenta repasar y encajar algo de lo que pasó; pero, antes de lograr ahogarse en su mierda, una sonrisa tira de sus labios al oír la dura voz Happy reprendiendo a Peter, para que se este quieto.

Abriendo con pereza los párpados, se queda viendo al chico y su verborragia avasallar a su pobre amigo. La verdad era que por eso volvía con ellos, por eso no había ido en el avión médico con Rhody: ellos eran su respiro. Y vaya que Tony lo necesitaba...

Escuchar el incesante parloteo de Peter era mil veces mejor que escuchar sus tumultuosos pensamientos, sin ninguna duda. Sentía su mundo resquebrajarse y no tenía idea cómo iba a volver a acomodar las piezas de su vida, así que Parker y ese parloteo agobiante eran un bálsamo para las heridas que no podían verse.

Steve los había jodido, a todos, a todo. Ross quería su cabeza en una estaca y él no podía querer menos. Todos esos idiotas estaban ahora bajo la custodia de S.H.I.E.L.D y Tony se sintió vacío cuando se dio cuenta que los Vengadores habían pasado a la historia. Su equipo (sus amigos) eran delincuentes. La ironía que había en el hecho de que él fuera el único del lado de la ley no llegaba a resultarle lo suficientemente divertida como para evitar que la tristeza le oprimiera el pecho.

Rhody era su principal preocupación, Vision la segunda. Sabía que no había una sola posibilidad de que fallara, pero pasó y eso solo podía significar lo mucho que todo eso lo había afectado. Tony se odiaba por haberle encomendado la misión de cuidar de Wanda. Tuvo que haber previsto que si algo fallaba, iba a salir más que herido. Las consecuencias para él eran algo para lo que no lo habían programado. Claro que si él quería ser un humano debía pasar, como todos, por una rotura de corazón. Pero ahora Tony entendía en su propia carne a los padres que veían eso con impotencia y frustración. Y esa sensación era una maldita mierda.

Alzando las manos y se tironea del cabello frustrado. ¡No! No era así. No tenía por qué pensar que todos y cada uno de ellos iban a preferir traicionarlo. ¿Por qué tenía que suponer que Wanda iba a traicionarlos? Sabía que era apegada a Steve, pero jamás pensó que iba a ponerse contra Vision. ¡Los había visto maldita sea! No eran sólo amigos. No le entraba en la cabeza. Seguía culpándose por más mierda de la que debía, claramente. Ella huyó de la protección de Vision. Quizás podría no confiar en él y creer que Steve y sus ideales eran más limpios, ¿pero Vision? Tu no te ponías contra Vision, punto.

Tony no iba a culparse por ella, suficientes errores propios acumulaba. Algún día eso le volvería. Tony sabía que esas cosas la vida te las cobra y llegaría el día en que ella lo vería a los ojos, verían en el cristalino azul y sabría el dolor que le causó. Lo sabría y se arrepentiría. Y de eso él sabía bastante.

—... porque lo digo yo, apaga eso.

—Oh vamos, sólo es despegue. Después lo apago.

Niño esta no fue una excursión de tu colegio. Apaga eso.

—No soy un niño —se queja Peter y como Happy no volvió a hablar, asume que ha apagado la cámara.

Otra sonrisa tira de sus labios escuchando el molesto tono de Peter al hacer unos pucheros.

Sabía que era verdad y que el chico debía comportarse, pero Happy se metía con él por demás. También sabía que aquella era la primera experiencia del chico lejos de Queens (y de todo) y lo estaba viviendo con felicidad y emoción. Que ellos fueran miserables, no daba pie a que todos lo tuvieran que ser. El chico se había ganado un pase libre también.

Aún recordaba la impresión que fue para él descubrir quién era el que andaba en pijamas salvando toda esa gente por Queens. Claro que no era un niño, él había sido un idiota egocéntrico a su misma edad. El mocoso había decidido ayudar a los demás y hacer algo más importante que él mismo. Reconocía que tenía muchas actitudes propias de su edad, pero Parker tenía un punto y no era justo que lo tratarán como un crío normal.

Llevaba meses (desde la segunda noche que salió a jugar al Vengador por las calles) observándolo. Estudió sus movimientos, sus interacciones y se llegó a reír contemplándolo. Sentía, de alguna forma, que lo conocía. La breve pero satisfactoria charla que tuvo con él en su cuarto había ayudado a cimentar esa teoría. Peter era todo lo que pensó y divertido también.




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