Un pequeño hechicero en Camelot

05

Desayunamos juntos en la habitación con algunas risas y Arthur me contaba todo lo que paso durante nuestra ausencia. Como Morgana había mejorado poco a poco con sus predicciones y como el pueblo al principio se había asustado por la legalización de la magia.

Como un pequeño grupo de druidas habían llegado un mes atrás buscando refugio y ahora tenían una casa grande en la ciudad baja y un puesto en el mercado vendiendo remedios y pociones.

Luego de eso hicimos una reunión junto a los demás poniéndolos al corriente de lo que pasó. Gwaine parecía estar dividido entre emocionarse porque era inmortal y molesto con Arthur por no decirle que podía haber muerto y ellos sin enterarse.

Morgana y yo quedamos en que seguimos buscando la manera de ayudarla con su magia.

También hablamos de nuestro cortejo y sobre la ley de los matrimonios y herederos. Todos celebramos y Gwaine bromeaba sobre ser nuestro chaperon, Arthur parecía querer matarlo pero su sonrisa decía otra cosa.

Morgana se había ofrecido diciendo que ella se encargaría de organizar la boda abogando que seguramente tendríamos malos gustos para elegir y ella no permitiría que nuestra boda fuera fea.

El día pasó con algunas otras cosas, con una reunión con el consejo que no parecía muy feliz con la nueva ley.

Como solo horas después el tema era comentado entre el castillo y algunas miradas intensas eran dirigidas a mi.

Durante algunos meses luego de todo eso Arthur empezó su cortejo. Durante este tiempo fui llenado por muchos regalos materiales y sentimentales.

Cada semana por 3 meses fui llenado de regalos como joyas de todos los colores que puedo conocer, también me regalaba ropa de todo tipo de telas de cualquier región de Camelot.

También me regaló muchas porciones de tierra y ahora tengo un patrimonio grande, Gwaine hacía bromas diciendo que Arthur me estaba regalando un poco de todo su reino.

También me dio el título de hechicero de la corte, incluso tuve una coronación aunque me negué muchas veces a eso.

Durante este tiempo el reino ha estado recibiendo algunos pequeños ataques mágicos, pero ahora con mi magia revelada el poder combatir con los problemas ha sido mucho más fácil y las muertes han sido muy pocas.

No pasó mucho para que luego de todas esas cosas Arthur me pidiera matrimonio en una bonita cena en el bosque durante una de nuestras escapadas al bosque.

Las velas, una linda manta roja y muchas cosas para comer me recibieron esa noche. La cena transcurrió con mucha naturalidad y luego tomando mi mano fue cuando sacó un bello anillo, que lo reconocí como el que Uther le dio a su madre cuando se casaron, sentí como el aire se me iba y las lágrimas empezaban a acumularse en mis ojos.

—Merlín, estos meses solo han hecho que me de cuenta que elegirte ni es un error, te amo y amaría que podamos seguir juntos hasta nuestros últimos días — tomo mi mano — por eso quiero que me des el honor de casarme contigo

—Si, si — dije con una sonrisa y con lágrimas en los ojos

Al día siguiente les dimos la noticia a los demás y tuvimos un pequeño banquete entre nosotros para celebrar la noticia.

DÍA DE LA BODA

No mentiría si dijera que no estoy nervioso, me mueren de los nervios. Desde ayer en la tarde no he podido ver a Arthur ya que Morgana y Gwen insisten que los novios no podían verse el día de la boda hasta que de inicio la ceremonia.

Mamá había llegado hace unos días y también había ayudado con los últimos preparativos de la boda.

Aun con la insistencia de Arthur y de Morgana que unos sirvientes me ayuden a cambiarme me negué, no quería que nadie me vea así, el primero en verme desnudo tenía que ser mi futuro esposo, aunque ya me había visto así muchas veces antes.

Me mire en el espejo y vi como un lindo color azul con detalles en dorados componían el traje, Arthur había insistido en que el color hacía resaltar mis ojos y mi piel.

Unos toques en la puerta me hicieron desviar la mirada de mi reflejo.

—Merlín ya es hora — dijo — Arthur se está poniendo nervioso

—Si es momento de ir, antes de que piense que me fuge — dijo mirándola

—Te ves muy bien Merlín — dijo mirándome

—Si, pero es hora de la boda — dije con una sonrisa

Ambos caminamos juntos dejándome en la puerta, ella entró y la música sonó, poco después Lancelot salió sonriendo.

—Te ves muy bien Merlín — dijo abrazándome

—Si, lo se — dije sonriéndole

—Es hora de empezar, Arthur está a nada de salir corriendo y buscarte — dijo riendo

—Bien, que empiece entonces

La ceremonia empezó y ver a Arthur esperándome al otro lado de la sala me dejó sin aliento. Se veía perfecto en su traje rojo Camelot y su bella corona sobre sus bellos cabellos dorados, su sonrisa detuvo mi corazón e hizo que me sonrojara.

—Haz sido una luz en mi vida Merlín, su compañía y lealtad junto a tu fe en mí me ha hecho un mejor hombre — dijo mirándome — soy un mejor hombre para mi pueblo y deseo ser siempre un mejor hombre para ti. Fui criado en un reino donde el odio era lo común, donde lo diferente era peligroso y debía ser condenado, pero tu me hiciste ver un nuevo mundo, que no por ser diferentes significaba ser una amenaza para los demás. Siempre he querido ser un buen rey, alguien justo en el que su gente pueda confiar, pero ahora lo único que quiero es ser un buen esposo y compañero para tí, ser lo que necesitas y mucho más, por eso hoy Merlín quiero tomarte en matrimonio para amarte y respetarte en la salud y la enfermedad y ser uno solo en esta vida y en la siguientes — dijo con una gran sonrisa, las lágrimas no paraban de caer por mi rostro

—Te odie, eran tan odioso la primera vez que nos conocimos — empecé y lo vi reírse — pero alguien me dijo que nuestros destinos estaban unidos, que éramos las dos cara de una misma moneda, no quise creerle — suspire — como es posible que mi destino podría estar enlazado a un príncipe caprichoso y odioso; pero entre mas supe de ti, de tu corazón y tus ideales supe que no todo era lo que parece. Durante mucho tiempo te menti ocultando una parte de mi, una parte que me hace ser yo, pero salió a la luz de una manera extraña pero se hizo — suspire — y amo que así sea, ahora conoces todo de mi y yo todo de ti, podemos amarnos sin secretos y se que juntos podremos crear un reino justo y que ame a su gente, donde los demas podran sentirse protegidos, por eso Arthur te tomo a ti como mi esposo para amarte y sobre todo para protegerte en la salud y enfermedad, en esta vida y en todas las demás para hacerte feliz — dije y una lagrima salio de sus ojos, con delicadeza la seque y nos miramos




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