Un plan perfectamente imperfecto

Capítulo 1

—¡Samantha! —Regina me grito desde la parte de debajo de la casa. Corrí hacia abajo de lo más rápido que pude y vi como Regina sostenía un sartén que contenía algo que se incendiaba.

—¡¿Qué hiciste?! —dije gritando. Llegue corriendo y le quite el sartén de las manos y a pesar de que había un trapo mojado agarrando el mango, logre quemarme. Dejé el sartén en el lavadero y abrí el grifo, apagando el fuego—. ¿Qué es eso? —pregunté cuando vi una cosa viscosa pegada en el sartén.

—Un Hot Cake—dijo como si no hubiera pasado nada.

—¿Cómo un Hot Cake termino incendiándose? —ella subió los hombros muy despreocupada. Y eso que hace cinco minutos estaba gritando. Regina se levantó de su asiento y se quitó el polvo de las manos.

—Bueno, recoges todo. Me voy a arreglar—Regina se fue a su cuarto y yo la seguí. Antes de que pudiera decir algo regina me cerró la puerta en la cara.

—¡Regina! —grite mientras golpeaba la puerta de su cuarto—no seas cerda, recoge tus cosas.

—¡Recógelas tú! Va a venir Axel y tengo que arreglarme—aprete mis puños con furia y le di un fuerte golpe a la puerta.

Solté un fuerte suspiro y me metí en mi habitación, ni de loca iba a limpiar sus desastres.

Tuve que hacer varias respiraciones para no volverme loca.

En ese momento me llego una videollamada de mí mejor amiga. Le respondí y ella apareció en mi pantalla con dos vestidos en la mano.

¿Cuál elijo? —puso los dos vestidos enfrente de ella.

—¿Cuál es la ocasión? —le pregunte mientras acomodaba mi habitación y no sé cómo Emily no noto mi cara de fastidio.

¿Cómo que cual? Tu cumpleaños es mañana y vas a cumplir 18, ¿me vas a decir que no esperabas que te llevara a un buen antro? Ya es hora de que vivas esa experiencia y yo como toda una mujer experimentada, seré tu guía—la chica de cabello castaño y ojos del mismo color hablo.

—No jodas, eres un mes más grande que yo. Además, hoy es la reunión con los clubs, voy a estar muy cansada—Emily dejo los vestidos en su cama y me miro con seriedad.

Puedes ir cualquier otro día a alguna de tus reuniones. Y no todos los días se cumplen 18, además, quiero estar contigo antes de que te vayas a Canadá—me miro con tristeza.

—Necesito estar en esas reuniones, ¿sabes cuanto ayuda eso a mí beca para Canadá?. Canadá no se paga solo—pero la cara de tristeza de Emily me hizo cambiar de parecer—Está bien, voy a ir, pero solo un rato—Emily mostro sus dientes por la enorme sonrisa que me dio—y me gusta el rosa.

Terminamos de hablar y puse mis cosas en mi mochila.

Escuche la puerta de abajo abrirse. Baje de prisa y busque a mi madre por toda la sala de estar. Y aunque ella si estaba ahí, vi también a un chico pelinegro y de ojos grises. Era el novio de mi hermana, como todos los días, tenía una enorme sonrisa, traía su ropa perfectamente acomodada y he de admitir que me caía algo mal, era todo un cliché, era atractivo, alto, con dinero y por supuesto no mataría ni una mosca.

No tuve ni que saludarlo, ya que Regina se abalanzo hacia Axel y no lo dejo ni moverse.

—Hola mamá—fui con ella y la abracé. Ella también lo hizo, pero se despegó de mí y frunció el ceño.

—Hola mi vida. ¿Qué es eso que huele tan feo? —yo apunte hacia Regina y ella se despegó de Axel para señalarme a mí—. ¿Qué paso aquí? —dijo levantando una ceja, creo que para ella ya era normal esta situación.

—Ay mamá, es que tuve un accidente en la cocina y tu hija no me quiso ayudar—mi madre se acercó a Regina preocupada y le tomo de las manos.

—¿Pero estas bien hija? —Regina hizo un puchero con la cara y asintió.

—Si mamá, ¿Pero y si me hubiera pasado algo? No quería ni entrar a la cocina y Samantha no fue para ayudarme—mi mamá la abrazo y me miro con seriedad.

—Hay mi amor, hubieras ayudado a tu hermana—me reprendió y yo gire los ojos con frustración.

—Apague el fuego que había prendido esta—me exprese con enojo.

—¿Fuego? —reviso a Regina con apuro y se tranquilizó al ver que no pasaba nada grave—Bueno, pero si tu hermana no puede, es tu obligación ayudarla—en ese momento me puse roja del coraje y cruce los brazos para contener, lo que sea que quiera hacerle ahora mismo a Regina.

—Y la de Regina es no hacer cosas que no sabe, para que no cometa sus estupideces. Tu sartén se echó a perder—empecé a levantar la voz.

—Oye no le hables así…—mi madre iba a decir.

—Estupideces las que tú haces—pero Regina interrumpió a mi mamá y note como se acercaba mí con enojo, pero por suerte Axel le agarro del brazo con rapidez.

—¡Chicas! —grito mi madre—no se hablen así, yo limpio la cocina, pero por favor, dejen de pelear—dio un fuerte suspiro—. Por cierto, tengo doble turno, cenamos y me voy mis amores—las dos tuvimos que asentir y mi mamá se fue a la cocina.

—Ahora te voy a ayudar—le grite para que me escuchara. Pero antes de ir me gire con furia hacia Regina—eres una maldita perra.

—Tampoco es para tanto, además yo no estoy para hacerle de sirvienta—me miro con enojo y después se dirigió a Axel—. Había mucho fuego, casi me quemo.



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En el texto hay: amor, fingiramor, amor infidelidad

Editado: 29.08.2023

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