Un polizón en tu viaje

Capitulo 3

A espalda dos pequeñas niñas estaban observando la misma escena que yo veía, ambas vestian vaqueros negros y camisetas negras, tenian el cabello castaño oscuro  como el mio, salvo porque la de la izquierda lo tenia lacio y corto a altura de los hombros y la de la derecha lo tenia rizado y le llegaba hasta la cintura, ambas tenian el rostro circular pero la primera tenia una mirada dulce y gentil y la otra una sonrisa picara y mirada indiferente.

            - Debes venir con nosotras - me dijo la niña de mirada dulce.

            - ¿ Quienes son? - no se quien lo preguntaba yo o la dueña de este cuerpo.

            - ¿ Acaso eso importa ?-  me dijo la niña de rizos, dio media vuelta y comenzó a caminar.

            - Llegaremos tarde, ven - me extendió la mano , mirándome directo a los ojos, la dulzura que sentí al verla fue lo que me llevó a seguirlas.

No se con exactitud cuánto tiempo llevamos caminado o donde estábamos cuando de repente se detuvieron frente a lo que a mi parecer era una juguetería de hecho había un enorme letrero que lo confirmaba, las niñas entraron en la tienda y sin poder evitarlo las seguí, no se detuvieron solo caminaban sin parar, era una extraña juguetería llena de pasillos que se entrecruzan entre si, casi como un laberinto las seguí sin protestar parecían conocer el camino, de pronto mis pasos se ralentizaron, se volvieron más pesados  y hasta cierto punto cansados, me detuve por completo frente a una réplica en tamaño adulto de una cocina, todo era de juguete pero me resultó tan familiar, sabía dónde estaba todo, lo que encontraría al abrir el refrigerador, lo que había en la despensa, recordaba de forma vivida lo que había horneado en el horno empotrado y de súbito supe en qué cajón de la despensa bajo llave estaban los medicamentos, mis pies se movieron solos hasta aquel cajón y al tirar de la manija pude verlos, varios frascos estaban alli, sabía que tres de los ocho que estaban ahí estaban abiertos, no podía leer las etiquetas con claridad pero sabía en mi interior que eran mis medicamentos, sabia lo que tenia  y aunque el cuerpo en el que estaba sabia que no lo lograria, yo … Yo queria que lo lograra, que peleara más, que no se dejara ganar.

            - Debemos continuar - dijo mientras se alejaba la niña de rizos.

La voltie a ver y fue cuando lo supe sabía porque yo la seguía, porque este cuerpo y yo nos movíamos al unísono cuando las seguiamos, porque por un instante parecíamos la misma persona, esas niñas se parecían a mis hermanas, y yo confiaba tanto en mis hermanitas que las seguiría adonde ellas fueran sin protestar, sin hacer preguntas.

             - ¿ Dónde estamos?-   pregunté sin moverme de mi lugar.

             - Llegaremos tarde, confía en mí - me dijo la niña de mirada dulce.

             - ¿Dime dónde estoy, qué está pasando ?- pregunté al borde de las lágrimas.

No pudo explicar la desesperación que sentí, el miedo, y el asfixiante silencio que recibí como respuesta no ayudaban, de hecho todo a mi alrededor comenzó a desvanecerse, como si se estuviera evaporando, el miedo me estaba ahogando las lágrimas no derramadas me quemaban lo ojos y aunque quise gritar con todas mis fuerzas no podía lograr que mi voz saliera.

          - Trata de respirar despacio - me dijo una voz, sonaba como la mía pero muy diferente, además sonaba dentro de mi cabeza, era dulce pero también serena y yo no me sentía así.

  Trate de respirar despacio como me había indicado la voz en mi cabeza, siempre había creído que podías controlar tus sueños si te concentrabas y  buscabas la lógica, para mi en mis pesadillas nunca funcionaban las luces, era por eso que podía saber que estaba soñando  y cambiarlo a mi favor, eso o salir volando, pero en ese momento sabía que estaba soñando pero no podía hacer nada mi cuerpo y mi mente no me responden solo era una observadora en el cuero de otra persona.

           - Debes seguirlas, me llevaran hasta el final.- volvió a decir la voz en mi cabeza.

Respire un poco más tratando de llenar mis pulmones tanto como me fuera posible, pero no lograba sentir que se llenaran en absoluto sin embargo poco a poco mi vista se fue enfocando y todo pareció volver a materializarse, mi cuerpo volví a sentirse extraño, demasiado grande pero ahora también se sentía más liviano, al mirar hacia las niñas estas habían cambiado ya no lucían como mis hermanas, la niña de mirada dulce había crecido un poco más, su cabello ahora era de un dorado resplandeciente y con ojos azul cielo y de su espalda brotaban dos alas blancas, su ropa antes negra habia cambiado a blanca, la niña de rizos ahora era un niño de cabello corto y de un negro asabache igual que sus ojos tambien tenia dos alas blancas en su espalda, a diferencia de la niña él no babia crecido sino que parecia mas joven y su ropa seguia siendo negra. Aquellos dos niños a los que seguía eran ángeles, el tiempo del cuerpo en el que estaba se estaba acabando, los seguí en silencio  aunque quisiera tampoco podría dar marcha atrás.

 




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