Un Precio Que Pagar

Capítulo 8

"Amor es solo una palabra, hasta que alguien llega para darle sentido".

Paulo Coelho.
 

 

Santa Fe, Ciudad de México, México.

Sofía procuraba centrar su atención por completo en el informe que había redactado en su laptop, pero aquel fastidioso y agudo tronar de tacones contra el piso la estaba por enloquecer, a medida que el estruendo parecía acercarse más y más.

De pronto, la puerta se abrió con estruendo, provocándole un sobresalto.

—¿Aún no regresa la fresca de tu jefa? —Regina ladró sin molestarse en saludar o anunciarse, con la prepotencia tan propia de ella.

—Buenos días, Regina. —Sofía módulo el sonido con énfasis, masticando su molestia— Y no, la señorita Charlotte no ha regresado de su viaje aún, ¿requiere algo de ella? Porque en caso de ser así tengo órdenes expresas de gestionar cualquier requerimi...

—Nada que te competa, inepta. —La observó con desprecio— Pero si de algo sirves, avísame en cuanto regrese. Tengo asuntos pendientes que tratar con ella y por supuesto que tú no estás a la altura, no me hagas perder mi tiempo.

Sin más, se volteó con rapidez abriendo la puerta con furia y propinando un portazo violento que hizo tintinear de manera considerable los ventanales.

Sofía suspiró, sintiendo una latente presión en su hombro derecho.

Sería mejor poner al tanto a su jefa sobre los arrebatos de Regina, no era desconocido para nadie de la compañía que esa arpía hace mucho tiempo la detestaba y buscaba opciones para usurpar y suplantar su puesto de gerencia.
 

Sería mejor poner al tanto a su jefa sobre los arrebatos de Regina, no era desconocido para nadie de la compañía que esa arpía hace mucho tiempo la detestaba y buscaba opciones para usurpar y suplantar su puesto de gerencia


Mazunte, Oaxaca, México.

Agotada, pasó una mano por su cabello desenredando nudos inexistentes.

—Era de esperarse que Regina tuviese esos arrebatos, Sofía. Gracias por ponerme al tanto, le pondré los puntos sobre las íes en cuanto retorne a la compañía. —Charlotte suspiró, desplazando su mirada hasta conectarla a la de Mateo, quien la observó atento.

A los pocos segundos y tras despedirse, cortó la llamada.

—Ni en mi ausencia esa arpía deja de hacer de las suyas... Debí supone que vería una oportunidad para torturar a Sofía en mi ausencia. —Sus hombros decayeron ante el peso invisible pero innegable del agobio.

—No hay nada que puedas hacer desde aquí, mi amor. Lo mejor será esperar a volver y aclararle sus cuantas verdades a esa entrometida.

Mateo se incorporó de la cama apagando el televisor con el control remoto. Trazó pisadas enérgicas que lo acercaron en un santiamén a su chica, a quien rodeó con sus brazos de manera protectora en el acto.

—No te agobies, cariño. Es solo un berrinche de su parte, ya verás como todo se calmará de ahora en más. Además, ahora estás aquí con tu familia y conmigo... No gastes fuerzas innecesarias en asuntos que no son prioridad en este momento. —Acunó las suaves mejillas femeninas entre las palmas de sus manos, haciéndola suspirar de inmediato.

—Tienes razón... —Accedió cerrando sus ojos antes de buscar los labios masculinos y atraparlos entre los suyos.

La calidez compartida en aquel beso les robó a ambos un profundo suspiro.

De pronto, toda preocupación pasó a segundo y hasta a tercer plano para ella, quien ahora solo podía centrarse en él y su deliciosa cercanía.

Como si leyera su mente en una sublime sincronía, Mateo profundizó el beso, deslizando sus manos desde las sedosas mejillas hasta la menuda cintura de ella, atrapándola entre sus fuertes brazos.

Charlotte jadeó cuando esté la levantó en el aire, sin despegarse de sus labios. Una traviesa sonrisa se pronunció en los labios de su chico, y ella aferró sus muslos a sus afiladas caderas, para no caer.

Aunque sabía de sobra que él tenía la fuerza suficiente y más para cargar con ella por tiempo indefinido. Podía sentir esos delineados pectorales ejercer presión contra su pecho, y las sinuosas curvas de sus brazos, que en esa posición de flexión al elevarla, pronunciaban aún más su musculatura.

Ahogó un segundo jadeó cuando las manos de Mateo se adhirieron a sus muslos y entonces todo razonamiento terminó por abandonar su mente.

¡Dios bendito! Este hombre la haría enloquecer y ella no podía estar más a favor de aquello.

Siempre y cuando setratara de él y solo de él.
 

¡Hola amores! Antes que todo gracias por obsequiarme su tiempo de lectura y cariño


¡Hola amores!
Antes que todo gracias por obsequiarme su tiempo de lectura y cariño.
Espero de corazón hayan disfrutado de este episodio, que ha sido creado con igual cariño que los anteriores 😍

Si disfrutan la lectura, porfis presionen la Estrellita y déjenme llegar su cariño en los comentarios, estaré encantada de responder todas y cada una de sus retroalimentaciones 🥰🥰

¡Nuevos personajes llegan! Regina ya muestra ser una piedra en el zapato, veremos con qué sorpresas aparece 🤭




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