Un Precio Que Pagar

Capítulo 10

"Sea lo que sea de lo que estén hechas nuestras almas, la tuya y la mía son las mismas".

Emily Bronte.
 

 

Mazunte, Oaxaca, México.

—Y bueno... ¿Tienes planes para hoy? —Carmen revoloteaba por toda la cocina preparando el almuerzo, pero dejó de remover ollas por una milésima de segundos para observar a Charlotte— Con la pinta que traes ya lo creo que sí, luces hermosa.

Charlotte sonrió al ver la aprobación que detallaba en los ojos de su madre.

—Así es, Mateo me llevará a comer. No me quiso decir a qué lugar, y siento honesta me viene bien salir y dejarme querer. Han sido días de mucha tensión. —suspiró con los hombros caídos ante un peso invisible que parecía hacer presión contra ellos.

—Lo sé hija, han sido días muy agobiantes y llenos de pesar. Me alegra mucho que Mateo pueda endulzar un poco este día para ti. De seguro te preparó una linda sorpresa.

—De seguro que si –accedió con la emoción comenzando a burbujear en su pecho.

Siempre era un buen panorama pasar tiempo con su chico, y aún más ahora, que sus días se estaban tornando más difíciles conforme evolucionaba el clímax de Naná.

El sonido de su móvil la despertó de sus cavilaciones y atendió de inmediato al ver el nombre de Mateo en la pantalla parpadeante.

—Ya está por llegar —anunció con emoción nada más cortar la llamada.

Carmen se acercó a dar un abrazo a su hija y conversaron más animadas mientras esperaban el arribo de Mateo.
 

Carmen se acercó a dar un abrazo a su hija y conversaron más animadas mientras esperaban el arribo de Mateo


Centro mexicano de la tortugaMazunte, Oaxaca, México.

—No puedo creerlo... ¡Me encanta! —Charlotte se lanzó a los brazos de Mateo nada más ver el letrero de ingreso que los recibió. —¡Siempre quise venir al Centro mexicano de la tortuga!

—Lo sé, amor. Se lo mucho que te gustan las tortugas y las especies marinas, por ese motivo quise sorprenderte y me alegra muchísimo que esta visita sea de tu agrado —Mateo la observó con genuina emoción de verla tan feliz.

—¡Claro que me agrada! Entremos, amor —Charlotte tiró de su mano y lo arrastró tras ella con una efusión poco antes vista en ella.

Mateo sintió su corazón martillar con fuerza contra su pecho al confirmar lo feliz que era su mujer. Y saber que esa felicidad era genuina lo volvía loco de alegría. Ver sus ojos irradiar luz y arrastrarlo por cada rincón del museo con la emoción de una niña en el día de su cumpleaños, era la mejor recompensa para él.

Su razón de vivir y el sentido de su vida estaba directamente relacionado con la felicidad de Charlotte. Y verla tan dichosa era una caricia para su propia alma.

Tras recorrer toda la estancia y corroborar conforme lo mucho que Charlotte había disfrutado del recorrido, optaron por ir a comer, pues el sonido de sus estómagos ya era lo suficiente considerable.

—¡Moría de hambre! —Admitió Charlotte, devorando con placer su Tlayuda.

—Igual yo —concordó Mateo paladeando su delicioso Pozole.

Tras la deliciosa comida, optaron por un postre de leche quemada y sabrosos buñuelos.

Ya satisfechos y listos para continuar disfrutando el día, fueron a la playa de San Agustinillo, en donde Mateo ya tenía las reservas para su sorpresa estelar.

—¡Que delicia! Un paseo en lancha —exclamó emocionada Charlotte, al momento que Mateo descubrió su vista, que previamente había tapado con sus manos, permitiéndole visualizar la preciosa lancha que aguardaba en el muelle.

—Para mi preciosa novia, solo lo mejor —susurró en su oído de manera que solo ella pudiera escucharlo.

Un escalofrío que recorrió la espalda de Charlotte ante el suave murmullo en su oído.

Sus terminaciones nerviosas siempre reaccionaban rindiéndose de manera irrevocable a él.

Durante las 2 horas que duró el paseo marino, conversaron y tomaron un sinfín de fotografías. No solo los más bellos parajes acuáticos desfilaron ante sus ojos, sino también una gran variedad de especies marinas, unas más bellas que otras.

Al final del recorrido, Charlotte descansó su cabeza sobre el firme hombro de Mateo y este entrelazó sus manos, ante revelando un calce perfecto entre ambos.

Sin necesidad de palabras y con el suave vaivén de las olas de fondo, se atraparon mutuamente en una mirada llena de amor y promesas.

Los labios de Mateo cubrieron los de su mujer y ella se sintió completa.

Él era y siempre sería su otra mitad, el dueño de su alma y la luz de sus ojos.

 

¡Hola amores! Antes que todo gracias por obsequiarme su tiempo de lectura y cariño


¡Hola amores!
Antes que todo gracias por obsequiarme su tiempo de lectura y cariño.
Espero de corazón hayan disfrutado de este episodio, que ha sido creado con igual cariño que los anteriores 😍

Si disfrutan la lectura, porfis presionen la Estrellita y déjenme llegar su cariño en los comentarios, estaré encantada de responder todas y cada una de sus retroalimentaciones 🥰🥰




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