Un Precio Que Pagar

Capítulo 17

"Cuando nos vimos por primera vez, no hicimos sino recordarnos. Aunque te parezca absurdo, he llorado cuando tuve conciencia de mi amor hacia ti, por no haberte querido toda la vida". -

Antonio Machado.

 

Mazunte, Oaxaca, México.

Trazó pisadas lentas, que la desplazaron por toda la extensión del guardarropa.

Deslizó sus dedos a través de las prendas colgadas, removiéndolas a su paso.

En una parte de su guardarropa destacaban sus prendas iniciales, exquisitas y desbordantes de su estilo tan característico. Por otro lado, se situaban aquellas prendas más sencillas que había ido adquiriendo con el pasar de los días, que priorizaban la comodidad antes que el glamour y con las que había descubierto una comodidad agradable, poco antes experimentada en ella.

Ya se encontraba a unas pocas semanas del retorno a su ciudad.

El solo hecho de pensar en dejar el pueblo y retornar a su realidad citadina, le parecía del todo irreal.

Le generaba incertidumbre la idea de volver a su vida, que ahora, le resultaba tan distante.

¿Cómo podría retornar con normalidad a su modo de vida, tras disfrutar tanto tiempo de la compañía de su familia y seres queridos? La sola idea de no ver a sus padres a diario y a Ana María, Tommy y sus amigos cada semana, le parecía desalentadora.

Aunque sabía que Mateo estaba dispuesto a dejar todo e ir con ella hasta el fin del mundo, extrañaría demasiado la cercanía con su familia y entorno cercano.

Dentro de la profunda tristeza que la partida de Naná le había ocasionado, también había nacido en ella un nuevo sentido de pertenencia a su hogar natal y el pueblo que la había visto crecer.

Quizás podrían plantearse nuevas oportunidades. Ahora la vida le sonreía solo por tener a Mateo a su lado, ya no se imaginaba una vida sin él.

La vida era demasiado corta, y merecía la pena vivirla de una manera en que valiera la pena.

Por lo pronto llamaría a Sofía para corroborar cómo iba todo en la compañía, pues tampoco deseaba desligarse demasiado de aquello.

 

Por lo pronto llamaría a Sofía para corroborar cómo iba todo en la compañía, pues tampoco deseaba desligarse demasiado de aquello


Santa Fe, Ciudad de México, México.

Sofía bajó el móvil hasta depositarlo sobre el escritorio.

De alguna manera se sentía más liberada, ahora que había conversado con su jefa sobre los últimos sucesos que había protagonizado Regina y lo intensa que había estado.

Si bien no era de su agrado molestar a Charlotte con preocupaciones, sabía que ella merecía saber lo que acontecía en su ausencia, sobre todo del actuar de Regina.

No era difícil deducir que cada día se mostraba más intensa que el anterior, buscando maneras de asechar e irrumpir todo a su paso.

De algo estaba segura, había que seguirle las huellas y descubrir de alguna manera o de otra, que estaba tramando.
 

De algo estaba segura, había que seguirle las huellas y descubrir de alguna manera o de otra, que estaba tramando



—¿Avanzaste con los documentos contra Charlotte?

Regina cruzó sus esbeltas piernas con movimiento felino, sin quitarle la mirada de encima.

Pedro se removió, inquieto.

—Estoy en eso, necesito más tiempo.

Tragó saliva con dificultad.

Regina lo aniquiló con la mirada.

—Una semana, nada más. Si no lo haces tú, lo haré yo.

Chasqueó los dedos enfatizando con un movimiento de cabeza que lo deseaba fuera de su vista.

Pedro salió por pies, intentando bajar el nudo que mantenía atorada su garganta.

Un sutil y casi imperceptible sonido de una puerta cercana, llamó su atención.

Se detuvo con rapidez y agudizó el oído.

Ningún otro movimiento ni sonido se materializó.

Sacudió la cabeza, quizás la paranoia ya estaba haciendo de la suyas y creía escuchar sonidos inexistentes.

Se alejó con pisadas cansadas hasta perderse en el interior de un elevador.

Tras algunos minutos, la puerta fue entornada.

Pisadas cautelosas se deslizaron por el recorrido hasta perderse en el interior de una oficina.

En la seguridad del interior, Sofía apoyó la espalda contra la puerta, activando el seguro.

Finalmente dejó salir el aire que retenía a presión en su pecho.

Sabía que Regina estaba tramando algo, ahora que confirmaba sus sospechas necesitaba encontrarla manera de enfrentar a Pedro y obtener más información para detener sea loque fuese que estuvieran urdiendo.

Sabía que Regina estaba tramando algo, ahora que confirmaba sus sospechas necesitaba encontrarla manera de enfrentar a Pedro y obtener más información para detener sea loque fuese que estuvieran urdiendo




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