Narra Brenda
Era un beso perfecto. Estaba sumergida en ese beso, era único, era una locura, era un sueño. Parte de mí sabía que estaba mal, pero no quería alejarme de él. Todo parecía mágico hasta que empecé a escuchar que alguien me llamaba por mi apellido a la distancia.
- Brown, Brenda Brown – Dijo esa voz a la distancia.
Reaccionando – AH ¿SÍ? – Dije estupefacta.
Abrí los ojos y el señor Escalante estaba enfrente de mí.
- ¿Se encuentra bien, señorita? – Dijo desconcertado.
- AH sí… solo me quedé pensando en otra cosa… no importa – Dije con una sonrisa nerviosa.
- Felicitaciones, señorita. ¡GANÓ LA PRIMERA ETAPA! – Dijo estrechándome su mano.
- Gracias… No me lo esperaba – Dije con una sonrisa nerviosa.
- Bueno, la próxima semana será la segunda etapa; el examen oral – Dijo el señor Escalante con un tono serio – Tienen una semana para prepararse… pueden retirarse.
Todos salimos y afuera estaban esperándome mi mamá y Alan.
- ¿Te encuentras bien, hija? Te noté algo nerviosa – Dijo mi mamá desconcertada.
- Estoy bien, solo que me sorprendió haber ganado – Dije con una sonrisa nerviosa.
- Estudiaste mucho… sabía que ibas a ganar – Dijo Alan sonriendo.
- Gracias – Dije sin mirarlo
Después volvimos al hotel.
- Ah, regresamos al hotel - Dije pensativa
- ¿Te acompaño a tu cuarto, hija? – Dijo mi mamá.
- No… Mamá, ve tú… me quedaré un momento en el lobby – Dije pensativa.
- ¿Segura? – Dijo mirándome fijamente.
- Sí, voy a leer un poco acá – Dije sonriendo.
Mi mamá se fue y Alan se quedó un momento.
- ¿Estás bien? – Preguntó Alan preocupado.
- Sí, estoy bien – Dije sonriendo
- ¿Quieres que te acompañe? - Preguntó
- No prefiero quedarme sola por un momento
Después de que Alan se fue, me senté en una silla en el lobby del hotel y saqué mi libro favorito para leer. Pero no podía concentrarme, mi mente estaba en otro lugar. Estaba pensando en ese beso que había soñado y en cómo me hacía sentir. ¿Por qué estaba sintiendo esto por mi profesor? Sabía que era incorrecto, pero no podía evitarlo.
Decidí guardar el libro y volver a mi habitación, iba caminando sumergida en mis pensamientos.
De repente, me di cuenta de que había entrado a la habitación equivocada. Me encontré con Alan saliendo de la ducha, solo cubierto por una toalla.
Traga saliva – Perdón… me equivoqué de habitación – Dije nerviosa y Salí rápidamente
- ¿Estás bien? - preguntó Alan, preocupado.
- Sí, sí, solo me equivoqué de habitación - respondí, tratando de ocultar mi vergüenza.
- Claro, no te preocupes - dijo Alan con una sonrisa tranquilizadora. - Nos vemos más tarde
Cuando llegué a mi habitación, me recosté en la cama y traté de calmarme. Pero después de unos minutos, Alan entró a mi habitación, todavía cubierto solo por una toalla.
- ¿Qué haces aquí? - pregunté nerviosa.
- No te pongas nerviosa - dijo Alan, acariciando mis labios con los dedos. - Esto está mal - dije, tratando de resistirme.
- No pienses… solo siéntelo - susurró Alan al oído.
- Tú eres mi profesor - dije suspirando.
- TE AMO - dijo Alan, acercando sus labios a los míos. Nuestras miradas se fijaron, me perdía en el azul de sus ojos y cuando me di cuenta ya estábamos besándonos.
- No te he dicho lo hermosa que estás hoy - dijo Alan con una sonrisa.
- No hables - lo interrumpí. No quería que hablara, quería sentirlo. Era un momento perfecto, hasta que comencé a escuchar una voz que me llamaba a la distancia.
- Brenda… Brenda - decía la voz a la distancia.
Era mi mamá que estaba golpeando la puerta de mi habitación.
Reaccioné y Alan no estaba – pasa Mamá - dije sorprendida. y me di cuenta de que estaba sola en mi habitación. Me sentí confundida y abrumada, sin saber qué hacer a continuación.
(Entra) – ¿Estás bien hija? Estuve tocando un largo tiempo y no me escuchaste – Dijo mi mamá preocupada mientras entraba a la habitación.
- Sí, mamá. Solo estaba profundamente dormida, lo siento – Respondí, todavía aturdida por el sueño.
- ¿Estás segura de que estás bien? Pareces un poco distraída – Preguntó mi madre con una mirada de preocupación.
- Sí, estoy bien, solo tengo mucho en mi mente – Respondí, tratando de ocultar mi incomodidad.
Después de que mi madre se fue, me recosté en la cama y traté de procesar lo que había sucedido en mi sueño. No podía creer que había soñado con mi profesor de esa manera.
Me desperté al mediodía y fuimos a almorzar con mi madre y Alan a un restaurante. Traté de evitar cualquier contacto visual con Alan, pero era difícil porque estaba sentado justo al lado mío.
- ¿Puedo ayudarles? – Preguntó el Hostess.
- Sí, tenemos una reservación – Respondió mi madre, entregándole el comprobante.
El Hostess nos guio a nuestra mesa y yo caminaba con la mirada baja, tratando de evitar cualquier contacto con Alan. De repente, choqué con un camarero que venía en dirección opuesta y ambos caímos al suelo.