Narra Brenda
Me desperté temprano como siempre, a pesar de que no había clases por el baile. Después de tender mi cama, limpiar mi cuarto y tomar una ducha, bajé a preparar el desayuno como siempre.
Un rato después, llegó Anabela muy emocionada y terminó de convencerme para ir al baile. Aunque no tenía muchas ganas de ir, decidí acompañarla. Fuimos juntas a la peluquería, ya que era un baile y quería verme bien.
Horas más tarde, llegó el momento de prepararnos para el baile. Cuando terminé de arreglarme, Anabela me elogió.
- Te ves genial, Brenda. - dijo ella.
- Gracias, pero no tengo muchas ganas de ir. - respondí con sinceridad.
- Vamos, será divertido. Ya casi vienen por nosotras. - me animó Anabela.
Poco después, tocaron a la puerta. Eran ellos.
- Brenda, quiero presentarte a Tito. - dijo Anabela.
- Hola, Tito. - saludé tímidamente.
- Hola, Brenda. - respondió él con una sonrisa tímida.
- Hola, Así que me acompañarás hoy - dijo con una sonrisa.
- Eso parece - respondí con una sonrisa tímida.
- Bueno, ustedes pueden irse en el auto de Tito y yo con Anabela iremos en mi auto. - propuso Nicolás.
Asentí con la cabeza y tomé mis cosas para subir al auto de Tito. Durante el trayecto, traté de entablar conversación con Tito.
- ¿Nos conocemos de antes? - preguntó Tito.
- Creo que sí, llevamos algunas clases juntos hace un tiempo. - respondí.
- Ah, sí, ya recuerdo. - dijo Tito.
- Entonces... ¿Te gustan los bailes? - pregunté, tratando de romper el hielo.
- No mucho, la verdad. Nicolás me obligó a venir. - confesó Tito con una risa nerviosa.
- A mí también me obligó Anabela. - dije con una sonrisa.
- ¿Y tú tienes novio? - preguntó Tito, tratando de cambiar de tema.
- ¿Novio? - Me sorprendido con la pregunta - Es complicado.
- Complicado, eh... ¿Es de la escuela? - preguntó con curiosidad.
- Digamos que sí - respondí con una sonrisa misteriosa. - ¿Y tú? ¿Tienes novia? - pregunté curiosa.
- No, no tengo novia - respondió Tito con una sonrisa.
- ¿En serio? - dije sorprendida. - Siendo el capitán del equipo de baloncesto, seguro tendrás muchas chicas interesadas en ti.
Tito rio y negó con la cabeza.
- Estoy en busca de alguien especial - respondió con sinceridad.
Ambos sonreímos al llegar al baile y al entrar, quedé impresionada por la hermosa decoración. Sin embargo, mi atención se desvió hacia el guardarropa, donde vi a Alan vestido con un traje negro. Mi corazón latió más fuerte al verlo, parecía el príncipe que siempre había soñado para bailar bajo la luz de la luna llena.
Estaba a punto de acercarme a saludarlo, pero Melody me recordó que no podía mostrar señales de nuestra relación. Decidí agachar la cabeza antes de que me viera.
Después de un rato, Anabela y Nicolás se fueron a bailar mientras Tito y yo nos quedamos sentados en silencio. La conversación era incómoda, hasta que Tito propuso bailar.
- ¿Te gustaría bailar? - preguntó Tito finalmente.
- No sé bailar muy bien - respondí.
- Yo tampoco... solo te lo preguntaba por si acaso - se rió - Te veías algo aburrida.
Sonreí - Eres divertido Tito, quien diría que el capitán del equipo de baloncesto no sabe bailar - dije.
- Bueno, tú también eres muy divertida. ¿Qué te parece si bailamos una canción, solo para que no nos juzguen? - propuso Tito.
- Está bien... acepto, vamos - respondí.
Nos levantamos y la música sonaba. A pesar de que no era muy buena bailando, Tito me hizo sentir cómoda y nos reímos de nuestra falta de habilidad en el baile. A pesar de todo, no pude evitar pensar en Alan y en lo difícil que era mantener nuestra relación en secreto.
- Si te piso no me culpes, te lo advertí - dije sonriendo mientras bailábamos.
- En realidad lo estás haciendo bien - respondió Tito.
Mientras bailábamos, noté que Melody se estaba yendo y quise aprovechar para hablar con Alan. Cuando terminó la canción, le dije a Tito que iba a guardar mi abrigo y Anabela se fue al baño, dejando a los chicos solos.
Cuando me acercaba a Alan, Melody se cruzó en mi camino.
- ¿Qué haces? - preguntó con un tono odioso.
- Solo iba a guardar mi abrigo - respondí.
- ¿Así? - dijo sarcásticamente mientras me agarraba del brazo y me llevaba a un lugar donde no nos podían escuchar.
- Creí que teníamos un trato - dijo Melody.
- Y cumplí, ya me alejé de él - respondí.
- ¿Y qué ibas a hacer ahora? - preguntó Melody.
- Ya te lo dije... solo quería guardar mi abrigo - respondí, tratando de mantener la calma.
- Si claro... mira te entiendo, él es un bombón, y cuesta mantenerse alejada de él... pero te conviene mantener distancia, o toda la escuela escuchara este audio, con su linda conversación - dijo Melody, mostrando su celular.
Me quedé mirándola con expresión de odio. Melody se fue con una sonrisa malvada en su cara, dejándome sola y triste. Fue entonces cuando levanté la mirada y vi a Alan, quien había escuchado toda la conversación.