Narra Alan
"Brenda tuvo un accidente. Brenda tuvo un accidente."
Al escuchar esas palabras, sentí cómo la culpa inundaba todos mis sentidos. Mi corazón se aceleró y un escalofrío recorrió mi espalda. Si algo le pasaba a Brenda, nunca me lo perdonaría. Su hermana estaba tan afligida que no pude obtener mucha información. Sin perder un segundo, me dirigí al hospital más cercano, donde supuse que estaría.
Estacioné mi auto frente al hospital, con las manos temblorosas. Sabía que si Brenda estaba allí, sus padres también estarían presentes. Era un momento arriesgado, pero no podía permitir que el miedo me detuviera. Estaba dispuesto a enfrentar cualquier consecuencia, porque mi amor por Brenda era más fuerte que cualquier temor.
Al llegar a la sala de espera de emergencias, mi corazón latía desbocado. Busqué con la mirada a los padres de Brenda, pregunté por Brenda. Me señalaron dónde estaban sus padres. Me acerqué con cautela, consciente de que esta noche se revelaría nuestra relación. Sentía un nudo en la garganta y mi mente se llenaba de preguntas sin respuesta.
La madre de Brenda me miró con ojos llenos de angustia y desesperación. Supe en ese momento que ella también estaba pasando por un tormento emocional. Me acerqué lentamente y, con voz temblorosa.
- Alan, ¿qué haces aquí? – preguntó su madre, confundida.
- Señora, por favor, dígame que Brenda está bien… dígame que no le pasó nada grave.
Su madre parecía alterada, apenas podía hablar entre lágrimas y sollozos mientras me daba información sobre el estado de Brenda.
- Ella... está en una condición muy grave, en terapia intensiva. Tuvo un accidente automovilístico y todo sucedió muy rápido. El conductor del otro auto también está grave y declaró que Brenda estaba hablando por celular. El auto se salió de control debido a la nieve y nos informaron que está en coma con lesiones en la cabeza. Estoy muy preocupada - dijo, sin poder contener el llanto. - Pero no entiendo, ¿qué haces tú aquí? ¿Cómo te enteraste?
Permanecí en silencio, no estaba preparado para hablar ni sabía qué decir o inventar. Sabía que si decía la verdad, me alejarían de Brenda y no podría soportarlo.
- Dime algo, Alan. ¿Qué está pasando? - preguntó, desesperada por obtener información.
- Brenda estuvo conmigo antes de su accidente - las palabras salieron de mi boca sin pensar. - Tuvimos una discusión.
- ¿Disculpa? ¿Qué me estás tratando de decir? ¿Ustedes estaban juntos? ¿Discutieron? ¿Estaban en la escuela? - preguntó, lanzándome varias preguntas. Solo pude negar con la cabeza a su última pregunta.
- ¿Entonces? Alan, por favor... no entiendo nada y necesito toda la información posible en este momento.
El momento de la verdad había llegado. Sabía que después de esto mi vida cambiaría en todos los sentidos, pero necesitaba decirlo, dejar de mentir.
- Señora... Realmente no quería que esto se supiera así. Brenda y yo tuvimos una discusión, pero también hemos estado juntos porque... - Suspiré, tomando un momento para reunir mis pensamientos.
- ¿Por qué?... por favor, Alan, dime algo - suplicó su madre.
- Porque estamos enamorados... somos novios - confesé, esperando su reacción.
La reacción de su madre fue peor de lo que imaginé. Cubrió su boca con las manos y me miró con odio... y la comprendía, también me odiaba a mí mismo.
- ¿Me estás diciendo que tú... tú eres el chico del que mi hija está enamorada? ¿La novia que tanto ocultabas... era mi hija?
Mis palabras se atascaron en mi garganta mientras asentía con la cabeza, sintiendo un nudo de nerviosismo y culpa apretándome el pecho.
- ¿Cómo pudieron engañarnos todo este tiempo? ¡Yo confié en ti! ¡Sabes que eso es ilegal! ¿Sabes que podríamos demandarte por eso?
Intenté encontrar las palabras adecuadas para explicar la situación, para calmar su ira y su dolor.
- Señora, por favor, déjeme explicarle todo. Conocí a su hija al comienzo del año escolar, pero ninguno de los dos sabía que yo sería su profesor y ella mi alumna... Fue solo una coincidencia, un giro inesperado del destino.
Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras me miraba con una mezcla de incredulidad y furia.
- ¿Qué le hiciste para que pelearan y tuviera este accidente? - me interrumpió sollozando, su voz quebrada por la angustia.
El peso de la culpa me golpeó con fuerza, sintiéndome responsable por el dolor que su hija estaba atravesando.
- No intentaba lastimarla, nunca fue mi intención que saliera lastimada. No quería hacerle daño, solo espero que ella esté bien. - Mis palabras salieron temblorosas, cargadas de arrepentimiento y amor por Brenda.
Las cosas tomaron un giro aún más oscuro cuando me percaté de que el padre de Brenda estaba detrás de mí, su presencia silenciosa confirmaba que había escuchado cada palabra de nuestra conversación.
Un escalofrío recorrió mi espalda mientras me enfrentaba a su mirada llena de ira y decepción. Sabía que no había forma de escapar de la situación, que tendría que enfrentar las consecuencias de mis acciones.
- ¿QUÉ LE HICISTE A MI HIJA? - gritó, su voz llena de rabia y desesperación. - Todo lo que escuché es verdad.
Me quedé sin palabras, sintiendo el impacto de sus palabras y el miedo que se apoderaba de mí. Me sentía indefenso y culpable, deseando poder retroceder en el tiempo y cambiar las cosas.
- No intentaba herirla, nunca fue mi intención que saliera lastimada. No quería hacerle daño, solo espero que ella esté bien - repetía. - Yo amo a su hija... - mi voz quebrada por el llanto y el remordimiento.