Un Psicópata Se Enamoro de Mi

Capítulo 20: La Prueba del Laberinto

Marina despertó en un nuevo lugar, esta vez en un laberinto oscuro y opresivo. Las paredes estaban hechas de ladrillos grises y húmedos, y el techo estaba tan alto que la oscuridad parecía engullir todo. La única fuente de luz provenía de antorchas en las paredes que parpadeaban intermitentemente, proyectando sombras distorsionadas y creando un ambiente aún más inquietante.

El sonido de los pasos de Marina resonaba en el silencio, y el eco amplificaba su ansiedad. El laberinto parecía interminable, con giros y vueltas que hacían que cada camino pareciera igual. Sabía que debía encontrar una salida, pero la sensación de estar atrapada y perdida era abrumadora.

Mientras avanzaba, Marina notó que el suelo estaba cubierto por una capa de polvo y escombros, y las paredes estaban manchadas con lo que parecía ser sangre seca. Cada esquina traía nuevas sorpresas: manchas en las paredes, objetos rotos, y en ocasiones, símbolos grotescos que la hacían sentir incómoda.

—¡Marina! —se oyó una voz familiar en el eco del laberinto. Era el psicópata, pero su voz parecía venir de todas partes a la vez—. Bienvenida a la prueba final del laberinto. Tu objetivo es encontrar la salida, pero debes tener cuidado. Este laberinto está lleno de trampas y pruebas diseñadas para desafiar tu voluntad y determinación.

Marina se detuvo en seco al escuchar la voz. Estaba acostumbrada a las sorpresas del psicópata, pero esta vez el laberinto parecía ser una prueba física y mental al mismo tiempo. Cada decisión que tomara podría acercarla a la libertad o a una trampa mortal.

—Recuerda —continuó la voz—, no solo se trata de encontrar la salida, sino de enfrentar tus propios miedos en el proceso. Este laberinto es un reflejo de tus propias inseguridades y dudas.

Con determinación, Marina avanzó por uno de los pasillos. El ambiente se volvía cada vez más oscuro y opresivo, y el aire estaba cargado de un olor metálico que le hacía recordar el lugar en el que se encontraba. De repente, el suelo comenzó a temblar y se abrió una grieta delante de ella, separándola del pasillo por el que había estado caminando.

Marina miró a su alrededor y notó un camino alternativo a la izquierda. Tomó una profunda respiración y se adentró en el nuevo pasillo, que parecía más oscuro y menos mantenido que el anterior. Los pasos de Marina eran el único sonido que rompía el silencio sepulcral.

A medida que avanzaba, el pasillo se estrechaba y los símbolos en las paredes se volvían más extraños y perturbadores. Las sombras danzaban en las paredes y el sonido del eco se hacía más pronunciado. De repente, Marina escuchó un ruido sordo detrás de ella y se dio la vuelta rápidamente.

Un hombre encapuchado apareció de la nada, con un machete en la mano. Su presencia era tan inesperada que Marina sintió un nudo en el estómago. El hombre parecía estar siguiendo un patrón fijo, moviéndose de un lado a otro como si estuviera buscando algo.

—¡No te acerques! —gritó Marina, retrocediendo con cuidado.

El hombre encapuchado no respondió, pero sus movimientos se hicieron más rápidos y erráticos. Marina se dio cuenta de que el hombre parecía estar en un estado de frenesí, como si estuviera buscando a alguien para atacar. Sabía que no podía enfrentarse a él directamente, así que decidió seguir buscando una salida.

Continuó avanzando por el laberinto, sorteando los obstáculos y tratando de evitar el encuentro con el hombre encapuchado. En un momento, encontró una pequeña sala con un altar en el centro. Sobre el altar había un libro antiguo y una caja pequeña.

Marina se acercó al altar con cautela y examinó el libro. El título estaba grabado en letras doradas, pero el texto era ilegible debido al polvo y la suciedad. Decidió abrir la caja pequeña, que contenía una llave dorada.

—¡Qué interesante! —se oyó la voz del psicópata nuevamente—. La llave dorada es una pieza importante en esta prueba. Te llevará a la siguiente etapa del laberinto, pero ten cuidado. La verdadera prueba está por comenzar.

Marina tomó la llave dorada y continuó su camino, sintiendo que el laberinto se estaba volviendo más intrincado y difícil de navegar. Cada pasillo parecía llevar a un callejón sin salida, y las trampas eran cada vez más frecuentes. Las paredes estaban cubiertas de marcas y símbolos que parecían cambiar cuando no los miraba directamente.

Finalmente, llegó a una puerta de hierro en el fondo del laberinto. La puerta tenía una cerradura que parecía estar hecha a medida para la llave dorada. Con manos temblorosas, Marina insertó la llave en la cerradura y la giró.

La puerta se abrió con un chirrido, revelando una sala grande y luminosa. La sala estaba decorada con una serie de espejos, y en el centro había una mesa con un espejo de tamaño completo. El psicópata estaba de pie junto a la mesa, con una sonrisa que denotaba satisfacción.

—¡Felicidades, Marina! —dijo—. Has superado la primera fase del laberinto. Pero lo que viene ahora es la prueba definitiva. El espejo en el centro de esta sala reflejará tus peores temores y te obligará a enfrentarte a ellos. Debes enfrentarte a lo que ves y encontrar la fuerza para seguir adelante.

Marina se acercó al espejo y miró su reflejo. Al principio, solo veía su propio rostro cansado y sucio, pero a medida que miraba más de cerca, el reflejo comenzó a cambiar. Los ojos en el espejo se llenaron de lágrimas y dolor, y el rostro parecía mostrar una expresión de desesperación.

—Lo que ves en el espejo —dijo el psicópata— es un reflejo de tus miedos más profundos. Debes enfrentar estas visiones y encontrar la fuerza para superarlas. Solo así podrás salir de este laberinto y acercarte a tu libertad.

Marina sintió una oleada de emociones mientras observaba el espejo. Las visiones en el reflejo parecían estar hechas a medida para explotar sus inseguridades y miedos. A medida que enfrentaba cada visión, sentía que la carga emocional se volvía más pesada, pero también comenzó a reconocer que la clave para superar el laberinto estaba en su capacidad para enfrentar estos miedos.



#7058 en Novela romántica

En el texto hay: crimen, psicopata, romance

Editado: 01.09.2024

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