Un reemplazo para el diablo

Capítulo 20

Han pasado dos días desde que Bartolomé cedió la propiedad de la mansión de las rosas a Alicia. Usando su influencia sobre el director North se las arregló para conseguir un permiso especial para ausentarse de clases para su nuevo juguete, permitiendo de esta manera que la desdichada chica trasladase sus pertenencias del basurero donde "vivía" a su nueva morada.

El reloj digital del despertador marco las 7:30 am del 11 de mayo del año 2016. Tal y como había sido programado el día anterior comenzó a sonar estrepitosamente despertando a la bella durmiente recostada en la acogedora cama dentro de la habitación. Sus parpados temblaban y se resistían a abrirse, hace mucho tiempo que no habían disfrutado de una noche tan placentera y se negaban a dejar el cálido sentimiento con fin de ir al colegio.

Con mucha elegancia Darlia ingreso a la habitación y al ver que la pequeña dama se negaba a levantarse abrió sin vacilación las cortinas de la ventana, dejando entrar la luz del sol. Los ojos de Alicia reaccionaron rápidamente ante la molestia luminosidad y en un movimiento natural para escapar su cuerpo se dio la vuelta y con su mano se colocó una manta sobre su cabeza, librándose así de sus problemas.

Respirando calmadamente la joven doncella de hermosa figura y delicado rostro se acercó a la cama, tomo con sus delicadas manos la parte baja del colchón y con una fuerza sobrehumana impropia de su aspecto frágil lo levanto y posteriormente le dio vuelta, botando sin temor a la persona acostada encima al suelo

— Pero qué demonios te pasa — grito molesta Alicia levantándose rápidamente del piso donde aterrizo

— el maestro Bartolomé me ha ordenado que la Levante señorita Alicia— Contesto Darlia con calma sin demostrar ninguna clase de fluctuación en su voz, como si se tratara de un robot

— hay mejores maneras de despertar a la gente— contesto rápidamente Alicia sobándose su cabeza

— El maestro desea que asista a la academia. La bañera esta lista y el desayuno también, por favor primero Lávese antes de comer — contesto Darlia ignorando selectivamente los reclamos de Alicia para posteriormente dejar la habitación de la misma manera que entro

— Al menos esfuérzate por discutir conmigo...— murmuro molesta Alicia al ver que Darlia se iba. Aunque la joven sirvienta era muy hermosa, su frialdad y su apariencia le daban un aspecto temible, como el de una muñeca de porcelana que puede hablar.

...

Las clases en la academia Baltazar daban comienzo, los alumnos y profesores ingresaban a sus respectivos salones. El silencio las aulas reinaba de manera predominante demostrando la eficacia del estricto protocolo del colegio.

El antiguo rey de los bufones estaba sentado en su asiento habitual. Aunque generalmente le gustaba ser el centro de atención, hoy las diferentes miradas que recibía le resultaban molestas. Su padre había recuperado su trabajo de alguna manera y sus ingresos familiares habían regresado a la normalidad, pero el estilo de vida que Eleodoro llevaba hasta ahora cambio radicalmente. De partida su padre tomó la repentina decisión de suspender indefinidamente la mesada que le daba todos los meses. Dándole para sobrevivir solo el dinero suficiente para comprarse un modesto almuerzo en la cafetería de la academia; aquel menú reservado específicamente para los estudiantes becados. Ya no contaba con ningún chófer particular que lo llevara de ida y vuelta de su casa al colegio. Y por si fuera poco su uniforme escolar tradicional había sido vendido y cambiado por un modelo más antiguo del mismo, utilizado hace diez años atrás. Este último cambio fue el más notorio y provocó que la miradas de sus compañeros se centrarán en él. Las mismas mirada que en algún él les dio a los estudiantes más pobres

La miradas de todos estaban centradas en la del nuevo espécimen; todas exceptuando la de Bartolomé a quien no le parecía sorprendente el aspecto de Eleodoro. Cuando el malvado demonio le regreso su trabajo a George Bursh lo hizo a cambio de dos condiciones. Primero que todo estableció una rentabilidad mínima mensual del 4% por acción, algo bastante razonable en el mundo empresarial considerando que Bartolomé era el nuevo accionista mayoritario de la multinacional. La segunda cláusula no escrita que le pidió al honorable CEO fue quitarle sus privilegios de niño mimado a Eleodoro, de tal manera que viviera el resto de su vida escolar como un estudiante promedio del país, manteniéndolo desde luego en la misma academia.

Esto último le pareció extraño a George, pero en cierto modo lo ayudo a comprender por qué fue despedido; su querido hijo había hecho enojar al nuevo dueño. Esto le pareció razonable al hombre, pero aun así no pudo entender por qué lo recontrato. Si fuera un ser humano imprudente preguntaría molesto la razón de tal repentino cambio de parecer, pero sus años trabajando como CEO de un importante negocio le enseñaron a no meterse a fondo en proyectos peligrosos. Si lo único que pedía Bartolomé para regresarle su trabajo era quitarle sus privilegios a su hijo lo haría, desde hace mucho tiempo tenía planeado hacerlo con el fin de enseñarle humildad a su progenitor, solo necesitaba un pequeño empujón para tomar esta decisión.

Aun cuando el centro de atención de los alumnos estaba sobre Eleodoro, los ojos de Bartolomé estaban en otro objetivo. Ante una persona externa de lo sucedido hace dos días la apariencia de Alicia no llamaría la atención, pero para Bartolomé ciertamente era algo curioso "¿porque si tiene ropa nueva sigue usando el mismo uniforme gastado? " era la pregunta que el demonio se hacía en su mente.

Sus ojos llenos de orejas habían desaparecido ligeramente y rostro había ganado un poco de color más vivo, demostrando los increíbles cambios que una noche de buen sueño puede tener en el cuerpo de una mujer. Si Alicia fuera una belleza su ligero cambio físico llamaría la atención de todos, pero como era solo una chica del montón su transformación solo fue percibida por dos pares de ojos.




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