Darlia era posiblemente la persona más leal a Bartolomé que se podía encontrar en la superficie de la tierra. Su lealtad e idolatría hacia el demonio interno del joven podrían considerarse fácilmente algo demencial; como la dependencia de un extremista religioso a su Dios. Pero al mismo tiempo la inteligencia de la joven doncella le permitía mantener la calma y demostrar su utilidad; jamás haría algo que pudiera lastimar o perjudicar a su maestro; al menos no intencionalmente.
En el Infierno, el huésped del cuerpo de Bartolome jamás escucharía súplicas, el hecho de estar en la tierra no cambiaría este hecho. No importaba cuanto Alicia le pidiera acoger a los niños en la mansión de la rosas, él jamás cedería, no obstante, esta actitud desinteresada sólo podría tomarla si los riesgos de convertir a Alicia en un "pecador por obligacion" fueran mínimos. Rechazarla inicialmente no traería problemas, ya que fue ella quien decidió traer a estos huérfanos a la mansión sin consultarle al dueño previamente, a menos que Alicia fuera una persona irracional y oportunista que piensa que tiene el derecho a elegir que hacer sobre los bienes de otra persona, no existía forma de que generará rencor en contra de Bartolome y se convirtiera en un "pecador por obligacion", jamás habría captado la atención del demonio si fuera esta clase de ser humano. Darlia era ciertamente muy leal, pero fue esta misma lealtad la que puso a su maestro en una situación complicada. Ahora que el pequeño York había sido golpeado por la sirvienta Alicia poseía motivos suficientes como para odiar a Bartolomé y convertirse con el paso de los años en un "pecador por obligación", si el demonio quería torturarla en el infierno al morir debía ceder con el fin de reducir su ira; es mejor perder una batalla pequeña en una guerra que perder la misma guerra.
— puedes traer a estos niños a la mansión, pero solo permitiré que se queden 6 días al mes — repitió Bartolomé a Alicia quien sostenía al pequeño York inconsciente en sus brazos — espero este de acuerdo con esta oferta— añadió
— por supuesto, no podría pedir nada más — contesto Alicia haciendo una ligera reverencia, nunca antes se había reverenciando ante ninguna persona, pero considero que hacerlo en esta circunstancia era lo correcto
— te compraré nueva ropa, eres libre de venderla de nuevo si así lo deseas, pero no quiero que gastes el dinero que obtengas en estos niños, entregaré a Darlia recursos suficientes como para mantenerlos felices durante los 6 días que se queden cada mes — indico Bartolomé mientras firmaba un cheque y se lo entregaba a Darlia. No era posible saber el monto que escribió con exactitud, pero Alicia alcanzó a ver de reojo una cifra con 7 dígitos — no es necesario que te lo advierta, pero la próxima vez que decidas traer a alguien a vivir a esta mansión te agradecería que consideraras consultarme de antemano. Se que te he dado muchas libertades, pero el legítimo dueño de este lugar sigo siendo yo, espero entiendas este punto — añadió
— ¡si!— respondió Alicia inclinando su cabeza nuevamente. Sabía que no podía exigir nada en esta situación, que Bartolomé permitiera a los pequeños quedarse y se hiciera cargo de sus gastos durante los seis dias al mes que se quedarían era más de lo que ella podía desear
—puedes irte, he terminado de hablar contigo el día de hoy. Necesito conversar con Darlia — indico el joven
— si... — respondió Alicia poniéndose de pie lentamente para luego tomar las manos de sus hermano y salir de la habitación sin decir ninguna otra palabra. No quería arruinar esta oportunidad que había obtenido, dejar la habitación mientras que el sádico joven siguiera siendo amable era lo mejor que podía hacer en esta situación
Una vez estando en el pasillo los hombros de Alicia comenzaron a temblar, de su rostro pequeñas lágrimas comenzaron a caer, había obtenido lo que quería, pero al mismo tiempo sentía que había perdido su dignidad. Desde que sus padres la abandonaron a los 7 años su dignidad era lo único que nunca había perdido, era lo más importante según su opinión y ahora la había entregado voluntariamente con el fin de obtener algo
— hermaita, ¿porque lloras? ¿El hermaito Bartolomé fue malo contigo? — preguntaba la pequeña Susan sujetando la falda de su hermana con preocupación —¿ quieres que lo castige por ti?— añadia preocupada
— no te preocupes Susan, todo está bien — respondió Alicia secándose sus lágrimas mientras se agacha a para abrazar a la pequeña, no quería que su hermanita la viera así. Había sacrificado su dignidad, pero valdría la pena si sus hermanitos pudieran tener una mejor infancia que la que ella tuvo
***
Bartolomé se puso de pie y se acerco a la ventana, respiro profundamente y luego libero el aire acumulado lentamente, pensó que corromper a Alicia sería más sensillo, nunca imagino que traería huérfanos a la mansión. Si la joven hubiera donado su dinero a una beneficencia o obra caritativa sería fácil de solucionar, solo tendría que darle más fondos y limitar las oportunidades de donar de la chica, pero tratar con huérfanos era diferente. Los niños eran protegidos por Dios, si un demonio les hiciera daño ya sea directa o indirectamente los ángeles no se quedarían de brazos cruzados
— ¿esta molesto conmigo señor? — pregunto Darlia nerviosa. Luego de analizar la situación entendió rápidamente que su actuar anterior podría haber hecho enojar a su maestro. Podía tolerar que Alicia la odiaría, que los niños llorarán al verla o incluso que el mundo estuviera en contra suya, pero no podía soportar la idea de que Bartolomé estuviera molesto por su culpa. Como una niña pequeña que esperaba un regaño sujeto con fuerza su vestido en un intento de liberar parte de su estrés
— ¿como podría estarlo? — pregunto Bartolomé mirándola de reojo mientras sonreía sutilmente — todo lo contrario estoy feliz, si la cacería de una presa es demasiado fácil el cazador terminará por aburrirse, el hecho de que Alicia muestre resistencia sólo hace más divertido el proceso de corromperla — aclaró el joven generando con estas palabras alivio en el corazón de Darlia — aunque te agradecería que no volvieras a levantar tu mano en contrá de ella o sus seres queridos. Si la haces enojar podrías crear sin querer un "pecador por obligacion" y cuando eso suceda todo el esfuerzo que he puesto en corromperla serán inútiles — añadio