Un reencuentro navideño

Cercanía

Capítulo 04

Han pasado dos horas desde que llegamos del hospital, las doctoras me dejaron un tiempo más para evaluarme, sin embargo, les dije que no pasaría navidad en el hospital. Por lo que firmé un documento y me fui de allí con mi familia; ellos a regañadientes aceptaron mi decisión. Ya me siento bien. 

Josh se fue en su camioneta, en cambio yo voy con mis padres en el auto de mamá. 

Falta poco para que sea de noche, hemos estado prácticamente todo el día en el hospital. Luego de que llegaran los médicos, no pude hablar más con Joshua. Él se alejó por completo, mis padres volvieron y no pudimos pasar palabra. 

Cuando decidí irme de allí, él se quejó, lo miré y detuvo su comentario. Es impresionante que aún con mi mirada sepa cómo me siento, sabe perfectamente que no voy a quedarme aquí en una fecha especial. 

Sé que tenemos otra conversación pendiente, pero esta vez de frente, hablando con seriedad y sin que nadie nos interrumpa. 

Vuelvo a recordar sus ojos llenos de lágrimas y su voz quebradiza. Me hace sentir nostalgia. 

Se estaba disculpando… Dijo que tuvo los dos peores años de su vida. 

Odio sentirme de esta manera, odio sentirme confundida, llena de tantas preguntas y queriendo saber, de una buena vez por todas, la verdad de lo que sucedió hace dos años en vísperas de año nuevo. 

También quiero preguntar por su mamá. 

Josh la adoraba, saber que murió hace unos meses me entristece tanto. Ella era increíble, muy amable y elegante. Pensar en no tener a mi madre se me estruja el corazón; no sé cómo puede estar sintiéndose él, que pasará su primera navidad sin ella. 

Todos están abajo arreglando la mesa para la cena, han venido mis primas y tías, también he escuchado movimiento en la habitación de la abuela Chloe. Me hace feliz tenerla con nosotros otro año más. Aunque muy poco nos reconozca, a ella le gusta compartir, aunque sea un rato. Papá ha tenido mucha paciencia con ella, la ama y hace todo para que se sienta bien, y no se altere como algunas veces lo hace. 

Son las ocho de la noche, todos están abajo hablando, por lo que me arreglo para bajar y desear feliz navidad antes de que sea la hora. 

Una vez en la sala, mis padres me ven, preguntan cómo estoy, por lo que les digo que me siento bien. 

—¿Taby? —Escucho una voz muy baja preguntando por mí. Todos nos quedamos en silencio. 

Cada uno de la sala está viendo fijamente a la persona que pronunció mi nombre. 

La abuela Chloe está sentada en su silla de ruedas, con su mantita navideña. Está muy hermosa con un vestido color verde que le han puesto hoy. 

No puedo evitar sonreír e ir acercándome hasta donde está. 

—¿Sí, abuela? —le pregunto, bajando hasta su altura. Ella me mira.

—Mi pequeña Taby, tan hermosa como siempre. —Su mano se posiciona en mi mejilla, la calidez se siente tan dulce y tenue—. Te ves preciosa, Taby. Mi pequeña saltamontes. 

Mis ojos se llenan de lágrimas. 

—Sabes quien soy —murmuro con el nudo en la garganta. 

—Eres mi hermosa Taby, mi pequeña saltamontes —vuelve a decir. 

Asiento muchas veces, limpiando mis lágrimas.

—Soy tu Saltamontes, abuela Chloe. 

Detrás de mí escucho hipeos, murmullos. Dejo de escucharlos, solo me concentro en ver a mi abuela, darle dos besos en sus mejillas y abrazarla con cuidado. 

—Te amo, abuela. Eres mi vida. 

Luego del momento lúcido de mi abuela, todos sonrieron, se limpiaron las lágrimas y continuaron hablando, bailando hasta que el momento de la cena llegó. Cada uno está en su puesto, por supuesto que Josh lo sentarían a mi lado. 

Él elogia la comida, pero hay un momento en que todos se quedan callados cuando Josh le da un tintineo a su vaso con agua. 

—Eh, hola a todos —comienza a decir, titubeando un poco. Está nervioso.

Yo también lo estoy. 

Tenerlo aquí con mi familia se siente extraño, diferente; en otros términos, en los que somos conocidos, con una historia maravillosa y triste a la vez. Sentados a lado del otro, sintiendo diferentes emociones y sentimientos. 

Muchas veces me puse a pensar que nuestra historia terminó, que no nos íbamos a topar nuevamente en esta vida. La manera en la que él finalizó nuestra relación fue tan inesperada. Nuestro compromiso duró seis días. Pero en vísperas de año nuevo, simplemente llegó y dijo tantas cosas y a la vez nada, dándome a entender que no quería casarse conmigo y que se iría esa misma noche de Kansas. 

Recordar ese día duele, me he atormentado todos estos años con el mismo momento en que él dijo “No me casaré contigo”. 

Estamos a solo horas de finalizar el año, toda la familia ha venido a celebrarlo en mi casa, emocionados también por la noticia de mi compromiso con Joshy. Estos días han sido hermosos, cada persona que se nos topa, nos felicita y desea lo mejor. Mis primas ven mi anillo y sueñan con estar comprometidas también o volver a estarlo, porque muchas de ellas ya están casadas y se quejan de sus esposo, pero en el fondo sé que los quieren. 

Mis papás y la abuela Chloe están felices, aunque ella no sepa del todo quien es Josh, igual se alegra porque alguien de la familia se casará. 

Cada vez que veo a mi prometido me saltan las mariposas en el estómago de felicidad. Después de cinco años de relación, finalmente hemos llegado a la etapa de casarnos. No importa que ya estemos viviendo juntos en Nueva York, esto es algo más simbólico, lo que muchas chicas quieren en su vida. Soñar con la boda y el vestido. 

No he visto mucho a Joshua hoy, él ha estado con su mamá todo el día, han ido al pueblo. Mientras los espero, he estado ayudando a mis padres con la cena y la decoración de fin de año. 

Me preocupo cuando veo llegar a Josh y a mi suegra, ninguno de los dos se une a dónde estamos reunidos, mi novio sube directo a la habitación y Lucile lo acompaña detrás. 




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