Un regalo inesperado para el Alfa

Una luz oculta


 

Elian

 

 


No me cabe en la cabeza lo idiota y ciego que he sido todos estos años. Está chica me tiene fascinado por completo y la he tratado como si ella no valiera nada. Cómo una basura por así decirlo. Me da rabia hasta de pensarlo. 


 

Es la hija de una de las mujeres que más amo y aparte ella me está volviendo loco con esa mirada tan encantadora. Quisiera invitarla a salir y disculparme de alguna forma. Quiero poder conocer más de ella y ver que puedo esperar en un futuro.


 

Mañana sería el día perfecto. Sé que ya es Navidad, pero también es mi cumpleaños. Tal vez ella acepte salir conmigo como regalo de ambas ocasiones. Ella puede compartir con su madre y tal vez en la noche salir conmigo.


 

Veo como ella coloca su mano sobre la mía que aún reposa en su mejilla. Coloco mi mano en su cintura y la siento temblar un poco por ese acto. Sé que estoy tomándome confianzas que no debería, pero hay algo en mí que no lo puede evitar. La quiero más cerca de mi. Su esencia me llama. 


 

— Alfa, tal vez debería irme.


 

— ¿Por qué?


 

— Por qué ya le di su regalo. Y no quisiera incomodarlo más con mi presencia.


 

— No me incomodas en lo absoluto Andreina.


 

— Pero las personas a su alrededor siempre lo incomodan. Sobretodo las mujeres que lo rodean en todo momento.


 

Una sonrisa aparece en mi boca. Ella en definitiva me ha observado y al parecer lo ha hecho mucho. Tanto que me conoce muy bien. Mientras que yo ni me molesté por verla aunque sea un solo momento.


 

— No me dijiste al final de quién estás enamorada.


 

Andreina se pone muy nerviosa y se aleja de mí. Mi mano que estaba en su mejilla hace un momento, ahora queda en el aire. Me molesto por su separación a mi cuerpo. La siento lejos y no me gusta la sensación.


 

— Eso ya no importa Alfa.


 

— ¿Por qué no?


 

— Porque… Pues porque no importa.


 

— Eso no es una respuesta.


 

— Él no va amarme de igual modo.


 

— Eso no lo sabes.


 

— No soy nadie. Apenas y tengo mi título. Sé que él busca mujeres preparadas y a su altura, y yo obviamente no soy una de ellas. Ni siquiera he obtenido mi título aún. Todavía soy una simple estudiante.


 

— ¿Qué? ¿Acaso estás haciendo una carrera para gustarle y sentirte suciente para él?


 

— No, bueno, puede que algo pero no solo por eso. También quería ser alguien. Darle una mejor vida a mi madre.


 

— ¿Nana no es feliz aquí?


 

— Si, ella lo es y mucho. Pero me gustaría poder darle una casa algún día. Un lugar que sea de ella completamente.


 

— Ya veo. Eres una buena hija.


 

— Gracias Elian


 

— Te voy a decir una cosa. Nunca hagas algo para complacer a alguien más. Y mucho menos a un hombre. Si él no te ve por lo que eres y tienes en realidad, entonces no era para ti y nunca debería serlo.


 

— ¡Oh! entiendo.


 

— Tu riqueza proviene del corazón Andreina. Eso no hay dinero que pueda comprarlo. Cómo yo lo veo, eres más rica de lo que piensas.


 

Ella me muestra una sonrisa enorme. Cosa que hace que mi corazón quiera salirse de mi pecho. Algo extraño está pasándome. Me muero por atraerla a mi y besarla. Pero me detengo antes de que pueda cometer un error. No quiero asustarla.


 

— Eres un Alfa muy bueno. Entiendo porque todas las chicas de esta manada lo aman tanto.


 

— ¿Todas? ¿Tú eres una de ellas? 


 

La pongo contra la espada y la pared intentando descifrar si Andreina es una de ellas. Esa respuesta sí que me interesa y mucho. Eso definiría cualquier movimiento que esté por hacer ahora mismo.


 

— ¿Yo?


 

— Si, tú.


 

Ella aún sigue sin responderme pero está muy nerviosa. La veo jugar con sus manos y mirando para ambos lados, buscando la forma de escapar de mi pregunta.


 

Mi pequeña Andreina. No te dejaré ir de aquí sin antes tener una respuesta. Y espero de todo corazón que sea la respuesta que espero.


 

— No, yo no.


 

Ella me dice eso sin mirarme a la cara. Señal de que me está mintiendo. Rio bajo aunque sé que ella puede escucharme. Parece una pequeña niña asustada. ¿Y si yo fuera ese hombre que ella ama? Sería un milagro enterarme ahora mismo. La voy acorralar hasta tener mi respuesta.


 

— No te preocupe. No me tienes que responder ahora. Sabes, ya es veinticinco de Diciembre. Ya es Navidad.


 

— Si, Feliz Navidad Alfa Elian y también cumpleaños.


 

— Feliz Navidad para ti también preciosa.


 

Su mirada muestra ilusión. Cosa que me gusta mucho. Me maldigo por no haber visto ese rostro tan angelical antes.


 

— La celebración no termina aquí sabes. Apenas termino nochebuena, pero hoy en la noche celebramos Navidad y estoy muy seguro que mis padres deben tener un pastel y más regalos por mi cumpleaños. ¿Vas a estar ahí?


 

— Claro que voy a estar ahí. Para eso vine.


 

Esta vez la veo más alegre que hace un rato. Al menos me tomé la molestia de preguntar y no como hice en la tienda de Jasper. Ella merece ser tratada con mucho respeto y adoración. Y eso voy hacer.


 

— Tal vez puedas darme el honor de bailar conmigo en la noche. Y si quieres podemos cenar aparte y seguir hablando como ahora.


 

— ¿Enserio?


 

— Por supuesto.


 

— ¿A qué hora me tocaría?




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