El tarado de Yoongi y todos los demás mugrosos me habían condenado a vivir una vida miserable, son tan torpes que alejaron a la mejor reina que podría haber tenido Lostland, ahora… me encuentro en la granja del palacio, de seguro no hay mejor manera de vivir.
-Su majestad- Dice el granjero con suma ironía en su voz -parece que se olvidó de bañar a los cerdos, recuerde que aunque no los comamos ¡Sirven para despejar los campos de las serpientes!
Rodo mis ojos, su tono de voz es tan irritante, ya entiendo por qué la granja está demasiado lejos de la aldea.
-Ya iré- digo con desagrado- ¿algo más?- pregunto y él asiente.
-No se olvide de limpiar el corral de las gallinas, ordeñar las cabras y darle comida a los caballos, además de terminar temprano para preparar la cena- sonríe de manera orgullosa y sale del granero en el que estoy durmiendo.
Salgo a bañar los cerdos ¿pueden creer que apenas llegué y estoy hasta el cuello de tareas? -¡Ven aquí marrano!- corro detrás de uno, parece que han hecho pandilla contra mí, porque mientras persigo uno, otro me empuja por la espalda y caigo al pantano en el que se revuelcan -¡Qué asqueroso! ¡Arruinaron mi vestido!- si no fuera porque TN sobrevivió, ya estaría tomando mi lugar de reina, mala hierba nunca muere, de seguro eso tuvo que haber sido.
Lo siguiente en la lista es limpiar el corral de las gallinas, son animales lindos, no creo que vayan a ser tan agresivos -¡Bájate de mi cabeza!- grito mientras corro de un lado a otro intentando deshacerme del bicho lleno de plumas ese, cuando por fin logro zafarme, otras dos se abalanzan sobre mí, no olvidemos a las cabras, esos animales ¡Me dan pánico! Al entrar al corral, me ven como si quisieran devorarme, me siento a ordeñarlas, nunca he llegado a ordeñar una, mis manos están temblando, una de las otras se levanta y corre a mi dirección.
-¡Ayuda!- grito mientras salgo corriendo al granero, cierro la enorme puerta y siento como sus enormes cuernos la golpean ¿qué clase de crimen estoy pagando? Esto es lo peor que me podría haber pasado. La hora de la cena ha llegado, es la primera vez que cocino, nunca, digo… ¡NUNCA! He llegado a cocinar.
-¡La cena está servida!- digo viendo con satisfacción lo que había preparado, van entrando uno a uno y ven con asombro lo que he cocinado, se sientan y comienzan a comer -Ji-Woo- me dice el granjero, lo veo con una sonrisa esperando su opinión -¡La comida de los cerdos es mejor que esto!- los demás se ríen mientras yo inclino la cabeza y me disculpo, no debería estar aquí.