Sí, necesitaba urgentemente volver a conectar conmigo, porque en ese entonces no sabía lo mal que estaba pasando y cómo no estaba procesando y aceptando mis emociones solo existía y me decía constantemente que todo iba a estar bien, eso sin contar con el hecho de que Tobías no me dejaba sola ni un momento, por lo que se hacía más complicado sanar de manera correcta.
En ese momento tampoco sabía que estaba a nada de detestarlo y tomar la decisión de poner entre nosotros muchísimos kilómetros de distancia, lo que casi hace arruine mi vida.
No recuerdo muchas cosas porque ciertamente me he negado a hablar de ello y aunque mi psicóloga de vez en cuando me dice que eso no está bien hacerlo, sí que recuerdo cómo de un día para otro decidí que debía faltar a la escuela. Claro que no solo tomé la decisión, sino que hablé primero con mis papás y aunque en ese momento no lo sabía creo que sin duda fue mi primera llamada de auxilio hacia mis padres y ellos entendieron perfectamente que necesitaba mi espacio sin la necesidad de yo contar más.
Ese día no trabajé, no entregué tareas de manera física y claro que ese día mis amigos y Tobías no tardaron en preguntar en donde estaba. Mis padres no dijeron nada y hasta el día de hoy se los agradezco.
Como era de imaginarse me fui a la playa, pero en esa ocasión conduje más lejos de lo normal y me fui a otra ciudad aledaña, nadie me conocía y yo no conocía a nadie tampoco y eso finalmente resultó por agradarme. Pero, así como me alegró no conocer a nadie, también comenzó otro capítulo en mi vida que casi la arruina.
Posiblemente ese capítulo se llama Oliver.
#4104 en Joven Adulto
#21110 en Novela romántica
#3764 en Chick lit
verano romantico, universidad romance juvenil, romance juvenil
Editado: 24.03.2025