Un secret entre nous

Capítulo 6: La habitación equivocada

Julien

Nunca quise esto.

Mentira.

Siempre lo quise. Desde que Théo me llevó por primera vez a su casa en Provenza, cuando Camille era apenas una adolescente con pecas y flores en el cabello. Prometí no mirarla. Prometí ser el amigo correcto, el hombre decente.

Mírame ahora.

Salimos del viñedo riendo, tambaleándonos entre besos. Ella me tiraba de la mano como si supiera exactamente a dónde íbamos. Pero yo no sabía nada. Solo podía pensar en su risa pegada a mi cuello. En su olor a vino y flores.

La casa estaba casi vacía. Los invitados dormían o seguían bailando afuera. Entramos sin hacer ruido, ahogando carcajadas como dos niños que roban dulces.

Camille abrió la puerta de una habitación sin mirar. La cerró detrás de mí. La lámpara de la mesita estaba encendida, lanzando una luz suave que me mostró su pelo revuelto, sus mejillas rojas.

—Camille… —traté de detenerla. Mi voz apenas un hilo. —No deberíamos…

Ella me besó otra vez. Sus manos se deslizaron por mi cuello, mis hombros. No supe cómo retrocedimos hasta chocar con la cama. Todo era un caos: su respiración, la mía, el latido salvaje bajo mi camisa.

—Arrête de fuir, Julien… —susurró contra mi boca.

Deja de huir.

Y lo hice.

Dejé de pensar. Dejé de contenerme. La levanté entre mis brazos, la tumbé en la cama como si pudiera sostenerla para siempre. Sus manos me buscaban como si conocieran cada miedo. Cada parte rota.

Mi chaqueta cayó al suelo. Su vestido se arrugó entre mis dedos. La oí reírse, un sonido suave y peligroso. La besé como si ese fuera mi único idioma.

Por un segundo —solo un segundo— pensé en Théo. En la traición. En lo que significaba romper esa línea.

Pero Camille me miró, con esos ojos verdes brillando bajo la luz, y supe que no había vuelta atrás.

Esa noche la besé como nunca debí hacerlo.
Esa noche la toqué como si solo existiéramos ella y yo, como si no hubiera consecuencias.

Esa noche, en la habitación equivocada, dejé de ser el Julien Marchand que todos creían conocer.

Y cuando ella se quedó dormida sobre mi pecho, respirando tranquila, supe que mi condena había empezado.

***

Traducciones de lo que dice en Francés

Arrête de fuir, Julien - Deja de huir, Julien.




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