A quienes me prestaron sus ojos para leer esta historia antes de que fuera historia.
A quienes me recordaron que las flores no necesitan permiso para crecer entre grietas.
A ti, lector o lectora, que abriste estas páginas y dejaste que Camille y Julien vivieran un poco dentro de ti.
Merci, de tout cœur.
Que siempre encuentres tu Provenza, tu secreto… y tu promesa.
Editado: 30.07.2025