Un segundo

Capitulo #2

Y llegó el día, ese maldito día, o así lo veía Andrea, 1 de abril del 2020; el día en que comenzó la pesadilla.

Todo inició a las 10 a.m. Andrea se encontraba tranquila desayunando junto a su madre cuando empezó a sentir como su mano le cosquilleaba y comenzaba a subir por su brazo hasta esparcirse por todo su cuerpo, y cuando quiso ver se encontraba tirada de medio lado sin poder mover ninguna extremidad y con la mitad de la cara dormida, esto hizo entrar en pánico a sus padres por lo que sin pensarlo Andrea fue llevada a un centro medico donde se le hicieron las pruebas correspondientes, llegando a la conclusión de que Andrea no padecía corea de sydenham por el contrario estos espasmos y movimientos eran aviso de una isquemia cerebral, pero ¿Qué es esto? Es cuando un coagulo de sangre tapa/bloquea un vaso sanguíneo cerebral lo cual causa que las células del cerebro empiecen a morir. En el caso de Andrea las secuelas fueron dejarla sin ningún movimiento del lado izquierdo de su cuerpo.

Andrea entró en estado de Shock y no entendía ni dimensionaba la gravedad del asunto por lo cual Andrea continuaba feliz y sin ningún tipo de tristeza ya que no se alcanzaba a imaginar lo que esto significaba. Los doctores hicieron toda clase de exámenes para determinar la causa de esta Isquemia y profundizando cada vez mas descubrieron que Andrea padecía de una enfermedad autoinmune llamada Lupus Eritematoso Sistémico o mas conocido como LES por sus siglas.

Mientras los doctores le explicaban que era el LES Andrea se sentía como si estuviese flotando en el espacio, sentía las voces de su al rededor en la lejanía.

-El Lupus es una enfermedad autoinmune que hace que las defensas de tu cuerpo se ataquen a si mismo confundiendo a partes de tu cuerpo con virus u organismos que quieren hacerte daño, este puede afectar distintas partes del cuerpo en tu caso atacó tu cerebro y por esto te dio la Isquemia cerebral, esta enfermedad no tiene cura sin embargo tiene un tratamiento con el cual podrás vivir una vida relativamente normal aunque deberás sacrificar algunas cosas o costumbres que no te hacen bien ni ayudan a tu condición- terminan de decir los doctores a la expectativa de la reacción de Andrea y sus padres

- ¿Hay posibilidad de una cura? - Pregunta Julieta, la madre de Andrea.

-No- Afirman con mucha seguridad los doctores.

Andrea siente que no esta allí y que todo es una simple pesadilla, cuando de repente siente las lagrimas cayendo sobre sus mejillas, no podía creer que después de estar pasando por uno de los mejores momentos de su vida a punto de cumplir sus 15 ahora estuviese en una cama de hospital recibiendo la noticia de que es una enferma crónica, le parecía irónico que habiendo siete mil millones de personas en el mundo justo le tocara esto a ella, era injusto, muy injusto pensaba Andrea pero que se le iba a hacer el hecho de que llorara y se quejara no iba a hacer que dejara de estar enferma.

Definitivamente se consideraba la persona con peor suerte del mundo, solo el hecho de pensar que tendría que vivir con cuidado toda su vida porque si no moriría, no le daba mucha esperanza a su vida.

-Mi vida no llores, no es tan malo, por lo menos estas viva- Le dice su padre intentando consolarla.

- ¿Qué no es tan malo? Tengo una puta enfermedad que me mato las células de mi cerebro e hizo que quedara tirada en esta cama, y si esto es vivir hubiese preferido morir- dice Andrea en su desesperación, pero en realidad ella quería vivir, quería salir adelante y enorgullecer a sus padres.

La habitación quedó en completo silencio después de esas palabras e inmediatamente Andrea se sintió arrepentida de sus palabras, pero no pensaba disculparse y no quería el consuelo de nadie solo porque ahora era una enferma.

¿Dónde quedaban sus sueños, sus metas, sus ilusiones? Simplemente no podía rendirse y dejar todo atrás, porque quisiera o no el mundo seguía adelante y no podía solo quedarse atascada, no se lo perdonaría.

Y se hacía la pregunta que todos se harían ¿Por qué? Y más importante ¿Por qué yo? ¿Tan mala soy? ¿Tan mala fui? ¿Qué hice mal?

Se sentía todavía en una nube, deseaba con cada uno de los átomos de su cuerpo que solo fuera una pesadilla, pero no, era tan real como el viento que sentía en su rostro.

Y ahora venía lo más complicado empezar un tratamiento para atacar a la enfermedad y poder salir del peligro y sobre todo empezar terapias para recuperar la movilidad de su cuerpo.




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