Un Sociópata Dentro De Él

Capítulo 10

1

Calix

  Después de buscar mi auto del departamento y retirar a El Dios Del Inframundo, estoy yendo hacia mi antigua casa con Teeth de 5SOS de fondo.

  - ¿Por qué estamos yendo a tu casa? -pregunta El Dios Del Inframundo, y procedo a contarle toda la wea. Cuando termino, Hades parece más perdido que vaca en desierto.

  Qué comparaciones más raras que tienen.

  ¿''Tienen''?

  Me despido...

  - Y lo peor de todo es que traté de recordar momentos del 2011 y no puedo -explico-, no puedo recordar nada del 2011 para atrás. No logro verme jugando con Ailani, hablándoles o pidiéndoles algo a mis padres, en la escuela, simplemente...no lo recuerdo, no puedo. Y los ojos de ese chico eran increíblemente familiares, es como...¿viste cuando ves algo y ni bien lo ves, decís ''son inconfundibles''? -asiente- Bueno, eso me pasa con los ojos del chico.

  - ¿De quién es tu antigua casa? -pregunta Hades.

  - Técnicamente...es mía. Hace no tanto, puse en venta la casa y a la semana me llamó una señora diciendo que quería ver la casa y toda la wea. Me la compró pero la familia no vive acá todavía.

  - ¿Y por qué no te quedaste con la casa?

  - Porque no me agrada venir acá. No me agrada recordar las noches que pasaba, sintiéndome completamente solo, únicamente con Ailani como compañía. Si Ailani...si Ailani estuviera conmigo, yo me quedaría la casa, solo para estar con ella. Siempre decía que, aunque la casa sea un asco, lo que importaba era que estábamos juntos, solo los 2 contra el mundo, nadie más. Siempre decía que se quedaría en esta horrorosa casa solo por los recuerdos que tenía conmigo.

  »Pensábamos lo mismo así que no le vi sentido a quedarme con la casa sin quedarme también con ella. La última vez que visité este lugar fue hace más o menos 3 meses, para mostrársela a la familia que quería comprarla. Ese día decidí que no iba a volver a menos que sea estrictamente necesario.

  Estaciono el auto frente a la casa y me bajo de él con las manos en los bolsillos de mi jean. Cuando entramos, me doy cuenta que ya no puedo verla como una casa donde se generan buenos recuerdos, sino como una casa que me recuerda que...que Ailani ya no está conmigo, y no va a estarlo nunca más. Es como si todos los buenos momentos que pasé con ella fueran cubiertos con un manto de oscuridad llamado muerte.

  - Terminemos con esto rápido -suelto yendo al sótano.

  Cuando entro, me acerco rápidamente a una de las 2 paredes grises y empiezo a golpearlas con uno de mis nudillos hasta que...encuentro el ladrillo hueco. Lo saco y me encuentro con un papel doblado repetidas veces. Una vez que lo saqué, lo desdoblo para leerlo.

  ''Donde los animales viven y lo hacían las personas, como Juan Pablo y desde el oeste''

  Wow, no pensé que sepa hablar en códigos.

  - ¿Qué significa? -pregunta El Dios Del Inframundo.

  - Un lugar abandonado.

  - Bueno...vamos.

  - Esperá, tengo que hacer algo.

  Salgo raudamente del sótano y subo al segundo piso...a la habitación de Ailani.

  Abro la puerta y veo a mi alrededor. La ventana, las paredes pintadas con un degradé de azul oscuro y blanco...todo está exactamente igual a como lo recordaba. Me acerco a una de las paredes y veo una marca de pegamento, justo donde estaba la foto que me había sacado con ella en una feria. Ese día me había acercado a uno de los juegos de dardos que, si acertabas, te ganabas un peluche a elección. Recuerdo que ella tiró los 3 dardos y no le pegó, yo lo hice y casi le saco un ojo al encargado. Ailani se fue algo triste del juego ya que no había ganado, y yo...bueno, le compré el peluche por 1000 dólares al encargado.

  Cuando volví con ella, le dije que el encargado había decidido darle el peluche porque había considerado su tiro como válido. Ella se lo creyó y para ''festejar'', me llevó a una cabina de fotos. En la primera foto, había salido ella tratando de meterme en la foto mientras yo me esforzaba en salir de la cabina.

  En la segunda foto, aparecía ella sonriendo fervidamente a la cámara mientras yo luchaba para que el maldito flash no me diera en la cara.

  En la tercera foto, Ailani rodeaba sus hombros con mi brazo y me sonreía, instándome a hacerlo con ella, mientras yo la miraba con mala cara.

  En la cuarta y última foto, yo estaba envolviendo mis brazos desde atrás alrededor del cuello de Ailani mientras que ella sonreía a la cámara y yo...yo solo le sonreía a ella, solo le sonreía a Ailani. El día que fuimos a la feria fue una semana antes que ella...antes de lo que le pasó.

  Paso mis dedos por donde estaba la foto...y una realidad me absorbe. Me veo a mí sentado en la cama de Ailani con ella delante mío, debo tener unos 10 años, por consecuente, ella 8. Pero...es como si...soy como otra persona en este realidad, no soy el miniCalix que está sentado en la cama, soy una persona más en esta realidad, ¿entienden?

  Me aclaro la garganta para ver si pueden escucharme o verme...pero nada. Me acerco lentamente a Ailani y pongo una mano en su hombro, pero...esta desfasa. Ahí es cuando entiendo que estoy viendo una especie de serie de hologramas que salió de Jesús sabrá dónde. Es como un video que se puede ver en VR, podés ver todo como si estuviera pasando a tu alrededor pero no podés interactuar con esa realidad. Ahora, la pregunta es, ¿qué es esto? ¿Es un jodido recuerdo?

  Escucho al miniCalix, vamos a llamarlo Pepe.

  - ¿Dónde está Perseo? -pregunta.

  Perseo, Perseo, Perseo...me suena mucho ese nombre.

  - No sé, dijo que iba a venir -le responde Ailani.

  En ese momento, entra un chico...es el chico con el que soñe.

  Qué romántico.

  Debe tener más o menos 14 años.



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En el texto hay: droga, accion, muerte

Editado: 19.11.2021

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