Un solo destino

capitulo 5 ¿puedo confiar? quiero confiar

CAPÍTULO 5

 

¿Puedo confiar? Quiero confiar

 

Willard sale del aula con rapidez dejando a Nathaniel y Naomi solos.

—perdóname, no estuve ahí no pude llegar no pude estar aquí discúlpame. Se disculpaba una y otra vez mientras la abrazaba con fuerza —lo voy a matar te juro que yo mismo lo voy a matar.

—nath no uses esas palabras no son propias de ti.

—él no se va a salir con la suya, Naomi no quiero dejarte sola pero tampoco puedo dejarlo ir. Nathaniel intenta levantarse, pero no le doy opción lo agarro de ambos brazos para que no se pudiera levantar y lo abrazo con todas mis fuerzas

—nath por favor no me dejes sola, «sé que es algo egoísta de mi parte, sé que soy estúpida por defender a un bastardo que solo me desgarro el alma, pero más estúpida seria si dejara que se involucrara más de lo que ya está, no quiero que le pase nada solo quiero protegerlo».

—Naomi yo solo quiero protegerte y estar hay para ti, me duele mi espíritu ni orgullo mi alma todo, me duele verte así y más me duele no poder hacer nada, pero no te preocupes vamos a demandar y vamos a hacer lo posible para que ese ser miserable pague por lo que hizo.

Nathaniel no sabe nada de lo que me hacía en el colegio, los golpes jalonazos burlar y malas palabras que me decía willard, pues el solo me atrapada cuando estaba sola.

—no es necesario hacer eso Nathaniel por favor no te involucres más.

—no me digas eso, tenemos que hacer algo.

—tenemos que hacer algo, pero no podemos hacerlo, por favor entiende.

—no, no entiendo, no sé porque lo proteges, porque lo encubres porque no me quieres decir nada, no esperes que sea empático con ese tipo por lo que acabe hacer.

—yo tampoco quiero que seas empático con él, tampoco quiero defenderlo no tengo ni una sola razón, pero tampoco quiero que por ese tipo tu salgas lastimado, no recuerdas lo que paso la vez pasada como te amenazaron a ti y a tu familia, no quiero que eso ocurra más.

—entonces que me vas a decir que me aleje de ti, si eso quieres volver a quedar sola y que mientras vea como ese man se sale con las suyas, como te pisotea se burla y hasta termine haciendo lo mismo que hoy, si ¿eso quieres?

—no, no quiero estar sola de nuevo no me siento capaz, pero tampoco puedo pensar solo en mí.

Nathaniel me aleja de su cuerpo y me mira a los ojos firme con sus ojos llorosos sus cejar marcadas y con una voz ronca, pero sería me dice.

—Naomi que es lo que te pasa, porque no me dejas ayudarte, porque no me dejas buscar ayuda, porque te encierras en tu mundo con esa agonía que te identifica y de la que no quieres salir. ¡Que no entiendes que solo quiero protegerte!

Naomi no lo piensa dos veces y mientras lo mira a los ojos se quita la venda que cubre su ojo derecho para dejarlo a la vista.

—Naomi que hacer, lo mira sorprendido.

—confiar en ti.

Es la primera vez desde su accidente hace un año que no muestra lo que cubre su ojo, ni siquiera ella quiere o tiene la capacidad de verlo es uno de sus mayores traumas, sin embargo, después de eso muchas cosas olvido o talvez manejaron sus pensamientos para vivir una vida tranquila, una vuelta dos vueltas, adiós venda, todavía tiene el parpado cerrado, pero en él se ve una pequeña cicatriz en la parte de su lagrimal bajando a su mejilla, no es tan grande, pero si se ve dolorosa.

—muéstrame, dijo Nathaniel con una voz entre cortada e impresionado a la vez.

Ella agacha unos segundos la mirada, siguiente a ello la levanta da un pequeño suspiro y abre su vista poco a poco, hasta que queda completamente al descubierto.

—Naomi que te paso, Nathaniel con una de sus manos acaricia la mejilla que Naomi acababa de descubrir y con unos ojos tristes dice—quien te hizo esto. miro hacia abajo y respondo.

—no lo sé no me acuerdo con exactitud qué fue lo que ocurrió no me acuerdo haber estado en un hospital, lo único que se fue que me levante una mañana con aquella venda en los ojos un fuerte dolor de cabeza que no me dejaba levantar, quería llorar pero si lo hacía sentía que mi cabeza y mis venas iban a explotar, dure así un buen tiempo, siempre que dormía alguien entraba a mi cuarto y sentía un pinchazo siempre en una parte diferente, las más doloras fueron en el estómago los dedos de los pies y el cuello, no supe quien fue pero aquellas agujas con medicamentos me dejaban dormida al instante, el dolor de aquellos pinchazos me hacían retorcer al siguiente día, en esos días no tenía noción del tiempo, después de ello empecé a saber quién era la persona que entraba a mi cuarto en las noches. Una mañana cuando me sentía mejor me levante sin permiso de nadie, tenía agujas que conectaban con una maquina en mi brazo y algo que parecía ser suero, me las quite de inmediato para poder levantarme sin ninguna molestia, tenía un espejo en mi habitación, era grande yo solo pensaba en quitarme la venda que me cubría quería ver si podía ver de nuevo o que era lo que pasaba porque me ocultaban las cosas, en el momento que me la quite me mire y esto era lo que tenía, pegue un grito enorme me agarre la cabeza con fuerza pues solo mirándome al espejo tenía imágenes demasiado borrosas en mi mente que me daban agonía y un dolor intenso desde mi ojo hasta toda mi cabeza le di un golpe tan fuerte a aquel espejo que lo rompí tirándome al suelo por el dolor tan intenso que me propago el solo verlo. Escucha una puerta abrirse, era una anciana pues entro de afán a ver lo que ocurría me agarro de ambos brazos para levantarme y llevarme a la cama teniendo cuidado con los vidrios esparcidos en toda la habitación cuando me halle en la cama mire mi mano estaba sangrando, la anciana se apresuró a ver si tenía algún vidrio incrustado, a lo que de suerte no se encontraba ninguno, me aplico un Sprite que ardió como el demonio calmo la hemorragia y me vendo la mano lo mismo hizo con mi ojo derecho.




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