Un Solo Momento//james S. Potter

7. Noche inolvidable

Sabía bien que Minerva Mcgonagall era una mujer mayor, pero eso no le era impedimento para ser una bruja perspicaz e inteligente que de cualquier manera terminaría enterándose lo que acababa de decirle a este grupo de personas aquí presentes. Si bien prometí que no diría palabra alguna sobre las terribles cosas que me contó, sentía que era correcto dejar de omitir información que podría mantener prevenidos a las personas que se interesaban por mí.

—...y eso es lo que pasó, al menos de lo que me enteré hasta ahora — levanté la cabeza esperando ver sus reacciones. Ninguna.

Se hizo un silencio sepulcral en la sala, todos estaban intentando procesar lo que acababa de decir en especial los dos chicos que sabían de ella mejor que nadie, las caras de Albus y Scorpius ahora tan blancas como un papel, eran un poema; James buscaba mi rostro como para confirmar lo que conté.

—¡No puede ser posible, ella no pudo escapar de Azkaban! —exclamó Albus apenas salió del trance, negando con la cabeza —. Dime que es mentira, por favor, dime que lo es.

Scorpius se acercó a él, Rose puso una mano en el hombro de cada uno con el rostro preocupado.
—Temo decirte que no, Albus, ella secuestró a mis padres y está reuniendo a los antiguos seguidores de quién ya saben —confirmé apresurada, casi rasgando mi garganta —. Nos ocultaron muchos ataques de…

—Mortífagos —hablaron Fred y Elaia al mismo tiempo para después mirarse con el ceño fruncido, esta palabra aún producía cierta incomodidad entre ellos.

Afirmé con pesar.

—Tenía algunas teorías por las conversaciones en casa durante las vacaciones, pero nunca confirmé nada —murmuró Rose ganándose la atención de todos, aunque pareciera que hablaba consigo misma —. Tal vez es por eso que mi madre estaba tan preocupada por la situación del ministerio.

—Y mi padre con los entrenamientos extra para los aurores —continuó Albus quién se unió también a atar cabos bajo la seria mirada de su hermano mayor.

—Y mi padre... ah no, él no hizo nada interesante —agregó Scorpius un tanto avergonzado por su comentario.

Tuvimos una larga charla sobre informarnos entre todos y estar más alertas, sentí que cada persona aquí presente me acompañaba ahora en mi preocupación con el fuerte mensaje.

“Diana, no estás sola.”

—Deberíamos tener otra reunión pronto, pero por favor les pido que no demos ni una palabra a nadie más, no hasta que la misma directora diga algo, al menos —resoplé.

Después de que todos prometieron no decir nada y que Lorcan y Eleonora amenazaran con lanzar maldiciones a quién lo hiciera, salimos de la sala de los menesteres uno por uno evitando ser encontrados.

[...]

16 de septiembre de 2021

Cuando llegamos a la sala común de Gryffindor reinaba el silencio, los demás fueron a sus salas comunes y los de mi casa subieron a sus habitaciones muy cansados, pero yo no tenía pensado ir a la torre precisamente a dormir, estaba abrumada. Pronuncié la contraseña y caminé al sofá con pesadez.

—¿Te quedarás despierta? —una voz muy conocida hizo que saliera de mis pensamientos retumbantes.

—En realidad planeo tomar whisky de fuego hasta hartarme —respondí con cansancio y sacando una botella que le quité a Eleonora en la fiesta de bienvenida —. No vas a acusarme ¿o sí?

Negó sentándose a mi lado diciendo Accio vasos. Los puso en la pequeña mesa donde reposaba el whisky y sirvió uno por uno.

¿Tenía temor a ser castigada?
La respuesta era no, después de lo sucedido el día anterior —ya que era pasada medianoche —, no me apetecía ser la chica “buena” de todos los días, quería buscar la salida al dolor, aunque fuera momentánea.

¿Qué dirían mis padres si me vieran así?
Daba igual ahora ya que estaba así por ellos. Agarré torpemente el vaso bebí el primer sorbo que quemó mi garganta.

—Te acompañaré —soltó él viéndome bajo la luz de la chimenea que acababa de encender.

Me dió igual su presencia, aunque de todos modos mi segundo vaso sería sin duda al corazón roto que tuve cuando lo vi besando a Jacqueline en el campo. Podían no tener nada serio, pero jamás lo olvidaría.

—Salud por tu nueva aventura, Potter —añadí con sarcasmo al ver que estaba a punto de llevarse un trago de aquel líquido en los labios.

—Salud porque no comprendes nada, Gryffin —agregó chocando su vaso contra el mío, tomé de todas maneras y él hizo lo mismo.

—Será una noche larga —anuncié cuando vi que aún faltaba mucho para terminar la botella.

—Tal vez, pero no quiero pensar. Por una noche quiero que cambie todo, olvidarme, aunque sea un momento de que se aproxima una maldita guerra —James tomó un gran sorbo de su tercer vaso.

Me sorprendió saber que sentíamos lo mismo, por un lado. Por otro, entendía perfectamente que no era del todo igual.

—Yo tampoco quiero pensar —, y eso era cierto, en mi sano juicio jamás me hubiera imaginado estar bebiendo whisky de contrabando en Hogwarts al lado del chico que rompió mi corazón; pero, al precipicio todo mi historial de chica que no rompía ni una regla. De repente agarré el valor y pregunté la duda que me mataba desde hace semanas —¿Por qué lo hiciste?




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