Un Solo Momento//james S. Potter

10. Las disculpas

1 de octubre de 2021

Después de un tiempo que me pareció eterno, Miss Pomfrey tuvo la autorización de darnos de alta, quién diría que al ser los únicos atacados por la criatura tendríamos que permanecer bajo supervisión más tiempo del necesario. La atención recibida fue buena, no me quejaba, pero nunca había extrañado tanto las comidas del gran comedor. Para mi mala suerte, todavía no había comida a la hora de la cena, sino que la directora Minerva se puso de pie e inició un discurso.

—Lamentablemente, hace unos días ocurrió un atentado a la integridad de dos estudiantes de la escuela. Es mi deber informar hoy que Hogwarts ya no es seguro, eso se vió con la aparición de una criatura que creíamos controlada. Un dementor —Mcgonagall habló entre pausas —. Hoy, con gran fortuna, tenemos sanos y salvos a esos alumnos, pero mañana no sabemos quiénes puedan ser los siguientes. La academia de Aurores está trabajando junto al Ministerio para manejar la situación...

—Estoy feliz de que estés vivo, amigo, no sé qué haríamos sin nuestro Lunático —Frank le dió unas palmaditas en el hombro con una sonrisa genuina que sonrojó al mencionado, todos en la mesa asintieron —. También por ti, Gryffin, hasta te pude haber extrañado en clase.

—Que bello, Longbottom —lancé sarcástica.

—No estaría aquí sin Diana, mi persona favorita de ahora en adelante —Lorcan se aferró a mi brazo —. Eres mi heroína.

Negué espantada.

—¿Seguros que nadie le ha dado amortentia? —Lucy sonrió divertida.

—No, así es él. Bienvenida a nuestra vida diaria —Eleonora hizo una mueca, Frank asintió. El chico les sacó la lengua —. No sé porqué te quejas si es verdad, ¿no es así, James?

—Ah, sí. Como digas, Elle —Potter contestó algo distraído.

—Aún no puedo creer que esto haya ocurrido —continuó ella con preocupación ganando la atención de todos —. Todo me parece muy sospechoso, ¿no creen, chicos?

—Tienes razón, cómo si fuera planeado, pero ¿para qué? —inquirió Lucy arrugando el entrecejo.

Frank frente a nosotras jugueteaba con los cubiertos sin decir nada, Lorcan asintió seguro.

—Para asustarnos. Si la seguridad de Hogwarts tambalea, entonces todos estamos en peligro. Con el anuncio de Minnie lo consiguieron —James se oía frustrado, Eleonora lo observó con atención. Ambos cruzamos miradas por unos segundos, desde lo del hechizo que le lancé ninguno le había dirigido la palabra al otro.

No era para menos, Diana.

—Esa teoría tiene sentido, Cornamenta. La buena noticia es que un dementor no es motivo suficiente para cerrar la escuela —comentó Frank a los segundos.

—¿Y cuál es un motivo válido, Colagusano? —consultó Lorcan con curiosidad.

Se hizo un silencio incómodo, no duró mucho pero me dió escalofríos.

—Que muera un estudiante —respondí con nerviosismo mientras buscaba con la cabeza a Elaia. Louis Weasley parecía hacer lo mismo desde su mesa en Ravenclaw, podría no caerme bien pero su preocupación por mi amiga era genuina.

¿Dónde se metió esta vez?

—Es nuestro deber mantenernos unidos en la adversidad, ser valientes sea cual sea la situación. Hay que aprender del dolor y vivir... —escuché de nuevo las palabras de la directora. Mi cabeza por instinto pensó en mis padres, si les sucediera cualquier cosa sería algo con lo que no podría vivir.

Recordé el mismo sueño —o mejor dicho la pesadilla —que me atormentaba desde la noche en la enfermería, era tan real que pensé que podía llegar a ser una visión, sin embargo lo descarté con rapidez. Siempre terminaba en la voz de Dax, en un tono frío sin emociones, lo miré de reojo.

Estaba en la mesa de las serpientes, ignorando a sus amigos por escribir una nota con rapidez . No tenía idea para quién sería, más se veía muy empeñado en hacerla. Después de lo que ocurrió, no tenía ánimos de hablar con él, me había buscado unas cuántas veces en la enfermería aunque fuera de ello Elaia lo espantó antes de siquiera encararlo.

—Alguien notó que Canuto no vino a cenar —Lorcan arrugó la nariz —. Ese amor por el quidditch debería ser ilegal.

—Que no haya comida hasta ahora, debería serlo —susurré para mí.

[...]

—Diana, me alegra tanto verte —Dax se acercó al final de la cena para hacerme charla mientras íbamos por los pasillos del colegio. Me detuve en seco.

—¿Qué quieres, Dax? —me oí más frustrada de lo que quería pero no pude disimular.

—¿Qué quiero? Diana, soy tu amigo, te atacó un dementor —añadió obvio.

—Estoy viva, ¿feliz? —me crucé de brazos.

—Lamento que hayas salido perjudicada, no quería hacerte nada ni lo haría. La poción de la verdad era una venganza para los Merodeadores por la broma que ellos nos hicieron antes. No tenía idea de que tú y el...

Hizo una mueca de asco.

—No debiste continuar la broma, se salió de las manos —rebatí aún en mi misma posición.

—Tienes razón, a partir de ahora ignoraré su existencia y la de sus amiguitos Merodeadores, no te enojes conmigo, por favor. No hay que pelear más, ¿sí?




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