P.O.V Natalia
Salimos del apartamento de Esteban y me guío hasta su carro es un Mazda CX-9, encendió el carro y avanzamos al Toronto Eaton Centre, su techo es una obra de arte es el más hermoso que eh visto hasta el momento, en el trayecto guardamos un silencio incomodo me asomé la cabeza a la ventana y vi pasábamos cada calle. Llegamos y Esteban rompo el hielo que se creó
-Llegamos —princesa murmura sale del coche y me abre la puerta— siga Madame —sabe hablar francés muero.
-Gracias —sonrío esta tan guapo
-Espero que te guste lo que hice para ti —dice tomando nuevamente mi mano por supuesto de ti todo me gusta, que digo cállate subconsciente
Entramos y la recepcionista mira a Esteban con una sonrisa coqueta- Que les puedo ofrecer —pregunta con decencia, por mí que te vayas no ves nuestras manos unidas pienso
-Tengo una mesa reservada —responde Esteban
-¿Cuál es su nombre?—pregunta sonriendo.
-Esteban —dice cortante ese es mi chico
-Síganme —responde camino o más bien meneando sus caderas como si modelará entorno mis ojos y Esteban lo nota, pero no dice nada. Pasamos por todas las mesas que hay en el restaurante hasta llegar a una privada.
-Esta es la mesa- responde esta con tono de seriedad miro a mi alrededor y veo a alguien observándola, creo que es el jefe será que por eso dejó de ser coqueta estos cambios de humor.
-Gracias ya te puedes ir —responde Esteban
-El mesero ya viene en camino —responde y se va
-¡Wow! —se me escapa al mirar cuántos cristales tiene el techo son tan hermosos parecidos a la época de renacimiento— es... estan hermoso —suspiro
-Me encanta que te guste princesa —me agarra de la cintura y deja un tierno beso en la frente cierro los ojos este beso transmite demasiadas emociones.
-Eres tan cursi ojalá pudiera ser así —suelta una carcajada
-Así como eres me gusta —responde mirando mis ojos con deseo, amor, ternura llega el mesero y nos interrumpe
-Señor y señora Jones, este es el menú —dice ofreciéndonos una Tablet— aquí pueden escoger lo que deseen. Escogí un risotto de zanahoria me encantan.
Después este se va y nos sentamos en la mesa hablando y conociéndonos un poco más, hasta que Esteban se empieza a ver nervioso y preguntó:
-¿Algo pasa? estás sudando
-No, bueno si, no —responde con más nervios eso me hace sentir incómoda
-Bueno decídete si o no —pregunto arqueando una ceja
-Si —responde— necesito que me escuche muy bien lo que te voy a decir es —suspira mientras piensa que responder— bueno esto es muy confidencial y no sé si me dejaras, pero te lo diré necesitas una explicación y en parte yo confío en ti
-¡Dime! —suspiro algo malo va a pasar creo
-Mi trabajo es exportar mercancía a otros países y estar con gente mala —responde hago un gesto de que me hablas— si aún no me has entendido —cómo lo supo— hablo de que vendo droga soy narcotraficante- lo dice casi en susurro.
Bueno eso no me lo esperaba quedó en shock pensando en que me he metido, todo lo que me puede suceder solo por estar con Esteban que es muy guapo me gusta su cara, sus ojos a, concéntrate, Natalia esto es serio hablo con mi propia mente que tonta soy.
-¡Nata! —escucho que me llaman y dejo de hablarme así misma— ¿qué pasó? —pregunta Esteban mirándome con preocupación, cierto que aún no he respondido
-Nada solo estaba pensando un poco lo que me has dicho, pero —tomó aire— pero no importa lo que eres y lo que serás me gustas muchísimo —espera que acabo de decir, me he declarado, esto me sorprende
-En serio —exclama Esteban con alegría v me haces el hombre más feliz de la tierra —me sonrojo y más cuando se acerca a mí ya se me olvido hasta como respirar.
-Natalia Rodríguez —me mira Esteban a los ojos— es la primera vez que lo digo, pero- se arrodilla ¡oh por Dios! ¿Es lo que creo que es? —me gustas muchísimo nunca había sentido eso —mete su mano a un bolsillo y saca una ¿servilleta?— por ninguna mujer y sé que eres la indicada para mí —limpia su zapato con la servilleta ¿qué? me he imaginado un anillo, pero que me dijera esto mientras limpia su zapato es broma.
Suelta una carcajada, no le hallo gracia a esta situación -Tu cara —exclama riéndose de mí.