Un sueño perdido

Capítulo 11: Mi jefa de hielo se está derritiendo

Dexter
Al ser padre soltero he tenido que aprender a cocinar, a hacer dulces y pasteles de todo tipo, a mi niña le encantan los dulces así que tomé muchos cursos para hacerles y ver su sonrisa, y debo admitir que soy muy bueno en ello

—¿En serio sabes lo que haces o solo gastas ingredientes por gusto?—pregunta mi jefa sin dejar de mirar lo que hago, yo sonrío ampliamente

— Te dije que sé usar las manos muy bien Natasha—Le digo, ella se ruboriza y quita la mirada

— Esto es una locura, estoy llena de harina y de azúcar y tú ni hablar, ¿siempre cuando cocinas lo haces así? —pregunta mirando todo el reguero, hay harina y muchos más ingredientes por todos lados y por el suelo

— ¿Así cómo?—cuestiono enarcando una ceja como si no supiera, sonrío al ver su rostro, tiene harina en la nariz

— Así tan poco limpio— responde, yo acerco mi mano y paso un dedo por su nariz, ella se aleja en seguida

— Tenías harina— me excuso y ambos sonreímos, ahora, en este momento parece feliz

Pasan los minutos y terminamos con el pastel, miro el rostro de Natasha que se ha quedado literalmente muda y sonrío satisfecho

— ¿Sabe cómo se ve?— pregunta y me mira

— No lo sé, hay que probar,¿te gustan los dulces?

— mucho, principalmente si tiene chocolate como este—sonrío al escucharla, mi princesa también ama el chocolate

Corto dos trozos y le doy uno en un platillo, ambos lo probamos, ha quedado muy bien y estoy orgulloso de mi trabajo y del de mi ayudante por supuesto, aunque esta no sabía muy bien ni batir un huevo

— está delicioso— murmura y sigue comiendo, parece una niña cuando come pastel

— Te dije que sabía

— ¿cómo? — Ella me mira incrédula—¿cómo es que sabes hacer esto?

—¿No me hablas de tu vida y quieres saber más de la mía? no es justo

— Olvida que pregunté, es muy bueno— Dice dejando el platillo en la mesa, yo me acerco a ella

— Tienes — extiendo mi mano para limpiar sus labios, tiene un poco de merengue en ellos— ¿puedo? — pregunto, pero ella no responde, al no alejarse me acerco y paso mis dedos por sus labios
— Tienes unos labios muy bonitos— Digo aún limpiándolos, ella me mira desconcertada

— Gracias

— ¿Sabes? te quitaría el merengue con mis labios—comento, ya no limpio, ahora acaricio sus labios con mis dedos, con ganas de besarla, ¿por qué me siento así si apenas la conozco? 

— Y yo te despediría si lo haces— Dice con sus mejillas teñidas de rojo, yo sonrío y quito la mano

— No solo mis manos son buenas para muchas cosas, mi boca también — comento, estamos bastante cercas como para sentir que se ha puesto nerviosa

— Si, tu boca es buena para decir tonterías — expresa y se aleja— Dexter, tu pastel está delicioso, pero no tanto como los de Alexia— añade, yo sonrío

— Exacto — respondo mirándola, ella me mira confundida — Eso es lo que quería que entendieras Natasha, esos empleados apuesto a que pueden hacer pasteles como el mío o mejores ya que estudiaron esto, pero nunca serán como los de tu amiga, no pierdas una perfecta repostera y una buena amiga por el pasado, no sé que pasó entre tu y Ryan, tampoco que se dijeron tu y ella, pero sé que te arrepientes, estás triste por lo que pasó, aveces es bueno pedir perdón

— Odio decir esto, pero tienes razón — Me dice, luego pasa su dedo por el merengue y me lo unta en la nariz sonriendo traviesa— también soy buena con las manos— agrega, yo hago lo mismo y pongo en sus mejillas, sin dejar de reír acabamos llenándonos de merengue y de harina como unos niños, ella ríe feliz, yo también

— Esto es una locura—Dice aun riendo, tiene harina en su precioso cabello negro y merengue también, así como en el rostro y los brazos, apuesto a que yo me veo peor, pongo mis manos en su rostro

— Deberías reír más seguido — Le digo mirando sus labios, ella deja de reír

— No hagas esto

— ¿Qué cosa? aún no hago nada aunque muero por besarte sin importar que me despidas

— No me mires así, no te rías así, no digas esas cosas— explica mirándome — Tienes novia Dexter, además soy tu jefa y además no quiero nada contigo

— Alicia y yo ya no somos

— ¿Natasha?—Me interrumpen cuando iba a decir que ya Alicia no es mi novia, Natasha se separa de mi rápido y ambos miramos a Alexia que se ha quedado de piedra en la puerta, su mirada pasa de Natasha a mí y viceversa, enarca una ceja al ver como estamos y luego mira el lugar que tampoco está nada limpio. Nos mira atónita, nos encontró en un momento muy incómodo, yo tenía las manos en el rostro de Natasha, nuestros labios estaban cerca y tenemos harina, azúcar, merengue y mucho más hasta en las orejas.

— Creo que ahora veo visiones— Dice, no se ha movido de donde está — Nunca había visto mi cocina tan sucia y regada, ni a ti tampoco Natasha— agrega y sonríe

— Estaba, estábamos haciendo un....pastel — tartamudea Natasha mirando a su amiga

— Ya veo, un pastel—repite su amiga con una gran sonrisa en los labios

— Lexi yo—Natasha intenta hablar, pero se calla, sé que quiere disculparse pero le cuesta

— Yo solo vine a recoger mi teléfono Natasha — comenta Alexia que camina hasta una mesita y coge su teléfono—Ya me voy, no te preocupes — añade mirando a su amiga, luego da la vuelta para salir del lugar. Ambas son unas orgullosas. Miro a mi jefa, se ha quedado muda, sujeto su mano y la aprieto, ella me mira

— Tú puedes, pudiste hacer un pastel— le digo sonriendo

— Lexi—Le grita a su amiga, esta se voltea y la mira— Yo lo....yo....yo lo siento— termina diciendo y camina hasta ella y la abraza, sonrío, mi jefa de hielo se está derritiendo.



#1204 en Novela romántica
#422 en Chick lit

En el texto hay: romance, secretos, niña

Editado: 11.03.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.