Me regalaste cada una de tus noches,
pero no tenían estrellas, ni luna, ni noche,
me regalaste sonrisas, chistes, desmanes,
me quedaron sus cenizas, tristes, banales.
Me regalaste atardeceres hermosos,
pero viviéndolos lejos, viviéndolos solo,
me regalaste caricias, tu piel pétalos de flores,
me regalaste ambrosías, pero no tenían sabores.
Me regalaste un día más, cada que se terminaba,
me regalaste cariño, pero de ese que se acaba,
me regalaste un amor; de ese que no vale nada...