Un sueño, una poesía.

El ventanal.




Camino solo todos los días,

quizá mañana, o luego,

con mi propia compañía,

mis tenis sucios

se ensuciaran de nuevo.

 

Recorro este bonito

sendero que se llama vida,

con ambas manos vacías,

pero estando solo siento compañía.

 

Me siento en el ventanal

de la calle seis,

escucho al perro ladrar

como si fuera la primera vez,

no se a acostumbrado a mi

como yo me acostumbre a el,

y las calles que ayer recorrí,

siguen siendo iguales

aunque no camine allí.

 

Oh!, benditas calles vacías,

por mas que recorra otras veredas,

sigo sintiéndome igual,

¿quizá es por la ciudad?,

¿o el perro que no ladra ya?

tal vez debería caminar,

o volver al ventanal...

donde un dia te conocí,

y solíamos caminar,

para solo regresar,

en la tarde al ventanal...




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