Líam reía ya a carcajadas junto a Aurora recordando todo la rudeza del día, ella lo miraba feliz como si él fuera increíble de conquistar sintiéndolo un ser especial.
El teléfono de Líam repicaba con insistencia, éste lo tomó y vió el nombre de su padre en la pantalla.
—Padre...
—¡¿En dónde diablo estás Líam?! —interrumpió el señor Miller como si una ola de ira le sobrevenía— ¡Habla...
—¿Qué sucede papá? Pensaba llamarte mañana...— dijo mientras se alejaba de Aurora— hablé con usted
—¡Dime ahora mismo en dónde estás! —Lucas Miller estaba furioso, había una especie de resentimiento que lo dominaba en contra de su hijo.
—Te dije que vendría antes con mi amiga Aurora, y hasta me sugeriste que...tuviera sexo —rió creyendo que su padre reiría— no te preocupes, traje suficiente condones.
—No me importa lo que te sugerí, dime en dónde diablos estás.
—Está bien, no se que te sucede, no pienso embarazar a nadie, yo no soy como tú, nadie va a dañar mi futuro. Estaremos bien, mañana te busco...
—¡No me cierres la llamada imbécil....!
El joven apagó el teléfono, tenía firmeza en lo que deseaba y no era ver a su padre esa noche, miró a Aurora con deseos de tenerla como si fuera prioridad para él.
—Aurora, somos adultos, pediremos una botella de vino para celebrar, hoy disfrutaremos como lo hemos deseado.
—No Líam, no bebo licores y menos lejos de mi mamá. Mejor ve a dormir en tu cama.
—Dormiremos juntos, ¿Qué puede pasar? —dijo Líam mostrándose atractivo— ¿A quién le importa lo que hagamos?
—A mí Líam, a mí me importa...no sé que traes en tu pensamiento, pero yo no voy a dormir contigo...
—Me quieres Aurora, soy tu amor, no lo niegues. —rió con seguridad— eso es suficiente para mí para compartir la cama contigo.
—¿Y eso qué...? No señor...mi madre me ha orientado, jamás haré cosas para complacer a nadie...yo no estoy preparada para esas cosas, ¡¿Qué te pasa Líam?! —ante la firmeza de la chica, Liam Miller se mostró avergonzado.
—Disculpa, estoy jugando...no pasa nada. —él rió a carcajadas como si realmente fuera un chiste— lo hice porque es lo que les pasa por el pensamiento a tus padres, es por eso que no querían que vinieras conmigo...fíjate, tú ni siquiera me gustas, y es en serio que te lo digo.
Aurora lo miró con la frialdad de su más hostil carácter, no era tan niña, ni tan tonta para no saber que si hubiese accedido a sus pretensiones él hubiese hecho de las suyas, pero ella tenía un objetivo en mente, se lo había prometido a su madre, estudiar antes que lidiar con el amor no correspondido que tenía por Líam Miller.
—No vuelvas a jugar conmigo así Líam, si realmente quieres tener mi amistad, no lo hagas, yo te quiero, pero agradezco tu sinceridad. —él la miró arqueando su ceja y mostrando una traviesa sonrisa. Ésto, ella lo registró en su memoria y dejó fluir su pensamiento— así has hecho con tus otras amigas, las deslumbras con tus cuentos del chico heredero, las tienes a tu merced y luego las despachas, conmigo será diferente, tonta no soy, me necesitas...es por eso tu encantamiento de traerme, no te gusto, eso cierto...tonto, la belleza es subjetiva...un día lo sabrás cuando aprendas a valorar...
...
Aurora llamó a su madre, estaba tan feliz que la mujer lloraba al escucharla con tanto entusiasmo.
—Mamita, ya soy universitaria formalmente. Me inscribí...vieras la biblioteca, es hermosa, mami hay tantas áreas, una es de tesis, hay trabajos excepcionales, y lo mejor es que puedo acceder a las áreas digitales por pertenecer a la casa de estudio...
—¿Líam cómo te trata?
—Como si yo fuera un varón, nunca olvido tus consejos mamita.
—Hija confío en tí...
—No voy a desfraudarte, dormiré en un acolchonado mueble, está muy acogedor.
—Abrígate bien mi niña.
—Sí mamita, Líam ya se fué a la cama, dame tus bendiciones mamita.
—Dios proteja tus sueños, eres bendecida mi pequeña y soñadora Aurora, mantennos informados, Guillermo y yo estamos pendiente de tí.
—Amén mamita, gracias.
Cuando Aurora pretendía dormir los fuertes toques de la puerta causaron ansiedad en ella, se sentó y vió a Líam de pie levantado saliendo a ver de quien se trataba.
—¡¿Papá?! —preguntó el muchacho exaltado al ver al mismísimo Lucas Miller entrar a la habitación como si buscara algo o a alguien— ¡Detente, Aurora duerme en el...
—¡¿En dónde está esa chica?! —preguntó Lucas al no verla en la cama, pero al voltear a preguntarle a su hijo la vió sentada en el cómodo mueble bien abrigada con su pijama de osita que le había hecho su madre, sosteniendo su acolchonada sábana y almohada.
—¡¿Usted...?! —espetó entre dientes ella y se paralizó al estar nuevamente de frente a este desconocido hombre sin entender nada en lo absoluto.
—Ella es Aurora, mi amiga, padre.
—¡¿Es tu padre?! —dijo ella bajó sorpresa poniéndose de pie.
Editado: 20.06.2025