Lucas Miller subió al piso en dónde tenía su oficina, y junto a él; Aurora Clark, ella se sentía perdida sin Líam y solo deseaba regresar con su familia.
Al entrar a la oficina él la miró, solo pudo notar su nerviosismo y sus lágrimas, entrelazaba sus dedos repetidas veces.
—Llamemos a mi secretaria, —dijo el señor Miller— ella conoce muy bien esta ciudad, es de muy buenas ideas y además es una mujer con muchos valores, tiene tres hijas a las que ha educado con sacrificio y trabajo, ¿te parece si le pedimos ayuda...?
—Sí, por favor.
Él levantó el teléfono e hizo entrar a su secretaria y sentándose los tres, tomó la palabra.
—¿Cómo quieres tu residencia? —preguntó mostrando una impetuosa seriedad, Aurora lo miró sorprendida sintiendo temor, y éste fue percibido por el mismo Lucas Miller— dime Aurora, específicamente qué quieres para ayudarte, esta empresa te va a financiar con el fin de conocer tus capacidades, sé que tienes buen rendimiento para el trabajo y eso es bueno.
—Una residencia segura, que sea un lugar seguro...que no sea un hotel donde todo el mundo entra. Privada, si es de solo señoritas, es muchísimo mejor, que no se acepten visitas sino en el recibidor, que yo me sienta muy segura...pero no sé si con mi trabajo tenga lo suficiente para mantenerme aquí en esta ciudad tan costosa.
—Eso no es importante ahora, ¿Okey? —miró a la secretaria— busca ya ese lugar, para hoy mismo, en un buen sitio y que sea cercano.
—Sí señor...tengo una idea, ¿Desea algo más?
—Me traes un equipo telefónico personal, háblale a Peter para que solucione hoy mismo eso para que Aurora pueda comunicarse con su madre cuando lo desee...
—¿Usted me dará un teléfono? —preguntó con los ojos muy grande.
—Por supuesto, todo el que trabaja para mí tiene sistema de comunicación.
— Gracias...ahora debo mucho dinero y no he empezado a trabajar.
—Todo estará bien, mañana comienzas.
—Ojalá señor Miller.
Lucas Miller visualizó el panorama totalmente mientras sus ideas surgían a granel, ella aguardó silencio y su mirada tímida hizo olvidar a este hombre lo impetuosa que es al hablar en su defensa.
—¿Aurora, por qué siendo que dependían totalmente de tus padres, y no tienes dinero, te vinistes a esta ciudad sin estar preparada?
—Líam convenció a mamá que todo estaba bien y que la mantendremos informada, la idea era inscribirme y conocer la ciudad, además hablar con usted sobre el trabajo... él prometió ayudarme.
—¿Por eso te ibas a regresar?
—Sí, o Guillermo viene por mi en caso que no pueda, yo le he rogado a mami por este sueño, yo sé que puedo señor Miller. No tengo miedo al trabajo y al estudio, a sentirme insegura si. Es que Mamá y Guillermo siempre cuidan de mi.
—Cuando nos conocimos eras más segura, hasta me insultaste...
—Estaba segura en lo que conozco, el ruido y los lugares que no conozco me perturban. Yo iba a regresarme a casa, pero si su secretaria consigue ese lugar para mí, y si me da la oportunidad, voy a intentarlo, no sé porque Líam olvidó sus promesas, solo sé que sin su ayuda no podría.
—Cuentas conmigo, bueno con el plan de financiamiento por la empresa...lo sabes ahora...
—Señor Miller, Guillermo Clark, que es mi padre legal, él me explica muchas cosas y como no había dinero, solo aseguró mi regreso en caso que me sienta amenazada por alguna situación o en tal caso como le dije viene por mi.
—No vas a regresarte, vas a estudiar, es tu sueño, y a trabajar para mí.
—Sí,pero la decisión es mía...no es porque usted lo desea.
—Eres muy terca, pero es cierto, te gusta discutir y tener la razón, lo había olvidado —sonrió— de todas maneras estoy satisfecho que estés acá, harás un buen trabajo.
—Gracias señor Miller, sé que lo haces por Líam, pero ese irresponsable me la pagará, déjelo que venga a dársela de mi mentor de sueños, es un mentiroso, solo piensa en él...
—¿Mentor de sueños? —pensó el hombre bajó una expresión de risa.
Lucas Miller hizo silencio notando con detalles sus palabras, que más que rabia eran decepción, aún siendo su padre no estaba para defenderlo.
Tocaron la puerta y entró la secretaria muy contenta, el jefe no preguntó sino esperó lo que diría, mientras que Aurora se puso de pie y se acercó.
—Listo señor, encontré la mejor residencia para la niña...
—Señorita —interrumpió el señor Miller— en todo caso Aurora, no niña.
—¿Es segura la residencia? —pregunto Aurora— ¿Queda cerca?
—Muy segura y queda cercana a la empresa y por ende a la universidad. El señor Peter me la sugirió, es la de su madre, estuve una vez allí con una amiga de mi hija, solo que es costosa...
—No hablemos de precios, vayamos allá.—espetó el señor Miller.
—El señor Peter está gestionando lo del equipo telefónico para la ni...digo para Aurora.
—Gracias...es usted muy amable. —dijo con ingenuidad la chica.
Editado: 01.06.2025