El señor Miller estaba en el restaurante complaciendo a Aurora, nadie comprendía su interés, solo él y no le daba importancia a su alrededor.
Ella se mostraba tranquila e ingenua dando una imagen de inocencia, pero podía comprender que no se lo merecía todo y que en la vida el precio podía ser muy alto si no había un potencial intelectual humana que ofrecer, y si algo ella tenía claro y se sentía orgullosa era de su talento.
—¿Señor Miller, usted sabe algo de Líam? —preguntó ella mientras comía— Sé que se portó muy mal conmigo, pero ya debería de haberse reportado, usted es su papá tiene que estar pendiente, está nuevo en esta peligrosa ciudad.
—¿Te preocupa? —preguntó tajante el hombre procurando conocer sus sentimientos.
—Claro, soy su amiga y lo quiero mucho, no importa lo egoísta que es...
—¿Estas enamorada de él? —interrumpió mostrándose molesto— ¿Cómo puede importarte si te abandonó a tu suerte? Y precisamente en esta ciudad qué dices que es peligrosa.
—Es peligrosa la ciudad y él es mi amigo, me molesta que sea egoísta, pero no quiero que le suceda nada malo.
—¿Lo amas? ¿Acaso sí está enamorada de mi hijo?
—Es la segunda vez que usted me lo pregunta, y es la segunda vez que le digo que no tengo que responderle eso a usted, usted se ha portado bien conmigo, pero yo soy dueña de mi corazón y de mis actos, y no tengo que andar explicando ni diciendo nada. Solo tenga en cuenta que Líam y yo somos amigos aunque se porte mal, yo no lo quiero de novio, no pregunte usted más...
—Satisfecho, —dijo él con prontitud y escondiendo una leve pero auténtica sonrisa— ¿Aurora...
—Umjun
—Eres un desastre comiendo, la gente tiene razón, pareces una niña... —dijo de manera jocosa acercándose con la servilleta, pero cuando trató de limpiarla, ella se la quitó de las manos y lo hizo por sí misma.
—Es que tengo mucha hambre señor Miller. Está muy rica la pasta, gracias. Ya termino para ir a la residencia, ¿Sabe...? Estoy muy agradecida, no sé porqué hace tanto por mi...no se preocupe que yo no voy a odiar a Líam, él siempre ha tenido problemas en su cabecita que no lo deja pensar, pero hicimos un trato para estudiar juntos y yo no lo voy a romper. —aclaró ella intentando evitar malos entendidos y evadiendo la cercanía con su jefe.
—¿Por qué no dejas que te ayude limpiándote los excesos de la salsa? —preguntó el señor Miller disimulando su atrevimiento— y además no quieres soltar el tema de mi hijo. Deja que yo te ayude, olvida a Liam y dejame ayudarte, no tiene nada de malo.
—Ya me ayudó, prometo pagar con mi trabajo todo lo que usted ha gastado. Se que es mucho, pero trabajaré mucho. Peter dice que ganaré bien....
—Me debes mucho. —sonrió al verle la mirada melancólica y asustadiza fija en él— Es importante que sepas que soy muy exigente en los asuntos laborales.
—Haré posible cumplir con todo durante mis horas de trabajo. —puso todo en orden y tomó gaseosa del vaso— Ya podemos irnos, —sonrió con travesuras— ojalá que mi mami no se entere que tomé gaseosas, piensa que me hace daño, pero me gusta la gaseosa.
—¿Por qué piensa tu madre que la gaseosa no es buena para ti?
—De niña tuve ciertos problemas con mi estómago...¿Nos vamos señor Miller?
—Bien...vamos, lo repito y eres niña para lo que te conviene. —susurró con cierta desilusión.
—¿Cómo dijo señor Miller?
—Que tendrás mucho trabajo.
—Ya quiero trabajar...
***
Al llegar al sitio en dónde Aurora Clark se residenciaría, la madre de Peter se acercó notando extraño el interés de Lucas Miller al estar presente personalmente junto a la chica.
—Lucas, qué alegría verte, supongo que esta niña es Aurora, bueno...Peter me ha dicho que trabajará para las empresas Miller, pero...¿Quien es? Soy muy cuidadosa en los asuntos de mi residencia.
—Es amiga de mi hijo...son compañeros de estudios. —la madre de Peter lo observó meticulosa y volvió la mirada a Aurora.
—Amiga y compañera de estudio de tu hijo, bien...aclárale que aquí no venga a estudiar ni de visitas. —el señor Miller sonrió— ¿Qué edad tienes, Aurora? —preguntó muy seria la mujer fijando sus lentes.
—Dieciocho. –respondió con prontitud la chica mientras mostraba sus documentos.
—¿Podemos ver la habitación, ya? —interrumpió el señor miller un poco enojado— Estamos rápido y....
—Solo Aurora verá la habitación...será ella quien viva allí, es a quien le debe gustar.
—El contrato lo hará mis empresas por ella como trabajadora, Aurora comienza mañana...es necesario que yo verifique que estará cómoda.
—Lucas, ella estará cómoda, y firmará como responsable...aunque tus negocios paguen.
—De acuerdo. —dijo Aurora sintiéndose satisfecha— No habrá problemas, yo firmaré, aunque sean los negocios del señor Miller quienes financien mi estadía en este lugar. —repitió la chica sin dejar de mirarlo.
Lucas Miller juraba creer que podía tener el control sobre Aurora, pero al darse cuenta de la realidad lo disimuló aunque su sonrisa se borró.
Editado: 01.06.2025