Un Sugar Daddy...¿yo?

Capítulo 16. Acusación inesperada.

El padre de Lucas llegó muy temprano a las oficinas acompañado por Liam quien se mostraba feliz al lado de abuelo. Aurora al mirarlo se detuvo a observarlo, parecía un extraño ante ella, él ni siquiera la miró, era como si no existiera. Aurora decidió acercarse a él y lo hizo mostrándose alegre.

—Hola Liam. —dijo ella con una ingenua sonrisa— ¿Cómo estás?

—¡¿Como crees que estoy?! —espetó molesto— Mira abuelo, ella es Aurora, la amante de mi padre, era mi amiga, pudimos ser novios, pero se vendió a mi padre...!

—No Liam, no es cierto —Aurora quedó perpleja ante la inesperada acusación de su supuesto amigo, lloró sintiéndose avergonzada ante el padre de lucas

—Es cierto, mi padre paga por tí. —Aurora caminó apresurada hacia la oficina y soltó los sollozos más triste que en su vida haya tenido.

—¿Qué sucede, Aurora? —preguntó Peter alarmado, pero ella no pudo parar de llorar para contarle lo sucedido— Está bien, cálmate y me dirás, estoy para ayudarte— Dime con un movimiento de cabeza...¿Lucas te maltrato? —negó con la cabeza— ¿Es por tu familia? —negó nuevamente— ¿Tiene que ver con Corina? —Volvió a negarlo— Ya sé, es Liam...

—Siiii...diiijoooo co cosas horribles...de mí....

—Cálmate, primero te abandonó a tu suerte y ahora viene con ésto.

—Se lo dijoooo a su abuelo, y es...taba la secretaria.

—Tranquila... Lucas lo resolverá. —mientras Peter procuraba calmar a Aurora, ya el señor Miller enfrentaba a Lucas delante de Liam.

...

—¿Le quitaste su enamorada a tu propio hijo? —preguntó el señor Miller con una cara de terror— Eres su padre. —Lucas se levantó y no pudo sostener su arrogancia y su mal humor.

—Es lamentable sentirme padre de este niño llorón que al haber dejado el pecho de su mami, venga a llorar le a sus abuelos procurando romper nuestra relación.

—¿Te acuestas con esa niña? Dímelo Lucas, por favor. Eres mi hijo y siento que...

—Me encantaría conversar contigo papá, a sola. —interrumpió— y tú Liam, ve con el personal, le pediré a uno de los trabajadores que te acompañen...

—¡Quiero estar presente...

—No tengo nada que hablar contigo, eres un nene que me inspiras rechazo, ojalá hubiera valido la pena haber perdido mi juventud en esos almacenes que hoy conocerás, no como cualquier empleado, sino como un jefe. Ve de una vez...

—Papá...

—Dime Lucas, siento vergüenza de tí....

—Yoooo. —bajó el rostro.

—Pobre de tí que vengas a lastimar a Aurora con tus calumnias. ¡Vete ya a trabajar!

El señor Miller se sentó a la expectativa sin saber que era cierto o no, y Lucas volvió a su sillón, miró fijamente a su padre y espetó.

—No me acuesto con Aurora, no aún. —el viejo quiso hablar pero Lucas continuó— amo a mi hijo, pero...es un chico malos hasta con él mismo. ¿Te contó quién es Aurora?

—No, ¿qué tiene que contarme?

—¿Recuerdas el proyecto de negocios que mi hijo supuestamente resolvió?

—¿Supuestamente?

—Aurora lo hizo, además qué hicieron un convenio entre ellos, ella resolvería sus obligaciones laborales quedando bien ante mi, y él la ayudaría a mantenerse en la ciudad, ella está becada.

—¿Le crees a ella ante que a tu hijo?

—No fue ella quien me lo dijo, mi hijo no solo miente sino que es manipulador, cuando se dió cuenta que no la necesitaba porque yo sabía la verdad, la abandonó a su suerte, dejándola sola y sin comida, además sin un lugar adónde ir.

—Le dijiste que no se le acercara, que ella sería para tí.

—Se lo dije por dos razones; la primera es que me gusta desde que la conocí; y la segunda lo probé, quería saber hasta adonde llegaba su interés, si yo fuera un loco abusivo, ya le hubiese hecho daño.

—No sé que pensar Lucas, él es un chico aún, igual que tú cuando te dejaste envolver con esa mujer.

—Papá, tú me conoces, no pongas cosas en mí...

—Dice que esa chica se acuesta contigo, de hecho la acusó ante todos que tú la compraste...ella se fue llorando.

—¡¿Qué diablos, dices papá?! —se acercó apresurado a la puerta— Voy por ella...

—Lucas, párate...

—No entiendes nada....luego hablamos.

Lucas se encontró de frente con Peter saliendo de la oficina y sin prórroga se acercó con preocupación.

—Iba a tu oficina.

—¿En dónde está Aurora? —preguntó y Peter sonrió— Se que mi hijo le faltó el respeto.

—La humilló, dijo que tú la compraste y que ella se acuesta contigo. Está en mi oficina, más tranquila pero hinchada de llorar.

Lucas no dijo nada sino que fue hasta Aurora, ella trabajaba aún con sollozos, el se sentó a su lado y sonrió sintiendo su tristeza.

—Demasiadas lágrimas para ese computador, se dañará. —ella volvió a llorar— No sé que te causa tanto llanto.




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