El señor Miller quedó a solas con el señor Visconti, quien sonrió inesperadamente haciendo parecer confundido al mismo Lucas.
—¿Sucede algo, señor Visconti? —preguntó perspicaz.
—Una niña muy hermosa e inteligente y con una mezcla de inocencia y bondad. Se ha enamorado usted, pero es muy chica, créame. La experiencia me ha mostrado que no debemos mezclar nuestros negocios con el peligro.
—¿Peligro dice usted?
—A veces ponemos todo en riesgo, la juventud sufre y no entiende a los que hemos vivido.
—No le entiendo...
—Señor Miller, el ser humano que se enamora se complica, solo se puede considerar a la mujer con quién nos casamos e hicimos familia.
—No tengo esposa, sin embargo tengo un hijo por el que me respondabilicé desde el mismo momento que supe que existía, Liam es desobediente y terco, ya a su edad yo sabía de preocupaciones y trabajo duro, por no perderlo a él.
—¿Y la madre de ese chico Liam?
—Casada, en su vida, fue una de mis primeras experiencias, no me quejo. Soy feliz de tenerlo en mi vida, solo que a él no le importa y cree que es al revés. Pero, ¿Quien puede entender la rebeldía de la juventud?
—Ciertamente.
—Lo importante para mí como padre es no fallarle, Liam es mi responsabilidad aunque a veces sienta que no lo hice bien.
—Usted no lo deseó y eso tiene su complicación.
—Era yo un jovencito, no lo deseaba, pero me responsabilicé, y amo a ese chico. Es posible que para usted hacer negocios con un hombre como yo, se incline a esperar que tenga esposa e hijos.
—No lo estoy evaluando y no desconfío de usted en los negocios, si vine aquí fue a ponerme en sus manos, he tenido cuantiosas pérdidas y creo que usted puede detener mi caída. —Lucas lo observó sin poder negar su sinceridad— No estoy en quiebre, soy un hombre próspero aún , pero mi hijos no tienen el amor, la dedicación y entrega que mis negocios siempre han tenido y necesitan, no están a la altura y yo quiero un descanso.
—Entiendo...
—Es preocupación, no solo está de por medio mi buen nombre familiar, sino que mis empresas tienen el sustento de Miles de familias.
—Señor Visconti, ésto es preocupante, mañana tendremos una mesa de trabajo, Aurora nos acompañará, es eficiente, muy audaz, verá como se proyecta, es buena visionaria aunque usted lo dude por su juventud y falta de experiencia.
—Veo que le tiene mucha confianza a esa chica, señor Miller.
—Usted también le tendrá confianza cuando la conozca bien...Aurora me hace recordar a mi mismo cuando tenía su edad, la diferencia es que ella no tuvo una educación como la mía, sin embargo ha logrado sorprenderme. —tomó el teléfono— disculpe señor Visconti.... haré una llamada.
—Bien...—el hombre se sorprendió al escuchar a Lucas Miller dar una orden.
—Peter, localiza a Aurora, no puede salir del edificio, su padre, Guillermo Clark está acá, asegúrate que todo esté en orden.
—¿Todo bien? —preguntó el señor Visconti al mismo tiempo que Lucas puso el teléfono.
—Así es.
***
Aurora disfrutaba de la compañía de su padre adoptivo; Guillermo Clark, ella Lloró ante la circunstancia de ese extraño día, miró hacia la oficina sabiendo que allí estaba Sandro Visconti, su padre biológico.
—¿Qué tienes, mi hija? —ella lloraba mientras el señor Clark secaba sus lágrimas— ¿Tanto te emociona verme que me has llamado papá, o pasa algo más?
—Estoy arrepentida de no llamarte antes, papá...eres mi padre, el único que llegó a este mundo para protegerme, a mi y a mamá.
—Yo te entiendo, lo esperabas a él...a tu padre biológico.
—Él no existe ya, tu eres mi padre, es por eso que me llamo Aurora Clark, me diste tu protección, tu amor, tu apellido...
—Ven Aurora —la tomó de la mano— sentémonos acá en la cafetería.
—Sí papá. —ella lo miró y su mirada reflejó una inmensa preocupación que hizo alarma a la chica— ¿Sucede algo?
—¿Te has preguntado por qué estoy aquí tan repentinamente?
—Sí, pero...supongo que mamá está preocupada y quiere cerciorarse de que esté bien.
—Ella quiere que vuelvas.
—No volveré con mi cabeza y mis manos vacías.
—Anoche no durmió, después que hablaste con ella, la llamó Liam, la alarmó con una serie de cosas que...
—Liam es un egoísta, me odia, me hace avergonzar delante de todos, me abandonó cuando más lo necesitaba. Solo quiere ésto, que me vaya, y no se porqué.
—Dice que su padre tiene malas intenciones contigo.
—El señor Miller...
—Concluimos en que es verdad, ese hombre es el mismo de tu bicicleta, estuvo en casa y desconocemos sus intenciones.
—Papá, no pueden siempre protegerme, yo necesito aprender. —tomó las manos de su padre buscando un apoyo— No voy a negarte que me sentí desprotegida y asustada, pero fue el señor Miller precisamente quien me ha hecho ser más segura, mañana comienzo en la universidad, tengo un horario que me permite estudiar y trabajar a la vez, sé que puedo. Nadie quiere hacerme daño y yo me cuido, mamá solo debe orar por mi.
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Editado: 06.08.2025