—Entiendo. Casarte conmigo sería algo de interés y no porque me ame, ¿No es así? —preguntó tocando con el dorso de su mano mirando sus miedos al esconderse repentinamente al bajar el rostro.
—¿Me ama usted a mí señor Miller? —preguntó ella de forma tímida devolviéndole la interrogante y haciéndolo estremecer por no esperárselo.
—Aurora...
—No responda eso por favor...—dijo interrumpiéndolo al sentir que dañaría algo importante de una repentina y amena amistad— yo no quiero volver a casa señor Miller, es solo eso... nadie lo entendería...necesito prepararme, mamá parece haber olvidado porque vine aquí y ya no quiero rogar porque me deje cumplir mis sueños, piensa que usted es un abusivo y si usted me sigue mirando así, yo también voy a creerlo.
—¿Cómo debo mirarte? —preguntó con su voz susurrante y fijo en su boca— No soy un abusivo...solo eres muy hermosa y te quiero en mi vida.
—Me gusta mucho verme vestida así, —trataba de cambiar el tema— Soy agradecida de su influencia en mi vida.
—No es tu vestimenta lo que te hace hermosa...
—Señor Miller, bueno...yo oí las palabras de la asesora de imagen y ella al escucharme lo que me gusta, me entendió, yo quiero verme siempre bien, usted me lo dijo; como me ven, así me tratan. Y yo no soy payasa para nadie...y no vaya a reír que me bajo de su auto.
—No quiero reírme, tampoco quiero besarte, hace unos minutos sí, —sonrió— cambias el tema, no puedes cambiar lo que yo estoy sintiendo pero...tu sinceridad me abruma, no me deja digerir que solo un interés te llevaría a casarte conmigo.
—¿Voy a llegar tarde señor Miller? —insistió ella mirando su reloj.
—¿Puedes decirme Lucas? —preguntó con mirada fija e imponente.
—Puedo, me siento más extraña diciendo Lucas que vestida así.
—Está bien, ¿estás nerviosa...?
—Asustada...
—Me detendré ahora, entiendo que todo es nuevo para ti...espero que pronto se te haga costumbre decirme, Lucas...que podamos sostener nuestra conversación sin que acudas a cambiarla, ¿Okey?
—Está bien Lucas...voy... tarde...—él la observó, sonrió tocando su mejilla y accedió a manejar el auto.
Condujo silencioso y Aurora Clark en su recorrido hasta la universidad no paró de hablar mostrándose nerviosa, pero este hombre mantuvo su caballerosidad, al detenerse bajo y abrió su puerta y la acompañó hasta donde sería su primer encuentro.
—Bien Aurora, ya en tu primera clase...
—No puedo creer que ya esté aquí, y hoy sea mi primer día universitario...a uno minutos y ya empezaré tareas.
—Aurora, —dijo rompiendo el silencio— tu eres grande y maravillosa, no bajes el rostro nunca aunque sean tus profesores, observa con respeto y disciplina, si alguien te habla golpeado para humillarte, tú solo míralo con positiva altivez sin emitir palabra y réstale importancia, aunque fuera mi propio hijo. No dejes que nadie opaque tu brillo, y recuerda que tú; Aurora Clark, eres grande en este mundo de los negocios, estás aquí para fortalecerte.
—¿Usted realmente lo cree? —preguntó temerosa.
—¿Usted, dijistes... Aurora?
—¿Tú... tú lo crees Lucas? —ella preguntó con lágrimas en los ojos y el sonrió, y besó su frente.
—Tu nacistes para ésto Aurora Clark, este es tu mundo. Te veo luego, si hay algún cambio acá, solo llámame.
—¡Gracias Lucas, gracias!
...
Aurora miró a Liam sentado en uno de las sillas al final del gigantesco salón, pero ella solo se dispuso a contextualizarse con su presente.
Él no quitaba la mirada de ella como si se burlaba, hablaba entre sus amigos hasta que él profesor le dió dos opciones; el silencio o abandonar la sala.
—¿Aurora Clark? —preguntó al verla entrar despacio y tímida.
—Sí señor...soy yo.
—Bienvenida.
—Gracias. —dijo al mismo tiempo que sentándose.
—Hoy hablaremos el porqué estamos aquí y conoceremos que trae cada uno de ustedes, cuáles son sus sueños y metas.
La socialización fue pertinente y amena cuando Aurora Clark entró en contexto dejando en evidencia el motivo por él cual estaba allí.
Ella borró la sonrisa burlona de Liam cuando respondía y podía sostener una conversación con su profesor.
La mañana fué amena mientras enfocada en sus estudios mostraba su felicidad, salió de aquel lugar después de enviarle un mensaje a su jefe.
Caminando por el pasillo miró a Liam acercarse, ella quiso huir, pero recordó las palabras de Lucas.
—No tengo miedo. —se dijo así misma levantando el rostro y mostrando seguridad.
—Miren a esta recién vestida, claro...luego de pasar por la cama de mi padre. —sus amigos rieron y ella solo lo observó a él, muerta de miedo, pero su mirada altiva— Y creída ahora, eso será hasta que Lucas Miller se aburra. —Aurora quiso caminar pero se le encimó— ¿Te crees lista, eh?
—Nada de lo que dices es cierto, por favor déjame pasar.
#2437 en Novela romántica
#832 en Otros
#130 en Relatos cortos
diferencia de edades, amor obsesivo celos, amor inocencia y sagacidad
Editado: 03.07.2025