Un Susurro Del Alma

Un amor de dos mundos distintos

Simplemente me imagino como debe de ser la vida de ella cuando yo no estoy en su camino, siento que a veces irrumpir en su vida sería muy innecesario que yo estuviese, a veces me planteo yo mismo, ¿Porque siempre pienso en ella todas las noches, sin pensar en alguien más?, ¿Será que sea una terrible elección que tomar?, ¿Estar o no estar?, Me lo catálogo como la pregunta de mi vida, si en verdad esa chica de la cual me enamore deba de ser la indicada para mi vida.

Usualmente ella vive en el mundo del deporte y con unos kilos de menos mucho menos que yo, yo soy un tipo del cual dudaría muchísimo de cualquier chica que se enamore por mi, a veces me duele admitir y crear en mi que enfoque mi corazón para ella pero se muy bien en realidad estoy perdiendo bastante tiempo en ella, y también en mi, no solo a ella a mí también, ella es una chica que goza de deportes que practica casi a diario, recuerdo que una vez me contó que para poder ser parte del equipo y estar en el entrenamiento debe por lo menos aprender a dominar el esférico, pero simplemente le mostré mi destreza y ella lo disfruto como si de una fiesta se tratase, y aunque no todos lo creyeran ella estuvo feliz de conocer un poco de mi, así lo pensara o no, se que le fascinó, en cambio yo llevaba un cambio de vida o incluso un mundo distinto a el de ella, y además lo admito siempre ella siempre me ha encantado desde que supe que tenía novio la he seguido pensando siempre, y cuando me enteré que la dejo por escuchar algunas palabras de aquellos que estaban cerca haciéndolo creer a el que ella lo engañaba con alguien más, pero lo que no sabía el, es que había perdido una gema en un pajar.

.- Y yo solo trate que ella lo olvidara pero siempre lo recordaba por el daño que le hizo, solo me preguntó, ¿Que tan fuerte fue el daño, para que ella no estuviera enamorándose nuevamente?.

Solo palabras como esas eran las que pasaban por mi cabeza, no sabía en realidad si algo podría entablar con ella, ella simplemente con una sonrisa hermosa, sus ojos preciosos, y su encantadora forma de ser, era lo que me hacía quererla mucho más aunque la vida no me lo otorgue.

Cuando menos me di cuenta tenia que hacer, contentarla más, abrazarla más, hablarle más, y lo más importante, decirle cosas bonitas siempre aunque me este viendo como un amigo por ahora, sin embargo a veces eso era lo que me detenía de lo demás, que si en verdad puedo enamorarla con detalles con alguien como yo, siendo alguien que trabaja y que siempre quiere pagarle algo, la última vez que la invite gasté todo mi dinero de la semana la cual yo deseaba gastarlo en otras cosas que me gustan, pero yo lo que desea muy dentro de mi corazón era que estuviese feliz, ese día me lo agradeció mucho, aunque saliese con amigos de su escuela, se que no debo de envidiar el tiempo que tienen los demás para poder salir y gastar, yo con vasto dinero que cargo apenas y me duele gastarlo no por tacaño, si no por el sudor que me lleve para mantenerla sonriente, y lo más fabuloso de todo era que siempre estaba sonriendo, ella lo único que hace siempre es sonreír, y eso me alegra bastante, a veces me invadian los celos por verla abrazado de otro tipo que no fuera yo, aunque ella y el no tuviesen nada que ver más que solo amigos, sin embargo yo estaba en el plan de que ella tuviese ratos libres muy divertidos y que lo pasase muy bien a diario.

A diario quisiera ver ello como lo mejor en el día para que ella sonríese con más fuerza cada día, sin embargo cuando le mandaba mensajes de texto a diario y a cada rato, sin duda alguna sabía que algo estaba mal, si no hasta que le quise preguntar qué sentía por mi, pero sin duda era inevitable saber que a ella le molestan que le estén texteando a cada rato no por ser malo si no por ser algo molesto para ella.

Sin duda alguna lo había entendido, y ella igual, solo que aún no sabía lo que yo quise decirle con ello, lo más seguro era que yo no le interesaba, o lo cual era que tal vez sentía algo o estaba sintiendo algo pero no quería pasar lo mismo de nuevo.

Lo único que tenía en mente y corazón era que nosotros éramos dos autos en distintas curvas.




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