Un Té
Capítulo 32
Rufius
Corrieron juntos como ágiles guerreros y esquivaban las balas, que rebotaban una tras otras y el lienzo de la vida se teñía de rojo. También contraatacaron dejando salir balas de sus cañones, haciendo caer a muchos en el bando enemigo , los insurgentes se distrajeron y trataron de contener al grupo de Max, y para consiguiente el mil caras llega por la retaguardia y encañona sus armas para dejar en claro que si se movían se iban a ir directo al cielo, Salas llego a contener a los demás echándolos para atrás y llegando a enjaularlos para que se sintieran acorralados y poner fin a su rebeldía, pues momentos momentos después los insurgentes alzaban sus manos en símbolo de rendición, y más aún cuando estos ya no tenían munición alguna. La brigada del gran jefe llego y estos pusieron orden, los mercenarios de élite pudieron socavar a los rebeldes algunos pudieron escapar pero otros fueron asesinados por los mismos. Estos fueron a poner orden en la barricada llegando en el momento justo. Así a estos actos de rebeldía pusieron fin, lee y los que estaban cuidando al gran jefe ellos se fueron hacia la derecha y pusieron al gran jefe en buenas manos pero uno de los insurgentes empezaba a romper las amarraduras que le sometían y agarro un navaja que estaba tirada en el piso, en ese mismo momento se la clavo al gran jefe, este cayó al suelo de inmediato los mercenarios le dispararon a este insurgente, y pusieron fin con su vida, Entonces el jefe se levantó y dijo hacia la mafia: “ya mi hora a llegado, los héroes de la gran batalla son aquellos que han acudieron a pensar con su corazón y defender lo que estaba bien“ la tos de el gran jefe empeoraba y empezaba a vomitar sangre, el llamo a uno de los mercenarios y le dijo unas palabras al oído , después de esto se lo llevaron de inmediato para que lo llevaran a una clínica. Salas estaba buscando a Max para que ir a la búsqueda de aqua.
<<Lo que sucedía en la cocina donde estaba Max >>
—Mierda no hay té, porque estos sicarios no tienen etiqueta, cuando vuelva les llevare un queja al jefe. Unos ruidos del pasillo le causa curiosidad y sale a ver lo que pasa muy cuidadosamente. Se arrima a la esquina de la pared y dice: —Mierda— Son unos hombres con un costal, pero serán de alguna mafia, no lo creo además llevan un símbolo muy extraños en sus espaldas que será eso, además ese saco no se parece nada a un objeto, es más se parece a una persona, debería ir tras ellos esto me suena muy sospechoso, además no puedo dejar que algo más pase. Max se va tras ellos. Se esconde en las esquinas de las paredes para que no lo detectaran, escucho su conversación uno de ellos dijo: —llevemos le esta chica al mariscal el estará feliz de que la misión fue exitosa y fácil de cumplir, ese estúpido mafioso que vendió su alma a nuestra gran organización está perdido lo mataremos después de que nos aporte el auto que prometió. El otro respondió: —si estos mafiosos son estúpido de manipular y acusa de ellos muchos de nuestros enemigos más temidos murieron hoy, además de que nos llevamos sus riquezas ha, ha. Max siguió a los dos hombres le intrigaba que chica estaban secuestrando, entonces llegaron a fuera de los galpones. —Sal de ahí mafioso. Danos nuestro transporte El respondió: —Espero que su jefe me de mucha plata y que no me falle. Aquí están las llaves Arrojo las llaves a las manos del hombre y este las agarro prendió el carro y se fueron a gran velocidad. Max salió del escondite y se dirijo hacia el mafioso y le dijo:—¿Amigo sabes que es lo que más odio en este mundo ? El mafioso se sorprendió y salto del susto así que este se voltio y dijo: —¿Quién eres tú ? No debiste ver eso las pagaras muy fuerte. Y este arrojo un golpe a Max este ni se movió, frunció una sonrisa en su cara y con la empuñadura de la espada le dio en la nuca al honre dejándose caer de lleno al piso. Y amenaza al mafioso con el filo de la espada. —Me lo vas a contar todo y espero que seas gracioso.