Un Té
Capítulo 33
Plan de Escape
—Mi nombre es Rufius y soy el general delo rusos, yo estaba negociando con los Faraones. Ellos me prometieron mucho dinero y poder que aquí nunca podría tener, ellos también me ofrecieron ser uno de ellos para tener una casa a donde ir después de que se formara la guerra, también decidí irme a lo seguro por si salia vivo de esto, —Así que te ofrecieron poder y dinero y vendiste tu alma. Sabes que ellos no van a cumplir sus palabras, ni los conoces. No te darán nada solo te han timado ademas te han quitado el coche y la vida de una compañera esta en peligro. Ha ha me dio risa te perdonare la vida, Max guardo su espada, lo ayudo a levantarse. — Yo soy Max de la mafia de los orientales y tu eres Rufius si es así estrecha mi mano. Rufius estrecho la mano de Max y este le dio un giro a la situación —Tu eres un hombre que ha sido engañado, eres muy ingenuo, se han burlado de ti, desde ahora tu me servirás ahora y me dirás todo sobre estos Faraones, será de ayuda para mi amigo salas
es mejor que vayas conmigo para que no se asusten y te terminen capturando, nos seras de mucha ayuda . Si de verdad quieres el poder y el dinero hazlo por tus propios medios y no uses a los otros, sabes —Si gracias por el dato —No te lo tomes a la ligera, eso es un recuerdo mio sabes eso me lo dijo alguien a quien apreciaba mucho, —¿Puedo preguntar quién era señor Max? —Si. bien, lo debes saber ya me dijiste tus motivos, yo te contare los míos, cuando era pequeño mi padre me llevo a una tumba en aquel entonces no entendía que era la de mi familia pero si se que ellos veneraban mucho a los difuntos, mas que venerar era honrar, un día de camino a la tumba mi padre me dice que debía ser paciente si quería lograr mis sueños, pero sé que eso es lo que mas se me ha quedado en mis recuerdos, ese mismo día me dice: —Hijo si quieres ser el mejor solo tienes que luchar por ello fuertemente y con mucha convicción como aquel hombre que consiguió ser el mas fuerte, solo entrenando todos los días y fortaleciendo su mente esto te permitirá ser el mejor ademas nunca olvides que no debes dejar de ver a los demás como personas y no como tus peones se humilde y veras como serás el más grande en esta vida. Eso me lo dijo cuando yo era niño algunas palabra se borraron de mi memoria, pero sé que cuando cumpla este mi mandamiento seré capaz de superar a cualquiera que quiera pero eso no me llena ahora que los conocí me siento mas feliz ya me vale ser el mejor o el peor eso hombre me dio otro significado de la vida y cambio toda mi forma de pensar.
Ahora sé que debo luchar por lo que mi corazón me dicte y hacerle caso a mi alma ya que es mi vida, ahora que ya he crecido me siento como si fuera un niño otra vez aprendiendo tantas cosas sin nadie, alguien que me pueda ayudar en el tema pero en cierta forma también me siento bien en seguir mi propio camino que yo forjo como herrero, así que será mejor que nadie se interponga pues mi espada está respaldada por mis sentimientos y sueños por eso es mi mejor escudo.
—wow eso fue asombroso jefe, —¿cómo que jefe? Yo no soy tu jefe amigo, —Bueno nosotros en el clan tenemos una regla quien te venza en un duelo se convierte en tu jefe, tu me das un motivo por el cual luchar, para remendar mi error y recuperar mi honor, ellos se burlaron de mi asi que no puedo perdonarlos sabes. Espero que ellos estén preparados para sentir la el vigor de la mafia rusa.
—Ha, Ha, así me gusta chico, esto si es genial de tu parte, si estás dispuesto a seguirme tú serás mi discípulo ahora hagamos e juramento. —Si señor —Arrodíllate ante la espada y deja caer tu cabeza adelante. Yo haré el resto. Y así blandiendo su espada Max consiguió un discípulo y compañero. Pero de repente sonaban las sirenas de las patrullas de policías y guardias que llegaban a la zona para investigar. Este hizo rápido el juramento y se fueron a avisar a los demás.
Corrieron para la sala central donde estaba salas con cameloft y camilo Max entro gritando: —Hay viene la policía vámonos — ¿Max donde te habías metido? te estábamos buscando cabrón, estaba en la cocina preparando un te cuando vi a unos hombres vestidos de traje a costas de una chica secuestrada, —Esa es aqua dijo camilo todo entusiasmado. —Que aqua está secuestrada no la estaba cuidando este buey. —¡Epa! estoy aquí respeta. Intervino tratando de salvar la poca dignidad que le quedaba. —Así que este no cumplió su trabajo —Por si no lo sabias este tiene un nombre y se llama cameloft. —Amigo a él lo golpearon así que estaba inconsciente no lo veas tan mal. —Ha, ha, y el viejo jefe, —Ya se lo llevaron el emperador le había metido un cuchillo y lo llevaron a que los atendieran. — Lee no él se quedó esta por allá señalo al chino que estaba atendiendo a camilo. —Okey hay que salir de aquí cuanto antes, viene la policía — Hey espera ¿quién es él?, —Él es un amigo que hice se llama Rufius nos ayudara, camilo aceptan esa condición pero cameloft y lee no aceptaron y le dijeron: —Pero era un enemigo sabes. —Está bien me juro lealtad y será mi discípulo. Guiño el ojo derecho —Max ¿estás loco?. Dijo salas. —Pero debemos salir de aquí, ya. Vámonos y dejemos de pelear ¡adelante Rufius!. —Si maestro, —hizo una reverencia— A La batalla…
—Esto va a estar interesante, dijo Lee a salas. —si va a estar divertido pero vámonos. Dijo salas mientras seguían a Max Y Rufuis que ya estaban muy adelante. Y así todos se fueron dejando solo a los prisioneros de guerra para que se los llevara la policía, cuando estos se fueron dejaron varias mochilas, tiradas en el piso con sus identificación, la policía ya estaba allanado el lugar, ellos evadían a los policías pero las salidas estaban bloqueas, y estaban en un segundo piso, Max vio unas granadas de humo y se le ocurrió algo, también miro a bajo por una ventana amplia y dijo: —Debemos saltar — ¿Que estás loco?, es un segundo piso nos moriremos en la ciada si sale bien lo mas que no puede pasar es que nos quebremos las piernas. —Confía en mi diles a todos que van a saltarla mismo tiempo. Dicho esto Max rompe el vidrio de la ventana con la cacha de una pistola, los escombros caían en todas las direcciones, pero no saltan aun, estos esperan a su orden, todos se ponen en posiciones para dar inicio al plan de escape. Los muchachos tenían la mirada fijada en el hombre de la espada. Que sin duda se iba a robar el acto de la siguiente función.