Un Té
Capítulo 45
Anuel…
—Que está pasando por que no despiertas ya es de mañana así dijo Salas a Max, quien había dormido toda la noche sin siquiera despertar a orinar ya que tenía su costumbre.
En la mañana cuando estaban comiendo todos notaron las miradas que se tiraban Max y Luciana, donde la química que tenían, hacía que la ya por si pequeña y calurosa cocina, se pusiera más calurosa, Camelotf bufaba acerca del acto que estaba sucediendo mientras que los demás trazaban la ruta para poder ir a la isla,
lo que había pasado la noche Anterior en la cabaña -
Eran las doce de la noche y estaban Max en la sala él se había ofrecido para dormir allí, no tardó mucho en dormirse, pero cuando estaba en un lindo sueño unos ruidos atracaron la cocina y más adelante se levantó, para investigar, se llevó la espada y se fue sigilosa mente a la cocina, pisando poco a poco para que el sospechoso no se fuera a dar cuenta de que estaba allí.
Entro en la cocina y vio una silueta muy bella pues era Luciana semi-desnuda—Barra—cachonda, que había bajado para comer algo ante el ataque de ansiedad que le había dado, Max había llevado su espada a su cuello, y ella dijo:
—Eres habilidoso con la espada, ¿serás igual con otras cosas?, —dijo ella en tono malicioso y con una sonrisa de oreja a oreja—no me asusta tu sable ¿puede ser que me entretenga? Ella se fue a sus brazos y empezó a besarlo Max había quedado en blanco, más adelante se frunció el ceño y se dejó hacer más cosas,
El bajo su espada pero — No hagas tanto ruido no llamemos la atención de los demás. En tono conservador.
—Si mi príncipe. No será que tienes miedo de que te vean así.
—Cuando estas en la meseta se vuelve más lento el porvenir sabes,
—¿Qué estás diciendo?
—Nada solo déjate llevar. Y paso lo que tenía que pasar Max se la llevo a su cama en esta ocasión a su mueble. Y ella tomo toda la iniciativa y empezó a subir y a bajar y ella se fue de lleno contra él. Max contenía su agitada respiración, paso sus manos por la cintura de la chica, poco después las llevo más arriba y con un fuerte jalón rasgo su pequeña camiseta —Que era lo que la cubría de estar desnuda— El empezó a hacer círculos con su lengua en los pezones de la chica. En ocasiones quería gritar, pero se contenía el habla apretando los dientes, Ella rendida antes las habilidades del espadachín abrió las piernas y el ágil y sagaz sin dilaciones entro en esa aventura un poco estrecha. Llenando a la chica de felicidad placentera y calurosa toda la noche.
Sucedió que eran como las dos de la mañana y la luna estaba llena, ella estaba en la ventana en donde se reflejaba perfectamente el brillo de la luna. Cuando estaba en la máxima claridad Max dijo:
—Sabes que aun que no te conocí de mejor manera estoy enamorado de ti y si tengo que ir a buscarte lo haré te quiero de la a hasta la zeta espérame que te lo demuestre yo seré tu hombre lobo y tu serás mi vampiresa que llevaras y gobernaras mi alama sí.
—¡Ay! no me hagas sonrojar solo tenías que decirme que te gustaba tú también me gustabas, agarro su cabeza y le dio un beso, de lengua, se levantó su ropa interior y se puso la camisa que llevaba, y se fue a su dormitorio, diciendo:
—¡¡Nos vemos mañana amor!! Entre miradas cómplices y picardía excéntrica y furtiva.
Donde Max quedo primero anonadado por ese escenario que se presentaba.
En el momento Presente,
Cuando se levantaron de comer, Salas confronto a Max y detrás de la cabaña sin que nadie más se enterara
— ¡¿amigo te pasa algo con Luciana?!.
—Con Lucy… —Sonrió—a mi nada y ¿a ti?
—Como que no pasa si hasta le pusiste un apodo. ¿Sera que ya le hiciste la maldad?
—Solo tuvimos una noche erótica nada más, tú ya tienes a la tuya no me bucees a la mía.
—No es eso sino que el ambiente con los demás se pone muy incómodo cuando están juntos me entiendes.
—si ya lo sé, seré más cuidadoso con eso. Pero sabes jamás había sentido algo así. Tan siquiera no en mucho tiempo.
—si te entiendo amigo mejor preparemos nos para la ejecución del plan.
—Si vayamos de inmediato a hablar con los chicos ya el lanchero debe estar por llegar.