Un temeroso y melodramático encuentro ^^

"Amigos al rescate: La cena"

En la casa de Tadi, el ambiente era menos tenso y más... caótico. Nashua, el padre de Tadi, abrió la puerta a los pocos minutos de colgar, revelando a los dos amigos de su hijo.

Primero entró Benji, de 26 años, alto y delgado, con una energía y un cabello castaño rizado que desafiaba la gravedad. Luego le seguía Kael, de 27 años, más bajo y fornido, con una barba impecable y una calma casi zen. Ambos eran, al igual que Tadi, descendientes de la tribu Wičháša Yáta Wakpá.

"¡Nashua! ¿Qué pasa? El mensaje de voz era apocalíptico," dijo Benji, saltando sobre una pila de revistas en el pasillo.

"Que Kael traiga el botiquín de primeros auxilios para el alma, que eso fue lo que escuche," agregó Kael con su voz profunda, entrando con deliberada tranquilidad.

Nashua hizo un gesto hacia el sofá, donde Tadi seguía acurrucado bajo el cojín, gimiendo como un coyote herido.

"Chicos, me alegra que vinieran tan rápido. Miren a esta criatura," Nashua dijo, señalando a su hijo. "Acaba de conocer al padre de Kange. Dasan. Y ha vuelto con el alma rota y el instinto de huida disparado."

Benji se acercó a Tadi con una mezcla de lástima y diversión. Tiró suavemente del cojín.

"Tadi, ¿qué pasa? ¿Te sacó a bailar un cuchillo?" preguntó Benji, sin poder evitar la broma.

Tadi se sentó bruscamente, sus ojos celestes brillando con desesperación. "¡Es un monstruo! Un monstruo tranquilo. ¡Sentí los siglos de enemistad cayendo sobre mí como una manta de plomo! ¡Me estaba juzgando por mis genes! ¡Por mi estirpe!"

Kael se sentó en el brazo del sillón, con una expresión de filósofo paciente.

"Tadi, tú eres del clan Wičháša Yáta Wakpá," empezó Kael con tono didáctico. "Dasan es de Waŋyéya Wakpá. Sí, hubo sangre. Sí, hubo problemas. Pero eso fue hace cuatro generaciones. Es solo una mirada seria."

"¡No, Kael! ¡Fue una mirada de 'te voy a enterrar en el jardín de lilas si le rompes el corazón a mi hija'! ¡Y si tengo suerte, no será la cabeza de mi linaje la que cuelgue en la pared! ¿Y qué harían ustedes? ¡Nada! ¡Ustedes son demasiado... funcionales!" Tadi volvió a hundir la cabeza en el cojín.

Nashua se frotó la frente. "Por favor, hagan algo para que este muchacho deje de ser tan dramático. Necesita valor para enfrentarse a Dasan, no para huir. Va a perder a la chica si sigue así, se quedara soltero de por vida y yo no quiero llegar a la vejez sin haber sido abuelo."

Benji cruzó los brazos y suspiró, mirando a Tadi con una expresión que era una mezcla de afecto paternal y resignación.

"Estamos en fase de desarrollo para ese mal sin remedio, Señor Nashua," contestó Benji, su voz llena de ironía. "La cura para el melodrama de Tadi todavía está en ensayos clínicos."

Kael le dio un golpecito tranquilizador en el hombro a Nashua. "Tranquilo. Lo único que necesita Tadi es una dosis de realidad y un buen plan, que es lo que su excelencia en la huida no le permite formular."

Nashua soltó una carcajada seca. "Entonces, ¿cuál es el plan para la 'dosis de realidad'? Porque la última vez que intentaron darle una, casi prende fuego a la casa por una araña."

"El problema no es Dasan, es Tadi," declaró Kael, mirando a Tadi. "Él tiene que hablar con Dasan, tiene que demostrar que es digno de estar con ella"

Tadi asomó un ojo por debajo del cojín. "¿Y cómo hago eso? ¿Le recito un poema épico sobre la amistad entre tribus?"

"No," intervino Benji, con un brillo malicioso en sus ojos. "Le demuestras que no le tienes miedo, pero lo haces con tu estilo." Benji miró a Nashua con una sonrisa. "Vamos a organizar una cena. Una cena con ambas familias. Donde Tadi no tenga la opción de correr."

Nashua alzó las cejas, divertido. "Una cena. En mi casa. Con Dasan. Me gusta la idea. Es un riesgo que vale la pena correr. Y yo me encargaré del menú. Y del alcohol... para mí."

"Un momento," gritó Tadi, quitándose el cojín por completo. "¡Una cena de familias! ¡Eso es una declaración de guerra, no una cita! ¡Me va a interrogar! ¡Me va a examinar la genealogía!"

Kael se encogió de hombros, con una sonrisa serena. "Exacto. Y tú, vas a aguantar por ella. ¡Y por el honor de los Wičháša Yáta Wakpá, mañana mismo llamamos a Dasan!"

Tadi se hundió de nuevo en el sofá, pero esta vez, en lugar de gemir, susurró: "Esto va a ser peor que enfrentarse a un bisonte en pleno invierno."




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