Un Tequila Para Mi CorazÓn (ya en físico)

CAPITULO 3

 

Amar, amar duele, sentir como se te rompe cada pedazo de tu vida en cuestión de segundos, es lo más duro que una persona puede sentir, ni un golpe duele tanto como el corazón cuando se es abandonado.

El amor, el amor es fortaleza, el amor es felicidad, bienestar, alegría. El amor es lo más hermoso que el mundo puede tener, quizás no se ve, no se toca, pero se siente en cada partícula de tu cuerpo, de tu alma de tu vida. El amor es un guerrero que lucha contra todo aquel que quiera romperlo, el amor es un espíritu libre, no hay nadie quien retenga aquel fenómeno que llena a cada persona de su magia, pero es una pena que muchos crean que el amor es el culpable de las malas decisiones que tomas. Se equivocan, ya que él tiene la culpa de que la gente no sepa amar.

-¡NO!, no lo hare- grito, Mariano aprieta su agarre en mi muñeca y me arrastra hacia la enorme rueda de la fortuna, de solo verla me da vértigo. Mariano sonríe con euforia, divirtiéndose a costa mía. Verlo feliz me llena de satisfacción, quien diría que sentiría amor por una persona que apenas conozco.

A la final termine subida en aquella cosa redonda y extremadamente alta- tampoco es tan malo- murmura entre risitas- ¿enserio pasaras todo el viaje con los ojos cerrados?- pregunta burlón.

-Si eso quita todo mi miedo a las alturas ¡pues SI!- él toma de mi mano uniendo sus dedos con los míos. Mi corazón empieza a latir nuevamente, reconociendo el toque del hombre que quiere.

-No tengas miedo, no te pasara nada, yo no lo permitiría- abro los ojos con lentitud, llena de un extraño sentimiento por sus palabras. Mis ojos se posan en los suyos, esos que están iluminados con un extraño brillo. Me sonríe, llenándome de seguridad, y por una vez en mi vida me atrevo a mirar el paisaje.

-Que hermoso…

-Lo es, es muy hermoso ver todo desde aquí- asiento. Al terminar nuestro viaje en la rueda nos montamos en otros juegos mecánicos hasta que decidimos irnos.

Ambos caminamos por la orilla de la playa con los zapatos en mano. El silencio entre nosotros no es incómodo, ya es de noche y las estrellas junto con la luna llenan de vida el oscuro firmamento.

Nos sentamos en la arena, disfrutando del aire fresco y salado, el ruido que hacen las olas al chocar es bastante relajante. Tomo un trago de tequila, le dije a Mariano que pasáramos por una botella para liberar las penas.

-Un tequila para tu corazón roto- él mira el recipiente por un par de segundos antes de recibirla y tomarse un buen trago. Hace una graciosa mueca al sentir el ardor en su garganta, rio estruendosamente y le quito la botella, tomo varios tragos a la vez sin quejarme.

-Parece que estas acostumbrada a beber- dice negando en desaprobación.

-No estoy a acostumbrada, pero cuando ya existe el ardor en tu corazón te acostumbras a cualquier cosa.

-Entonces… eres escritora- asiento.

-No escribo gran cosa, a diferencia de muchos prefiero sumergirme en las cosas más simples y básicas para después dar el bum.

-Interesante, aunque no entendí lo del bum- me encojo de hombros.

-Me explico mejor, cuando hablo del bum es que me gusta comenzar con lo simple para después a lo último dejar a los que leen mis libros con la boca abierta.

-Comprendo, que buena forma de trabajar- dice antes de beber otro trago, pero este si un poco más largo. Nos quedamos callados por un buen rato hasta que el habla- ¿crees en el amor?- dejo de ver el cielo para verle, pero él está más que lejano mirando el mar.

-Sí creo, aunque nunca me he enamorado- hasta ahora, pero no se lo diría- el amor es algo por la cual muchas personas se desviven, creo que si no existiese todo sería tan monótono y triste.

-Cuéntame un poco más…

-El amor es entregar, cuando amamos a una persona la mínima cosa que haga mal nos dolerá, cuando queremos a alguien con toda nuestra alma, nos esmeramos cada día para hacer feliz a esa persona que queremos como la vida misma.

-¿Crees que una persona que ama, puede engañarlo con otro?

-No, cuando lastimas al amor de tu vida con alguna palabra sin pensar puede que sea aceptable, pero cuando engañas a tu pareja con otra eso no es amor, hay podría decirte que esa persona no te amo, para querer se necesita respetar, valorar, aceptar, para los que creen en el amor, su alma gemela jamás tendrá defectos ni mucho menos engaños por el que ama.

-Poético…- murmura- entonces el amor no tiene diferencias sociales- niego.

-No las tiene, pero no te preocupes, dicen que en el tiempo se encuentra el amor de tu vida, ese por el cual lo entregas todo, pero llega un día en que toman caminos diferentes y se distancian, luego está el alma gemela, ese que vivirá junto a ti por resto de tus días, ese por la cual aceptaras todo sus defectos y amaras cada uno de ellos.

Mariano sonríe de lado y toma un trago, sus ojos me miran con esa cosita que no podría explicar, por un momento quise tomarlo del rostro y estampar mis labios en los suyos, pero no lo haría aun por más que lo deseara.

-Sabes, me gustaría huir de todo esto y olvidar por completo que soy el hijo de uno de los hombres más ricos del país.




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