Un tintineo para mí, una sorpresa para ti

Un tintineo para mí, una sorpresa para ti

Entre las interminables estaciones del año que pasan una y otra vez como si se tratasen de algún tipo de circulo vicioso al que nos hemos acostumbrado, hay una en especial que ha dejado marca en mi diario vivir.

 

Si tan sólo no hubierase sucedido no sé lo que sería en este momento, si siquiera podría llegar a decir que esto fue como un milagro o algo más, sólo diré que fue algo espectacular. A pesar de que en este lugar nunca ha llegado a caer la blanca nieve, el frio que se esparcía en todo el lugar era lo suficientemente notable como para querer evitar salir de las calientes chamarras con las que me encontraba tapado mientras el despertador no dejaba de sonar para que me levantara.

 

Sin siquiera tener tanto en qué pensar, me levanté como de costumbre y empecé a cambiarme con el traje de trabajo que consistía en una corbata roja con lunares celeste, mi traje color negro y una camisa color celeste. Mis zapatos casuales, a los que me acostumbre a usar después de que estos fueran mis compañeros del día a día, eran lo único que miraba mientras recordaba esos días en los cuales apenas podía soportar tenerlos puestos sin terminar, al final de la semana, con alguna ampolla o dolor en mi talón o en los dedos del pie por culpa de no estar acostumbrado a usar este tipo de zapatos.

 

Me apresuro a realizar mi desayuno, el cual llegó a consistir en huevo con tomate y cebolla, mi tortilla y un poco de café, agua con un poco de azúcar o té para tomar, sólo ocasionalmente tomaba atol en mis desayunos pero esto era raro en mi desayuno.

 

Con el pasar del tiempo, no recuerdo el por qué es que me gusta este estilo de corbata o el motivo por el cual el desayuno no lo cambio por nada, tal vez haya sido que este sea mi platillo favorito por el sabor, por lo rápido de preparar o algún acontecimiento en el pasado en el cual terminé acostumbrado en que este sería mi platillo por el resto de mis desayunos. Si lo pienso atentamente, antes no era alguien que quisiera desayunar lo mismo todos los días, sino que me gustaba más el ver diferentes platillos en cada desayuno, pero ahora ya no es necesario el probar otros sabores, como si todo me fuera insípido en este tiempo de comida.

 

Con un profundo suspiro, tomo mi mochila y abro la puerta de mi casa para luego salir asegurarme de que este todo bien cerrado y que las ventanas no se encuentren abiertas. Mientras el frio viento sopla y congela un poco mis manos, pienso – creo que será mejor que me compre unos guantes y una bufanda – y paso a dirigirme a la parada de bus.

 

No sé en qué momento sucedió, sólo sé que en algún momento pensé que ahorrar era lo mejor y que quería conseguir mi propia casa. Desde que decidí hacer eso ya han pasado casi unos doce años. En ese entonces apenas tenía unos quince años. Entre trabajo de medio tiempo me mantuve con esto en mente, por supuesto que no descuidé mis estudios. Aunque no tenía en nada más que pensar que llegar a conseguir esto, debo de admitir que los precios de una casa es muy alta. Pero, creo que Dios me había dejado una pequeña preparación en la cual podría obtener esto. No sé qué pensaran otras personas, tal vez digan que fue causa de la suerte, del destino o de cualquier otra cosa, pero yo prefiero creer que fue Dios quien me ha ayudado en poder conseguirla.

 

Después de haber empezado a reunir estos fondos que obtenía de mis trabajos de medio tiempo, en algún momento conseguí el suficiente dinero como para poder pagar el enganche de la casa. Tal vez fue hace unos cuatro años que logré engancharlo y, al ser que logré conseguir un puesto en una empresa, me decidí en enganchar mi propia casa. Aún me hacen falta algunas cuotas para que esta sea cancelada en su totalidad, bueno, terminé tomando un plan para cancelarlo en seis años y ahora en mis veintisiete años, estoy a punto de finalizar este pago y por fin decir que la casa es totalmente mía, ya sólo me falta unos veinte mil quetzales para finalizar el pago.

 

Voy a ser sincero, me ha costado un poco el poder mantener los pagos constantemente de unos cinco mil de forma mensual y mantener mi propio subsidio, pero terminé usando el resto de mi tiempo consiguiendo otros trabajos de medio tiempo en el cual poder recolectar el resto del dinero para poder pagarlo.

 

Entre un trabajo y otro, en un momento del camino descuide el salir con mis amigos a pasear y divertirme con ellos en algún lugar. No puedo decir que ya no hable con ellos, todavía los veo de vez en cuando y platicaos un rato, pero ya casi todos se han casado y, los que siguen solteros, se las pasan de cita en cita. Ya no sé ni siquiera como es que ellos pueden tener una novia muy rápidamente en cuanto terminan con una, sólo puedo decir que lo han hecho más de una vez.

 

No puedo estar celoso de lo que han hecho o tienen, puedo admirar alguno de ellos que han logrado llegar tan lejos y ahora cuentan con casa, carro, un buen trabajo y parece que todo les va bien. Tampoco puedo decir que mi vida haya estada mal, pues he logrado conseguir enganchar mi casa que muy pronto será completamente mía. Pero, fuera de todo esto, aún siento que hay algo que he olvidado con el pasar del tiempo.

 

Mientras veo como varias personas platican en el bus y muchos de ellos también se preguntan qué es lo que deberían de hacer para comenzar hacer sus preparativos para esta navidad, yo sólo puedo pensar en qué ya hace mucho tiempo en que me vine a vivir en este lugar y desde entonces no he ido a visitar a mis padres, no es porque no quiera, sino es que ellos siempre han sido de los que se mudan a cada cierto tiempo por cuestiones de sus trabajos o pasatiempos, creo que es por eso que nunca me mantuve en un lugar en específico desde niño y, aunque llegaba a conocer muchos lugares, nunca sentí que perteneciera a alguno. Yo siempre desee llegar a quedarme en algún lugar donde poder llamar mi hogar, posiblemente ese haya sido el inicio de mi deseo de conseguir mi propia casa en el cual mantenerme siempre, un lugar a donde regresar. En esta navidad, aunque quisiera llegar a visitar a mis padres, ellos deben de estar en este momento en alguna parte de otro país en este momento, me habían dicho el lugar pero no creo que tenga el suficiente tiempo como para viajar hacia allá, además de que los boletos son muy caros y no creo que pueda costearme uno teniendo encima las cuotas de la casa, pero tengo la esperanza de poder verlos el próximo año, al final, siendo que estoy a punto de terminar de pagarlo por completo, puedo decir que podré costearme el viajar y visitarlos en el lugar en que se encuentren en ese entonces.



#12620 en Otros

En el texto hay: encuentro en navidad

Editado: 17.12.2021

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